Durante el trayecto, como intuía, nadie habló. Yo seguía algo impresionada tras ver una pistola de verdad por primera vez a centímetros de mí y a aquel hombre que me podría haber matado con ella si hubiese querido. Que no dudo de ello.
Al llegar a casa, los chicos fueron directamente a la cocina, apuesto y no fallo que iban a por pizza.
A saber lo que tienen allí de pizza.
Pero paso. Y si no me iban a hablar pues nada. Me fuí a dormir, no estaba excesivamente cansada pero en ese instante se me ocurrió algo.
Sonreí interiormente.
**
Al fín.
Tras un festival de eructos y risas, sí he dicho bien, eructos. Y por parte de los dos, no se iban a quedar cortos no. Niall y Liam al fín se fueron a dormir y la casa se quedó en total silencio. Es el momento perfecto para poner en marcha mi plan.
Segundo intento de escapatoria y esperemos que este salga bien.
Era de madrugada y por lo tanto fuera en la calle hacía bastante frío y esperemos que no se pusiera a llover.
Abrí mi armario cuidadosamente para no hacer ruido y me cambié la blusa blanca por una camiseta algo más gorda de color granate. Me puse una sudadera negra de cremallera con capucha y finalmente me cambié de calzado. Me puse unas Converse blancas que eran algo más cómodas por si surgía la necesidad de correr.
Lista.
Bajé despacito las escaleras y divisé un bote en la mesa del salón que me llamó bastante la atención. Era un bote normal y corriente pero no quedaba bien ahí.
Ese bote tiene pinta de tener dinero en él que te lo digo yo.
Lo abrí y, efectivamente, aquí había dinero, mucho. Supongo que era de las peleas de Liam pero digo yo que para tanto dinero que hay aquí metido tendrían que haberlo guardado mejor porque si entran a robar pues van a ver que este bote no pega con la mesa y sospecharán entonces ven todo este montón de dinero dentro y clar-
¡Deja de suponer, cállate y coge algo de dinero! -me chilló mi subconsciente-
Vale, vale -puse las manos en alto- Ya voy, ya voy.
Cogí sólo $50 por si acaso tengo que coger un taxi hasta mi casa o me entra hambre de comida de verdad por el camimo. Suponiendo que el dinero sea de Liam pues me sabe algo mal, es el que se ha portado mejor conmigo y además podría decir que es dinero de su trabajo.
Si es ilegal, que más te da.
Entonces estaría robando dinero ilegal. Sería un delito tonta.
Pero si te han secuestrado qué hablas de delito. Además lo necesitas. ¿Qué vas a hacer si no? Vuelves a casa en pony has dicho..?
Dejé a un lado mi subconsciente y las tonterías y me guardé el dinero en el bolsillo del pantalón, dejé el bote en sus sitio y me dirigí hasta la puerta.
Y cómo abro yo esto. Porque no creo que hayan dejado la puerta abierta sabiendo que me escapé una vez. Y por la ventana.
Metí las manos en los bolsillos de la sudadera y en el izquierdo noté algo, como de metal. Lo saqué y lo miré bien con la luz de la ventana. Una horquilla, bien. Estaba teniendo suerte esta vez.
Me agaché al lado de la puerta intentando colocar el objeto metálico detro de la ranura de la llave y moviéndolo como en las películas lo hacen los ladrones que escapan de la policía. Aunque yo no soy ninguna ladrona.
Poco después logré escuchar un 'click' y la puerta se abrió como si la hubiera abierto con la llave.
**
Libertad por fín. Creo haber sido rápida y silenciosa, de lo segundo no me cabe ninguna duda. Ya estaba en la calle y desde hace algunos minutos. Respiraba el aire fresco de la madrugada mientras intentaba memorizar si había pasado yo por aquí alguna vez ya que de algún modo u otro tenía que llegar a casa. A mi casa, la mía.
Tras estar andando por ahí un buen rato me encontré a una pobre indigente que deambulaba por la acera de enfrente. ¿Debía preguntarle a ella? Tampoco tengo a quién preguntar más.. Me asustó al principio pero luego me dió algo de pena. Parecía inofensiva. Me acerqué.
-Disculpe señora, tengo una pregunta pero no sé si usted podría ayudarme.
-Dime muchacha, yo lo sé todo. En mi vida pasada fuí adivina. Cuéntame.
¿Está borracha?
Y le seguí preguntando como si de verdad me pudiera fiar de sus respuestas. Decidí no contarle toda la verdad.
-Verá, es que vengo de una fiesta y necesito ir a casa de mi amiga pero me he perdido, ¿podría usted decirme dónde está su calle?
Y le dije mi dirección, en este caso la dirección de "mi amiga". Se me quedó mirando de arriba a abajo.
-Le doy $25 si me lo dice
Y ahí ya me contestó rápidísimo.
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