Puesto a que no tenía nada más interesante que hacer, me pasé toda la mañana viendo la televisión. Me estaba desesperando, no había nada interesante. Cambié de nuevo de canal y pasé de estar aguantando los anuncios de teletienda a estar viendo la película más absurda que posiblemente haya visto en mi vida. Resulta que la protagonista era una mujer poderosa que estaba casada con un empresario ricachón propietario de varias casas de apuestas de carreras de caballos. Ella tenía un lío secreto con el jardinero. Todo es fiesta y alegría hasta que el marido se entera de todo y decide arruinar a su mujer debido a los celos y a que el amante de su mujer era 9 años más joven él. Ella advierte al jardinero de las intenciones del marido y los dos deciden escapar juntos. Huyen hasta Las Vegas donde se casan y años más tarde él muere en un accidente de coche y ella pierde la memoria.
Y ahí se acaba la película. Aunque sea absurda no pueden dejarme así en el final, ¿qué pasa con el marido? ¿Consigue rehacer su vida la mujer? ¿Por qué me estoy preocupando por una película? En fin.
Fui a la cocina y me detuve al oír a Niall hablar por teléfono. Abrí discretamente la puerta para verle mejor.
-¿Cómo dices? -hubo una pausa- ¿Cuándo ha pasado eso? -se mordió la uñas-
Aún con el teléfono en la oreja, abrió el frigorífico sacando una lata de cerveza y al girarse, me vió. Dado que era imposible salir de esa situación, entré a la cocina y me serví un vaso de agua.
-Voy para allá -hizo otra pausa- Nos vemos -dijo y cortó la llamada-
Se hizo un silencio incómodo en la cocina mientras él bebía de su lata de cerveza y yo me servía agua de la jarra, en mi vida había bebido tanta agua.
-Nos vamos. -dijo él-
Levanté la cabeza y me giré
-¿Nos? -remarqué- Es la hora de comer, ¿a dónde quieres ir?
-Comeremos en algún sitio de camino -quise hablar pero se me adelantó- Yo te invito.
¿Qué?
-¿Qué?
Mi estómago rugía, estaba realmente hambrienta. Hambrienta y sorprendida.
En ese momento oí la llamada de la naturaleza qué rapidez..
-Primero tengo que ir al baño y..
Llevaba aún el pijama
-Lo que sea -rodó los ojos- te quiero en el coche en cinco mimutos.
Asentí y fuí primero al baño, después a cambiarme. Sudadera, vaqueros y Converse. Tampoco había mucho para elegir. Oí el cláxon de un coche y rodé los ojos al saber quién había sido.
Las prisas nunca son buenas..
Al bajar al porche lo ví dentro de su coche mordiéndose las uñas, algo le preocupaba.
-No he tardado apenas, no sé a qué viene tanta desesperación -dije nada más entrar al coche-
Su contestación fué arrancar el coche y salir de la casa, osea ninguna.
Vale.
Sólo se escuchaba el motor rugir sobre el asfalto y me dí libertad para encender la radio y poner música. En seguida Niall me apartó la mano y apagó la radio.
-¿Por qué?
Le miré esperando una respuesta, quería que me mirara de vuelta o algo pero no podía dejar de prestar atención a la carretera con los demás coches circulando al rededor.
-Está claro que cuando estás nervioso no eres nada hablador, ¿a dónde nos dirigimos?
Seguía mirando hacia la carretera, solo oí su respiración.
-¿Pero bueno vas a estar mudo todo el día? Merezco respuestas, ¿no? Alguna que otra vamos, no paráis todos de haceros los misteriosos aquí -resoplé y me dí la vuelta, ni siquiera esperando a que me contestara-
El día se estaba nublando y estaba empezando a hacer frío, me acurruqué de lado mirando el paisaje desde mi ventana y poco a poco el cansancio se apoderó de mi cuerpo y me quedé dormida.
Soñé que estaba en un cuarto oscuro y alguien me tocaba. No podía moverme, lo intentaba pero no daba resultado alguno. Sentía unas manos que me acariciaban los muslos lentamente y unos besos en el cuello.-¿Te gusta esto preciosa? Vamos contestame.
Pero esa voz ya la había oído antes, era la voz de Jim. Ahora me encontraba pegada a él y sus manos estaban posadas sobre mi culo. Estaba asustada y repugnada, quería salir de ahí pero no lograba ver ninguna salida entre tanta oscuridad. Intentó besarme pero me aparté bruscamente.
-Te pienso encontrar y te haré mía, no dudes en que lo haré. Te guste o no. Pienso hacerlo, te necesito -notaba su caliente respiración en mi oído-
Quise patalear para zafarme de su agarre, me sobresalté y me precipité hacia delante despertándome de aquella pesadilla. El cinturón me frenó oprimiéndome el pecho pero impidiéndo que me diera de bruces con la guantera. Notaba que mi corazón latía más de lo normal y empecé a respirar agitadamente. Estaba de nuevo en el coche de Niall, aparcado en el párking de lo que parecía un restaurante de carretera, afuera estaba lloviendo a mares.
Mi cabeza asoció la oscuridad y el miedo. ¿Había tenido una pesadilla? ¿Acaso eso había sido real? Un cosquilleo nada agradable me recorrió el cuerpo. Mis recuerdos viajaron a la noche anterior.
Rápidamente me quité el cinturón que tanto me agobiaba y ví cómo Niall abría la puerta del piloto saliendo rapidamente del coche. Abrió la puerta del copiloto y rápidamente me cogió en brazos. Me hice una bolita en su regazo y descansé mi cabeza en su pecho, oyendo los latidos de su corazón.
-Estás helada -dijo y enseguida encendió la calefacción del coche- Así mucho mejor.
Con una mano me mantenía pegada a su pecho y con la otra acarició mi pelo repetidas veces, intentando calmarme, cosa que me relajaba bastante.
Quise hablar, pero lo único que conseguí es que me escaparan varios sollozos.
-Ese cabrón ya ha recibido su merecido -habló sobre Jim-
-Entonces, ¿anoche to- todos vísteis c-cómo él..
-Sí -apretó su agarre hacia su pecho, rompí a llorar, de tan solo volver a pensarlo me sentía sucia de nuevo. Y pensar que podría haber llegado a más-
-Shh, tranquila. Ya está, ya ha pasado. Por favor, no llores más.