Capítulo 13.

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Payne terminó de mirarme el tobillo, me había puesto una crema que, según él, usa cada vez que lo necesita después de una pelea para aliviar heridas e hinchazones.

Pude comprobar que funcionaba, el eslogan llevaba razón.

¿Que estaba observando la caja todo el rato?

Sí.

Me sentía algo incómoda. No sabía qué hacer o a qué mirar y la caja parecía interesante.

Mucho.

Me curó también las heridas de la mano, ya no necesitaría más vendajes ya que las heridas estaban cicatrizándose rápido. Ya no parecería una cosa rara con tanta venda.

-Habrás leído todo, ¿no? -dijo serio mientras guardaba todo en el botiquín-

-¿Qué? -contesté confusa-

Me había embobado con la caja.

-Los mensajes

Iba a contestar cuando apareció Horan, que se nos quedó mirando seriamente. Llamó a Payne con un simple gesto con la cabeza y se fueron los dos a la cocina a hablar en privado y yo, como buena cotilla que soy me acerqué cojeando y como pude, intenté escuchar algo de lo que decían. Puse la oreja pegada a la puerta.

Muy discreta. Sí.

-¿Qué, haciendo amiguitos Liam? Vamos, no me jodas ¿Qué coño te pasa? No te ablandes que debe temernos joder -reconocí la voz de Horan-

El nombre de Payne es Liam, vale. Liam Payne. Continué escuchando.

-¿Y qu-

Fué interrumpido por el rubio

-¡Qué coño te pasa! -dió un golpe fuerte sobre la mesa-

Se hizo el silencio. Unos pasos acercándose hacia mí, indicaban que salían de la cocina.

Mierda.

Quise alejarme de la puerta y volver a tumbarme en el sofá para hacer como si no me hubiera levantado pero como tenía el tobillo aún algo hinchado me tropecé con mi propio pié frenando justo a tiempo con las manos en el reposa cabezas de sofá. Suspiré aliviada. Por poco. Hice como que le quitaba una pelusa al primer cojín que ví. ¿Cuándo aprenderás a disimular Lauren? -mi subconsciente se lleva las manos a la cabeza- Liam salió el primero en dirección a la puerta principal. Serio, concentrado. Este no me vió. Desvié la vista y encontré unos ojos azules mirándome. Horan estaba frente a mí mirándome con el ceño fruncido, enfadado. Se había dado cuenta de todo.

Normal, no me extraña.

-Vístete, nos vamos -dijo con desdén-

-Ya estoy vestida.

-Pues eso.

-¿A dónde vamos? -pregunté-

-¿Y a tí que coño te importa? Preocúpate de obedecernos y no te pasará nada. Cuanto antes acabemos con esto, mejor.

Me agarró del brazo y me acompañó hasta el coche, cerrando la puerta de éste detrás de mí. Delante, en el asiento del copiloto estaba Liam y en el del conductor Horan.

Durante el trayecto nadie habló. Estaba oscureciendo y nos adentrábamos en una zona abandonada, apartada de la ciudad.

-Sois como los mandados, ¿no? Trabajáis para un jefe. ¿Qué pasa si no cumplís con lo que se os pide? -pregunté-

Nadie contestó, sólo recibí una mirada fija del rubio a través del retrovisor.

**

El trayecto finalizó y paramos en frente de otro coche, tres personas estaban en él. Nos encontrábamos en un lugar oscuro y con mucha corriente de aire, se escuchaba el mar a lo lejos.

Ellos dos bajaron del coche, al igual que las personas del otro. Un click se escuchó y no cabía duda de que era el seguro. Esta vez me ahorraré las intenciones de escapar.

-El pequeño Niall apareció al fín, ya era hora. Sabes de sobra que odio esperar a la gente, al igual que odio repetir las cosas. -habló un hombre y el rubio se tensó-

Niall. Niall Horan.

¡Heyhey! Este capítulo lo he reescrito varias veces, no me termina de convencer pero bueno, no quería haceros esperar mucho.

Deal » n. hDonde viven las historias. Descúbrelo ahora