Capítulo 9: Errar al disparar

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*Sidney P.O.V*

Dénver y Nairobi salieron para cubrirnos, y con ayuda de Tokio metimos a Cairo a rastras. Rápidamente cerraron, Dénver se quitó la careta y la soltó con fuerza, estaba muy enfadado.

—¡La primera en la frente joder! ¡La puta primera en la frente! —Gritó cada vez mas cabreado Dénver.

Pasé de el, era como si no le escuchase a penas, me quité la maldita máscara y levanté de la cabeza a Cairo, y cuando le quité la máscara reaccionó, le abracé muy muy fuerte, había pensado que le habían dado en la cabeza, y no quería que acabase como mi hermano.

La bala de un M-16 sale disparada a 3.510 kilómetros por hora, vuela más rápido que la velocidad del sonido, así que si te disparan al corazón, ni siquiera oirás la bala que te ha matado. De esa manera supe que lo había jodido todo, en una milésima de segundo, y de la misma forma que siempre.

Dejamos a los rehenes ahi, y fuimos al despacho, a esperar la llamada del profesor, y seguramente a que me hechasen una gran bronca. Me senté sin decir nada, pero ya estaba Dénver para recordarme que la había cagado. Y a Cairo le quedó una marca, pero no era nada grave...

—¡Explícame que puta mierda ha sido eso! ¡¿Que cojones te pasa eh!? ¿Se te va la cabeza? ¡Que has acribillado a dos policías! —Me dijo Dénver muy enfadado, aumentando su tono de voz.

—Apareció un puto policía disparandome. ¿Que hubieras hecho tu? ¿Escupirle?

—¡Me cago en mi puta vida!

—¿Pues que ibas a hacer eh tia? —Dijo Nairobi. —¡Que habiamos repasado el plan cuatrocientas millones de veces joder! ¡Que no habia que disparar a nadie!

Cairo fue a hablar, pero la ira de Dénver fue hacia él, a penas le dejo abrir la boca, y dando un golpe en la mesa se le encaró.

—Nairobi y yo también te cubriamos, pero disprando al puto suelo. ¡Que no fuimos a quemar ropa!

Apareció Berlín, y sacó el teléfono que usaríamos para hablar con el profesor sin cableado ni señales telefónicas, nos quitamos los pinganillos y todo lo que llevase señales para no ser escuchados.

—Ya se están llevando a los policías heridos. Alegraos de que no haya habido ningún caso grave. —Después cogió el teléfono y llamó al profesor. —Fue Sidney. Porque Tokio salió antes, Cairo la quiso detener y le dispararon y ella se volvió loca, al parecer tienen una relación. —Le miré mal y después me extendió la mano para que cogiese el teléfono.

—¿Es cierto eso de la relación con Cairo? —Preguntó desde el otro lado.

—No. —Dije y miré a una cámara, sabia que me estaba mirando por ahi. —En lo último que pienso es en una relación, y mas estando en un atraco, y señor profesor, aunque no se lo crea las cosas no siempre salen como usted cree. —Colgué.

Ya estaban los GEOS, el CNI y la Policía Nacional, y estaban montando un campamento a la puerta, tendríamos como una hora o dos de descanso hasta que todo eso estuviese listo, pero yo no podía dejar de pensar en lo ocurrido. ¿Lo mejor? Ahora mismo estaban intentando conseguir las imágenes de las cámaras, pero estaban desviadas al hangar del profesor, o pinchar la señal, pero antes habiamos tumbado la fibra óptica y no podían hacer nada, y se creían mas listos, querian eliminar cualquier conexión por el exterior, pero por el cableado estábamos conectados y no podían controlar eso.

*Cairo P.O.V.*

Estaba muy estresado, y lo peor en una habitación con Berlín a solas. Cogí los monos para darselos a los rehenes, pero el no me dejó ir a darselos.

La Casa de Papel || Sidney Donde viven las historias. Descúbrelo ahora