Kelsey

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- ¿Qué sucedió? - le pregunte a Kenzie ya que se encontraba molesta a causa de Adam.

- Nathan me ayudo a bajar de la camioneta y luego me dio un beso en la mejilla - respondió del otro lado de la línea - pero luego Adam...

- ¿Qué hizo Adam? - pregunte interrumpiéndola totalmente sorprendida, pero no podía evitarlo ya que cuando se trataba de Adam sabia que ese chico podía volverse un poco loco cuando estaba preocupado o enojado, él era impredecible.

- Adam llego donde estábamos y lo tomo por la camisa arrinconándolo contra la camioneta y le advirtió que se alejara de mi - escuche un suspiro de frustración del otro lado de la linea dejándome saber que aquello le frustraba - hubieras visto la cara de ambos, tenían ganas de matarse allí mismo, Adam no me escuchaba de que lo dejara tranquilo mientras que Nathan si lo hizo y evito agravar la situación.

- ¿Te gusta ese chico? - pregunte notando que desde que habíamos comenzado a hablar sobre el tema, ella lo mencionaba y sonaba preocupada por él.

- ¿Qué? No - respondió sorprendida, pero no me engaño, algo le estaba pasando con ese tal Nathan.

- ¿Estás segura? - le pregunte en un tono de voz que le dejaba saber que no le creía.

- ¿Qué estas pensando? - me pregunto un poco molesta.

- Estoy pensando que ese chico ha estado tratando de llamar tu atención que pronto llegara a gustarte o exagero un poco, pero estoy segura que le quitara el puesto a Adam volviéndolo solo tu mejor amigo y no el chico que te gusta en secreto - le respondí con completa sinceridad.



Estaba un poco aburrida ya que la mayoría del tiempo tenía que pasarlo en cama por haberme herido en clase de educación física, al principio pasaba los ratos que me sentía un poco mejor utilizando mi laptop acostada en la cama o usaba mi celular, pero los días pasaron y lo que me gustaba hacer se había vuelto aburrido, por lo que algunas veces leí unos de los viejos libros de mi madre o le pedía a mi hermano que me buscara algunos de los que quería leer en Port Angels, y todo eso ha pasado por 2 meses y todo por haberme roto la pierna izquierda en dos partes, pero gracias a Dios mi tortura termina mañana y así regresare a clases, que aunque no he ido siempre les he pedido a los chicos que me traigan todo lo que los profesores les han mandado ya sea trabajos, ensayos, entre otras cosas, pero eso era solo con las clases que compartíamos, para el resto había logrado ponerme al día gracias a algunos de mis compañeros, aun así tenia que rendir todos los exámenes a los que falte o eso es lo que mamá me dijo cuando llego de hablar con mis profesores.

Me levante de la cama con ayuda de las muletas para dirigirme a la cocina, gracias a mi hermano y a mamá, no era necesario que tuviera que esperar que ellos estuvieran allí para hacerlo porque mi habitación había sido trasladada temporalmente de la planta alta de la casa a la planta baja y era la habitación contigua a la cocina, todo porque habíamos decidido que ellos arreglaran la habitación de huéspedes para mi mientras me recuperaba, me ayudaron a mudarme allí junto a todas mis cosas, aunque fuera temporalmente.

Al entrar a la cocina tome un vaso de agua para luego tomar algunas cosas para prepararme un emparedado con nutella y banana y otro de mantequilla de maní con jalea, tenía hambre y no podía estar mucho tiempo de pie para prepararme algo mejor así que me tenía que conformarme con ello.

Ya era medio día así que en cualquier minuto llegaría mi hermano con algo de la cafetería del pueblo para que comiera, espero que sean una de esas hamburguesas a la barbacoa que tanto me gustan.

CollinsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora