Collins

Nathan

Frente a mí se encontraba Mackenzie con una enorme sonrisa, verla en mi casa me sorprendió por completo ya que no la esperaba.

- Hola – dijo sonriente lo que me confundió aún más.

- ¿Qué haces aquí? – pregunte un poco confundido.

- Vengo para que estudiemos física – sus palabras me hicieron recordar que habíamos acordado que ella sería mi tutora hace algunos días atrás, pero realmente no creí que ella viniera hasta aquí por eso, pensé que me iba a tocar a mi buscarla para que me diera esas tutorías.

- Bueno...pasa – me hice a un lado para dejarla entrar en la casa y esta lo hizo con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios.

Después de dejarla pasar a la casa, cerré la puerta para luego dirigirme a la sala donde esta se encontraba sacando sus cosas de la mochila para que empezáramos a estudiar.

- ¿Quieres algo de beber? ¿Agua? ¿jugo? ¿otra cosa? – pregunte un poco tímido, esta me miro y me sonrió, de seguro pensaba que era divertido ver esta faceta de mí, la del chico sorprendido y tímido que no estaba seguro que decir.

- Agua está bien – respondió y yo asentí en respuesta a sus palabras.

- Traeré algo para comer también, ¿te gustan los emparedados de mantequilla de maní y jalea? – ella me sonrió ante mis palabras y asintió.

Salí de la sala rumbo a la cocina y comencé a preparar unos emparedados de mantequilla de maní y jalea, estaba preparando varios porque le llevaría unos a mi hermana ya que como estábamos solos en casa, yo estaba a cargo de cuidarla por su pierna enyesada; luego de terminar de preparar los emparedados y dividirlos en dos platos y de servir dos vasos de agua y uno de yogurt de fresa, me dirigí a la sala con los dos vasos de agua y uno de los platos con emparedados.

- Ya regreso – le dije a Mackenzie después de dejar los emparedados y los dos vasos con agua en la pequeña mesita de la sala; Mackenzie asintió en respuesta mientras tomaba uno de los vasos y un emparedado.

Regrese a la cocina y tome el vaso restante junto con el otro plato con emparedados para mi hermana me dirigí hacia su habitación, pasando la sala donde se encontraba Mackenzie y subiendo las escaleras al segundo piso de la casa; al llegar a la puerta de la habitación de mi hermana, toque dos veces para luego abrir la puerta, la televisión se encontraba encendida en una película que estaba seguro que mi hermana la había visto miles de veces, ella se encontraba recostada en la cama viendo la televisión con su pierna enyesada un poco levantada gracias a la almohada que estaba debajo de esta.

- No es la décima vez que ves esa película – le dije sonriéndole, esta me miro un poco extrañada por mi actitud ya que no se acostumbraba a que la tratara bien sin ningún problema o alguna discusión entre ambos, pero era mi hermana y verla así no me gustaba a pesar de que usualmente solemos pelear, además de que siempre me molestaba por mi actitud con ella al estar enojado ya que por ella fue que nos habían traído a vivir aquí.

- Sabes que me gusta mucho y no exageres – dijo rodando los ojos ante mis palabras – además es la novena vez que la veo.

Reí por sus palabras haciendo que esta riera conmigo de lo que había dicho anteriormente; deje el plato de emparedados y el vaso de yogurt en la mesita de noche que se encontraba junto a ella, esta me sonrió ante mi acto mientras que me senté junto a ella.

- ¿Quién llego? – pregunto con una pequeña sonrisa dibujada en sus labios mientras tomaba uno de los emparedados junto al vaso de yogurt.