Cap. 03 | Planes

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Mi padre me observa sentado en su sillón de piel detrás del escritorio de madera tallada.

Mierda. Sé que está molesto, sé que lo último que esperaba era tenerme de regreso en el rancho, él era totalmente feliz cuando yo no estaba cerca.

—Papá... —comienzo, pero enseguida me quedo callada cuando él habla.

—¿Qué demonios es lo que haces aquí Ember? —pregunta, y soy capaz de escuchar el desprecio y fastidio en su tono de voz.

—Son vacaciones —digo, como si fuera lo más normal del mundo. Y, aunque lo era para el resto de las personas, no lo era para mí y para el hombre que dice ser mi padre.

—En ese caso —dice, colocando sus brazos en el escritorio—, debiste haber llamado para avisar que vendrías.

—Dudo que me lo hubieses permitido.

—Exactamente; así que ahora mismo ve por tus cosas y regresa a San Francisco.

—Padre por favor... —él me mira con ojos severos—. Sé la situación por la que está pasando el rancho y he venido a apoyar.

—¿Crees que necesito tu ayuda? Por Dios, Ember, no necesito la ayuda de una escuincla de quince años.

—Tengo diecisiete.

—Da igual cuántos años tengas. No puedes llegar aquí y dar órdenes y, sobre todo, no puedes tratar así a Bruno, él es mi empleado de confianza.

El sujeto en cuestión se acomoda el saco y pasa sus manos por su cabello; apenas llevo unos minutos de conocerlo y ya siento que lo odio, no me cae muy bien y tampoco estoy de acuerdo que él sea quien lleve la administración del rancho.

—¿Podríamos al menos hablar en privado los dos solos? No es necesario que este señor esté presente —le digo a mi padre.

—Bruno se queda —y sé, por la forma en que habló, que esa es su última palabra.

—Papá, debiste llamarme, debiste...

—No debí hacer nada. Ahora, ve por tus cosas y regresa por dónde has venido.

—No —digo, mi padre me mira fijamente—. No me iré, mucho menos ahora. El rancho, la cuadra y todo lo que a mamá le importaba, está en peligro, no dejaré que pongas todo en las manos de este sujeto —señalo a Karidis, quien me mira con una expresión de desprecio.

—Tú no eres nadie para venir a dar órdenes Ember.

—Se te olvida que también soy la dueña de este rancho —le recuerdo—. No permitiré que destruyas este lugar como destruiste a mi madre.

Me arrepiento de mis palabras al instante en el que observo como mi padre se levanta de su sillón y camina hacia a mí con la furia reflejándose en sus ojos.

—Repite lo que has dicho —exige, sus dientes están apretados.

—Lo... —trago duro—. Lo siento, no quise...

—No vas a meterte en mis asuntos, que eso te quede bien claro —su expresión es de enojo—. Te quedarás, pero que esta sea la primera y última vez que desautorizas las órdenes de Bruno.

—Espero que él tampoco lo haga —digo, caminando hacia la puerta.

Eso es lo que tanto odio de papá, el hecho de que ponga a todos los demás por sobre mí, siempre he sido la última en enterarme de las cosas.

Lily me observa con algo de asombro en sus ojos mientras se viste. —Puedo preguntar, ¿qué te pasa?

—Mi padre. Eso es lo que me pasa.

Daddy Issues© #ProyectTMYLM |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora