Daddy Issues© #ProyectTMYLM |TERMINADA|

Cap. 29 | Pesadilla

Llegamos al hospital y estaciono sin importarme dónde, bajo rápido y tomo a Ember en brazos para entrar a la sala de urgencias, unos paramédicos traen una camilla y la coloco con cuidado sobre ella.

Intento seguirlos pero ellos me impiden ir más allá. Me tiemblan las manos, siento una opresión en el pecho que amenaza con cerrarme las vías respiratorias. Trago el nudo en mi garganta y como si de una broma se tratara, recuerdo aquel trágico día en el que perdí a Paula; caigo de rodillas y cedo ante las lágrimas y el dolor.

No. No voy a perder a Ember... No puedo perderla...

—¡Darren! —el grito llega desde el pasillo; me giro solo para encontrarme con los ojos azules de Adam, quien viene corriendo con su esposa—. ¿Qué pasó? —pregunta al llegar a mi lado.

—No lo sé —susurro.

Los ojos de Adam se empañan y sé perfectamente que él recuerda lo ocurrido años atrás; en aquel momento, tuve la compañía de Braxton y Adam, quienes no me dejaron solo.

—Tranquilo —murmura, dándome golpes consoladores en la espalda.

—No puedo creer que esté aquí otra vez, pasando por lo mismo —digo.

Adam me mira con dolor. —Pero esta vez será diferente, ya verás que vamos a salir de aquí y con buenas noticias, regresarás con ella y todo estará bien.

Quince minutos después, no puedo más con la angustia y desesperación, la cabeza se me llena de imágenes que me lastiman mucho más.

—¿Darren? —alzo la vista y me encuentro con la mirada de Jackson Hillsong, él me aprieta el hombro.

—¿Co... cómo está Em? —pregunto, con la voz apenas audible. Él niega con la cabeza y me mira fijamente—. Por favor... dime lo que sea, dime si...

—Están muy mal, ella y los bebés.

Parpadeo con sorpresa e incredulidad. —¿Los be... bebés? —tartamudeo.

—Así, es... Ember está esperando dos bebés.

Una sonrisa tira de mis labios al mismo tiempo que las lágrimas resbalan libres por mis mejillas. —Tienes que decirme lo que está pasando realmente —sollozo.

—Bueno, en este momento estamos analizando qué fue lo que pudo haberlo provocado.

—¿Provocar? —inquiero—. ¿Provocar qué?

—Un... un posible aborto.

—No —exclamo—. No puedes permitirlo, tienes que... tú debes...

—Tranquilo Dare —Adam me aprieta el hombro, intentando tranquilizarme.

—Tu amigo tiene razón, Darren; debes calmarte, yo estoy haciendo todo lo que está en mis manos.

Con eso, Hillsong da media vuelta y se pierde por el pasillo.

Tengo los nervios a flor de piel, no puedo ser capaz de pensar en otra cosa que no sea el pasado, siento como si estuviera viviendo un déjà vu. Las manos me tiemblan y me es imposible alejar los malos pensamientos, todo es como en el pasado, las personas en la sala de espera, las enfermeras corriendo de un lado a otro, los doctores siendo llamados por los altavoces y luego el miedo haciendo su aparición.

Afuera se escuchan los truenos, anunciando una tormenta; sí, todo parece una burla del destino, porque así era el clima aquel día.

—Darren —Adam se siente a mi lado y me mira—. Grecia ha ido por bebidas, toma una, necesitas algo refrescante.