Termino de ducharme y me visto, pensando en que más temprano que tarde, volveré a convertirme en un hombre casado.
Desde que he puesto el anillo de compromiso en el dedo de Heidi, las cosas han tomado un aceleramiento indescriptible, trato de pasar la mayor parte del tiempo con mis hijos y he aprendido a cambiarles los pañales.
He visto a Ember transformase en una mujer totalmente diferente a la chica que conocí; me enternece la manera en la que trata a sus hijos y pone todo de su parte para ser una buena madre primeriza.
Mi tía Callie ha sido de mucha ayuda. Gracias a ella, hemos aprendido a bañar a los mellizos, a cambiarle los pañales, a alimentarlos sin correr el riesgo a ahogarlos y sobre todo, a cargarlos con el cuidado que requieren.
Los días pasan y la boda comienza a tomar forma, a ser real; contrario a lo que pude haber pensado en un principio, no me siento nervioso ni mucho menos dudoso con lo que está a punto de pasar.
Siento que la decisión es la acertada, que por primera vez en mi vida, voy a disfrutar de un buen matrimonio, sin el temor a que algo malo suceda.
—Estoy listo —anuncia mi padre, saliendo del despacho.
Asiento y salimos juntos de la casa; el viaje hasta el King Park se hace corto al ir conversando con él, quien se encuentra tan lleno de energía y de vida desde que los mellizos nacieron.
Doblo hacia la entrada y estaciono el auto frente a la puerta de entrada.
—Debiste haberle llamado, puede que no se encuentre —habla mi padre.
—Le dije que vendrías a ver a tus nietos —digo, saliendo del auto.
—Pero no le dijiste que hoy —dice, colocándose la chaqueta.
Sonrío y abro la puerta, entrando a la casa. Las risas y voces provienen de la cocina, así como también el olor a pollo frito.
—¿Hay alguien en casa? —grito, depositando las llaves en el bol que hay en la mesita de entrada.
Se hace un silencio y luego el torbellino de cabello rubio aparece por el pasillo, corriendo hacia mí.
—¡Tío Dare! —grita, tirándose a mis brazos.
—Hola cariño —digo, besando sus mejillas y cargándola—. ¿Dónde están todos?
—En la cocina. Estábamos jugando Jenga —dice, esbozando una sonrisa.
Mi padre, Angie y yo, nos dirigimos a la cocina, encontrando a todos reír divertidos por lo que sea que estén haciendo.
—Hola a todos —saludo, llamando la atención de mis amigos.
Ember me mira con una enorme sonrisa adornando sus labios.
—Creí que no ibas a venir —dice, levantándose de su asiento.
—He venido con mi padre, quiere ver a sus nietos —digo.
Ella asiente y se acerca a mi padre, depositando un beso en su mejilla y enredando su brazo con el de él, para luego dirigirse nuevamente hacia la sala.
—Max, debemos hablar sobre el proyecto de Duits —le digo a mi amigo, antes de salir de la cocina.
Mi padre charla con sus nietos, hablándoles de todas las maravillas que verán en el mundo. Ember y yo nos quedamos en un rincón, observando la gracia con la que mi papá toma a sus nietos.
—¿Y qué tal van los preparativos de la boda? —pregunta, al cabo de unos segundos.
—Bien, Heidi está manejando todo en conjunto con la organizadora.
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Daddy Issues© #ProyectTMYLM |TERMINADA|
Chick-Lit"No estás disponible. Yo soy insaciable". Complicada. Tierna. Amorosa. Tímida. Así es Ember Bradshaw. Una chica de diecisiete años, estudiante de médico veterinario. Perfeccionista. Honesto. Fuerte. Extremadamente atractivo. Son las palabras que def...