Cap. 07 | Proteger

3.3K 254 76
                                    


Creo haber escuchado mal cuando Ember ha dicho que aún es virgen.

—¿Qué? —pregunto perplejo.

—Yo... Aún soy virgen —repite, mirándome con ojos de cachorro—. Lo siento.

—Cariño, no tienes por qué —digo, arrodillándome frente a ella y ahuecando su rostro en mis manos—. Ember, te prometo que jamás lamentarás entregarte a mí.

—Entonces, ¿no estás molesto? —pregunta.

—Por supuesto que no, demonios Emmie, nunca podría molestarme por esto.

He sabido desde que la encontré que la quiero para mí, que la necesito más allá de lo físico; Emmie es una parte de mí por la cual sigo levantándome cada mañana a pesar de sentirme como un muerto viviente, ella ha sido la razón por la que nunca me he dejado vencer.

Creí que siendo tan perfectamente hermosa y habiendo pasado tantos años, ella le había pertenecido a otro; el pensamiento y la certeza de hacerla mía, de ser el primer y único hombre en su vida hace que mi corazón se hinche de ego.

Pero, para que eso se convierta en algo real, primero tendré que volverla adicta a mí, ganarme de alguna manera su corazón, no voy a descansar hasta que eso suceda, hasta tener su amor.

—Te deseo tan jodidamente tanto Ember —susurro, acariciando sus labios con los míos.

Ella lleva sus manos detrás de mi cuello y me acerca a ella, juntando su boca con la mía en un beso desesperado.

Nos pongo de pie sin dejar de besarnos; llevo mis manos al dobladillo de su vestido y lo empujo hacia arriba, dejándola en ropa interior, la deposito con cuidado en la cama sin dejar de mirarla.

—No es solo sexo, ¿verdad? —pregunta, con las mejillas sonrosadas.

Me coloco encima de ella y la beso. Es un beso suave, cálido; intento demostrarle que no, no solo es sexo, no es atracción física; aunque si haya mucho de ello; lo que quiero es hacerle saber que todo va más allá de eso, que llevo días soñando con esto.

Ella se tensa cuando mis manos se deslizan por su costado y se detienen en el elástico de sus bragas.

—No cariño... —murmuro, alejándome de sus dulces labios. Ella me mira fijamente con las pupilas dilatadas y la respiración jadeante—. No es y nunca será solo sexo, no contigo.

Me coloco a su lado y nos pongo de costado, mi brazo pasa por su cintura y la acerco más contra mí, de modo que su trasero se aprieta contra mi erección.

—¿Qué estás haciendo? —pregunta, mirándome sobre su hombro.

—Acomodarnos —respondo.

—Eso ya lo noté —dice—. Creí que... yo... Uhmmm.

—Ember, no voy a tocarte, al menos no esta noche. Lo único que quiero es dormir contigo en cucharita.

Una pequeña risa escapa de sus labios. Mi nariz se presiona en su cabello y aspiro su aroma a champú.

—¿Ember?

—¿Mmmm?

—Tu padre te golpea, ¿no es así? —pregunto, sintiendo como todo su cuerpo se tensa y su respiración se acelera.

—¿Qué te hace pensar eso? —inquiere, su tono de voz es bajo.

—He visto el hematoma en tu mejilla y el otro día, la primera vez que viniste a mi departamento, tenías uno debajo de tu ojo; ¿por eso llevabas esas gafas?

Daddy Issues© #ProyectTMYLM |TERMINADA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora