Podría morir y esperarte otra vida [3]✓

Perdón

Su mirada azulada se volvió gris como el cielo que veía en la mañana.
Todo rastro de luz y felicidad se opacó, para su suerte cuando llegó no había nadie en casa, su madre salió con su tía y su padre estaba en el trabajo.
Nadie la vio llorar mientras subía las escaleras, pero cuando baje al cenar notarían sus ojos hinchados y llorosos.

¿Cómo sentirse? Se sentía traicionada aunque no lo quisiera aceptar.

Mientras tanto Inojin intentaba entender lo que Sarada le decía mientras gimoteaba. Se llevó las manos a la cabeza y luego a su rostro.

-- Eso explica muchas cosas -- se dejó caer en el sofá, su cabeza estaba echa un lío, lo de Sara, Boruto y ahora un compromiso ¿Himawari lo sabe? Es lo más probable.
Quería ir a verla, pero no era el mejor momento.

-- Sara -- tocó su hombro -- bebe el té y ve a dormir, necesitas descansar.

Ella no se movió de su posición, ya no lloraba, pero por dentro se sentía rota. Miró sus muñecas marcadas, pudo haberse librado de el fácilmente, pudo mandarlo a volar de un golpe, pero lograba hacer que se sientiera inferior, lograba dejarla débil frente a el y es lo que odiaba.

No sabía si sentirse triste o enojada ¿Con qué derecho le reclamo cuando el igual la traicionó? Lo que más le irritaba es que no lo traicionó como el piensa, pero no le creyó, ni siquiera le dejó explicarle y aún así todo estaba pérdido.

El rubio suspiro y levantó el teléfono de la sala y giro la ruedilla para marcar un número.

-- Oye gorda -- interrumpió a la Akimichi que le empezó a reclamar por interrumpir su cena -- necesito tu ayuda -- miró a Sarada que estaba quieta en su sitio sin parpadear -- soy pésimo consolando mujeres.

No pasaron ni diez minutos y el timbre sonó, al abrir la puerta entró sin mostrarle importancia y se dirigió a su amiga.

-- ¿El fue? -- preguntó cabreada al ver marcas en sus muñecas -- ¿quién se cree ese desgraciado?

"El amor de mi existencia" pensó sin mirar a su amiga, ya le dolían los ojos de tanto llorar y la migraña la estaba matando.

-- ¿Puedes llevarme a casa? -- susurró y Chou asintió ayudándola a ponerse de pie.

"Yo llevó más de dos horas intentando que me hable y ella en un minuto lo consiguió" miró indignado como desaparecían por la puerta. Suspiró y decidió descansar, eso sería lo mejor, tenía que preparase para el mañana.

-- En verdad no entiendo que pasó.
-- Ni yo -- miró por la ventana -- a la izquierda -- dijo cuando llegaron a la esquina de su departamento.

Chou permanecía callada, no sabía si decirle o no, ya  tenía demasiado con todo, le fue difícil ver a su amiga hacerse bolita en su cama, ella siempre fue fuerte.

-- Jamás creí verte así por un chico -- se sentó a su lado.
-- Se casará Chou -- su voz se rompió mientras apretaba los parpados -- se casará...con Sumire.
-- ¿¡Qué!? -- se reincorporó sorprendida -- ¿cómo qué con Sumire? Entonces...por eso volvió...

Ella asintió.

-- Los vi en el puente, el tenía una rosa y sonrojo -- susurró mirando sus cabellos esparcidos en la sábana roja vino -- hacen linda pareja...ella se veía feliz y como su amiga me debe alegrar ¿no es así?

La morena se quedó sin habla, solo observaba como Sara se hundía en su tristeza.

-- Sumire es bonita y femenina mientras que yo a duras penas uso carmín. Ella es perfecta para el, es sumisa como todo hombre quisiera, es amable y se que siempre le tendrá una cena lista y recién hecha a Boruto cuando el llegue cansado del trabajo. Ella le dará el cariño que merece, mientras que yo -- miró sus blanquecidos dedos con leves raspones y rió -- incluso Boruto sabe cocinar, el es divertido a diferencia de mi aburrimiento. Sumire adora las rosas mientras que yo...las armas.