Capítulo 23

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Magnus ni siquiera se molestó en caminar hasta su casa, no, tan pronto como salió del instituto y estuvieron fuera del santuario abrió un portal para llegar hasta su habitación.

El brujo arrojó a Alec a la cama y con un chasquido de dedos, lo desnudó completamente.

Alec estaba seguro de algo, si todavía le quedaba algo humano en su cuerpo, se hubiera sonrojado hasta más no poder; Magnus se quitó su ropa rápidamente y se arrojó sobre Alec.

-Todo esto es mío Alexander –murmuró Magnus con voz ronca por el deseo mientras recorría el cuerpo del chico con su mirada y lo acariciaba suavemente con sus largos y finos dedos engalanados con hermosas sortijas.

Alec sintió su piel erizarse como la de un gato mientras los dedos de su novio le recorrían la entrepierna, su erección iba creciendo cada vez más y cuando llegó al punto de ser dolorosa, Magnus la tomó entre sus manos.

-Que belleza –murmuró suavemente junto al oído de Alec, el cual fulminó al brujo con su mirada.

- ¡No digas esas cosas, Magnus! –Casi que suplicó; el brujo rió y le mordió el lóbulo de la oreja a su novio.

- ¿Por qué no? Es la verdad, es muy hermosa y es toda mía ¿verdad? –Alec no podía hablar, pues se sentía en el cielo mientras las expertas manos de Magnus lo conducían hasta él, una de ellas estaba ocupada pellizcando una de sus tetillas mientras que la otra subía y bajaba a un delicioso ritmo por su miembro–. ¿Verdad? –Preguntó nuevamente Magnus apretando la erección de Alec; éste se quejó ya abrió los ojos de golpe.

- ¡Verdad! –Respondió con voz ronca; el brujo rió y acarició el interior de los muslos de Alec antes de que sus dedos con suavidad caminaran hasta la entrada del chico que miraba a Magnus con sus ojos oscurecidos por el deseo.

-Magnus, por favor, no me torturas.

- ¿Cómo tú me torturaste cuándo supe que habías besado a Jonathan?

El ojiazul miró con molestia a su novio.

-No empieces de nuevo...

- ¡Cállate! –Gruñó Magnus introduciendo con dureza un dedo dentro de Alec, que gimió entre adolorido y complacido mientras echaba su cabeza para atrás.

-Hoy hablo yo –musitó Magnus acariciando el interior de Alec con su dedo–. Y tú solo me respondes con Sí señor o No señor ¿entendido?

-Entendido.

Weird boys (MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora