Alec se sorprendió al sentir los cálidos labios de Magnus contra los suyos y en un principio no correspondió, por lo cual el moreno se aterró inmediatamente.
¿Y si Alexander de verdad gustaba de aquel rubio? El sentimiento de pánico lo invadió, pero desapareció rápidamente cuando sintió como se relajaba completamente.
El ojiazul sentía como su mente y corazón iban a explotar.
¡Por fin!
Había soñado con este momento por tanto tiempo y por fin se hacía realidad; sus manos se enredaron en el suave cabello del moreno que lo tenía rodeado por la cintura, Magnus atrajo a Alec contra sí mismo. El ojiazul dejó pasar la exigente lengua de Magnus, que le recorrió toda su cavidad bucal robándole hasta el último aliento a Alec antes de separarse, los chicos se miraron fijamente a los ojos. Pupilas de gato brillando contra los ojos color zafiro que se encontraban iluminados por la felicidad que el chico sentía en aquel momento.
- ¿Qué ha sido eso? –Preguntó Alec con un hilito de voz.
-Eso, Alexander, ha sido un beso, no sé si lo sepas, pero un beso es una expresión de amor o afecto que las personas empleamos para expresar muchas cosas que no pueden decir con palabras.
Alec asintió grogui e ignoró la burla en la voz de Magnus.
- ¿Y que querías expresar?
Magnus sonrió abiertamente.
-Si no lo has entendido entonces quizás no lo haya hecho muy bien.
-En realidad lo has hecho de maravilla –musitó Alec en un hilito de voz.
-No lo sé –Magnus fingió estar pensativo –si no me has entendido el mensaje...
- ¿Me quieres? –Preguntó Alec completamente sonrojado. Magnus rió mirándolo exasperado.
-Nefilim estúpido –refunfuñó mientras rodaba los ojos antes de abrazar al ojiazul contra su pecho.
En aquel momento Alec sintió que no había lugar en el que encajara más, que en los brazos de aquel brujo que tanto adoraba.
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Weird boys (MALEC)
FanficMagnus Bane es un niño aparentemente extraño que solo un par de personas entienden, aquellos que son parte de su mundo, el pequeño creció aislado sin entender porque el mundo lo odiaba; el pequeño siempre creyó que nadie podría quererlo, hasta que u...