- ¿¡Por qué demonios lo trajiste!? –Preguntó Clary mirando irritada a su novio.
-Porque tú me dijiste que lo hiciera, se supone que hoy se va a reencontrar con Magnus.
-No habló de Alec –gruñó la pelirroja–. Me refiero a Jonathan.
-Vamos hermanita.
- ¡No me digas hermanita! ¡Por tu culpa está pasando lo que está pasando!
- ¿A qué se refiere? –Preguntó a Alec sin entender.
-Verás hermanito –murmuró Isabelle abrazado al ojiazul como si fuera una sanguijuela; no lo había soltado desde que se habían encontrado en el instituto–. Él fue el chico que te besó siendo novio de Magnus.
Alec frunció el ceño y miró mal al rubio.
- ¡Por tu culpa mi novio me terminó, su padre se llevó al infierno y ahora yo estoy sin recuerdos! –Espeto molesto antes de ver a su Parabatai–. ¿Por qué demonios lo trajiste?
- ¿Tú no escuchaste? Él quería venir –se defendió Jace.
- ¿¡Y qué me importa!? Yo siempre he querido un pijama de Stitch, pero no la tengo.
- ¿Quién es Stitch? –Preguntó Jace sin entender; Isabelle rodó los ojos.
-Es un extraterrestre azul...
- ¿Qué tienen ustedes con los extraterrestres? –Cuestionó Jace sin dejarlos terminar–. Como sea, ignora a Jonathan, no tiene importancia.
- ¡Oye, sigo aquí!
-Lastimosamente –dijo Isabelle–. Aléjate de mi hermano y de Magnus o te golpearé tan fuerte que a tus nietos les dolerá ¿entendido? –Gruñó la chica y Jonathan asintió con fervor; Isabelle sonrió encantadoramente–. Excelente, ahora Simon –fue la primera vez que la pelinegra se alejó de su hermano–. Vamos a bailar.
-Pero yo no sé bailar –murmuró Simon.
-Bueno, entonces voy a enseñarte –la chica lo tomó de la mano y lo arrastró hacia la pista de baile.
-Sí bueno, yo también quiero bailar, claro por supuesto, pero...
-Alec, sé que reconocerás a Magnus cuando lo veas.
-Pero...
-Además, tendrán su tiempo a solas.
-Pero...
ESTÁS LEYENDO
Weird boys (MALEC)
FanficMagnus Bane es un niño aparentemente extraño que solo un par de personas entienden, aquellos que son parte de su mundo, el pequeño creció aislado sin entender porque el mundo lo odiaba; el pequeño siempre creyó que nadie podría quererlo, hasta que u...