Prólogo

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1099 años de las Cruzadas

El sol se ponía, el viento soplaba con fuerza mientras que afuera de la ciudad  de Jerusalen  existían montañas de cuerpos decapitados, el ejército dentro de la ciudad buscaba a los sujetos que pretendían ser hechiceros o magos para castigarlos ya que la práctica de la magia era algo pagano ante los ojos de su dios, el castigo era ejecutarlos en público, era una cacería de brujas a gran escala dentro de la ciudad de Jerusalén. Los templarios entraban a cada casa con el fin de encontrar alguna sospecha de que los hechiceros estaban escondidos adentro de la ciudad. En tiempo de guerra donde el fanatismo religioso era enorme y enfermizo provocaba miedo a decir verdad. Un escuadrón de seis templarios Caminaban sobre las montañas de muertos que había a las afuera de Jerusalén. Uno de los invasores que se suponían que estaba muerto se empezó a mover, estaba agonizando y jadeando, empezó a hacer un círculo sobre su pecho y adentro un pentágono, el templario más joven que tenía alrededor de quince años se detuvo frente al sujeto que agonizaba, este abrió completamente los ojos al ver al sujeto moribundo tratando de terminar un pentágono. El moribundo se detuvo y miro fijamente al joven templario.

El joven sacó su espada de manera torpe, su cuerpo se encontraba temblando del miedo, el chico había estado detrás de los muros durante la batalla de dos días. El invasor miro al templario y sus manos torpemente se dirigieron a su cara y se quito la máscara que portaba, era un hombre de cuarenta años, el sujeto señaló al templario.

- Son unos idiotas si creen que podrán hacer algo esos muros con los verdaderos dioses de este mundo..... Somos solo alimento para ellos, para los verdaderos reyes de este mundo - Exclamó agonizando el invasor.

- ¿A que te refieres? Tu misma herejía te tiene en el suelo a punto de morir - exclamó nerviosamente el joven templario.

- ¿A sí? Te invito a que leas los libros que tengo dentro de mi bolso después que halla servido como alimento para que esta tierra brinde a un nuevo salvador - el invasor terminó de hacer el pentágono y junto sus manos y las coloco en su pecho, un rayo eléctrico salió disparado desde su pecho hacia el cielo, los ojos del sujeto se tornaron blanco, había muerto. Los cinco templarios que acompañaban al joven se acercaron a donde se encontraba el.

- ¿Ocurrió algo novato? - preguntó un templario que parecía ser el líder de escuadrón, tenía una barba rubia, coloco su mano derecha en el hombro derecho del joven.

El joven no respondió debido a que estaba impactado por lo que acababa de presenciar, el capitán decidió acercarse al cuerpo puso su mano en el cuello del sujeto para sentir su pulso, no había nada el sujeto estaba muerto. El capitán calmo al joven templario pero le advirtió que tuviera cuidado. Cuando el capitán se fue con los demás el joven templario se acerco al cuerpo y le quito el bolso que cargaba.

Habían pasado dos horas desde que habían regresado al interior de los muros, el chico se encontraba en su tienda de campaña lleno de miedo por portar esa bolsa que le había dicho que tomará aquel invasor antes de morir de una manera extraña. El chico tenía sus manos atrás mientras observaba el techo de la tienda, estaba pensando si era correcto abrir ese bolso, el chico era de piel blanca su cabello era castaño y ojos azules. Su miedo hacia ese bolso era que se considerará hereje por tener el bolso de un invasor. Se levantó enérgico mientras agitaba nerviosamente su cabello, miro el bolso con miedo en su interior. -Maldición..... La curiosidad va a hacer que me maten.. - el chico tomo el bolso y metió su mano,, estaba nervioso, sacó un libro, un libro que llamó su atención era color rojo y tenía un círculo extraño de portada, el joven templario leyó el nombre del libro y lo dijo en voz baja - los secretos de la alquimia - el chico leyó la primera página, le interesó pensó al principio que era magia negra pero no algo en el fondo le decía que no era eso, los términos le parecían muy lejos de la hechicería al menos las primeras páginas hablaban sobre el cambio de infraestructura de las cosas, cambiarlos, modificar las cosas en armas. La página 25 hablaba sobre una piedra roja hecha con animales eso le pareció extrañó pensó que era alguna clase de magia negra, era una blasfemia para sus creencias, pero el poder que dicha piedra mostraba era algo que le interesó, podía ayudar a más personas intentando usar esas piedras pero había un problema una vez utilizadas estas dejaban de funcionar, el joven templario avanzó de página hasta llegar a la página cien donde hablaba sobre la piedra filosofal, fue en esta página donde el chico recibió un impacto en mayor medida, lo que acaba de leer lo perturbo haciendo que el libro se cayera de sus manos. . - Esto no es verdad....Esa cosa podría evitar que nos atacarán los invasores pero....Tendríamos que utilizar vidas humanas para ello definitivamente es un poder que dios no tolerará.

El chico en los años siguientes salía al campo de batalla y luego de ellas empezaba a hacer un círculo alrededor de la ciudad tras finalizar cada batalla, sabía que la ciudad de Jerusalén sería siempre atacada por enemigos que no toleraba a su dios y que deseaban tener el control de la ciudad, sabía que lo que iba hacer era un pecado ante los ojos de su dios, nadie se percato de la conducta errática de aquel joven hasta el día que el círculo de creación de la piedra filosofal estaba casi terminado solo le hacía falta el círculo del centro, el chico se había obsesionado con eso. Una noche hubo un ataque a gran escala, los invasores habían logrado entrar a la ciudad el ejercicio apenas podía resistir, el chico se encontraba en el centro de la ciudad la gente se reunió ahí esperando un milagro que los salvará, el chico se quito el casco al ver que la caída de la ciudad sería inminente, se quito la parte superior de su armadura y la camisa que traía y se paro sobre la fuente que se encontraba en el centro de la ciudad, era el punto central de la ciudad.

- ¿Qué está haciendo novato? - grito molesto el líder de su escuadrón al verlo mientras se ponían frente a los civiles mientras el ejército invasor corría hacia ellos.

- Salvando las vidas de todos señor... ustedes vivirán en mi corazón -el chico sonrió y junto sus manos y las coloco en su pecho, el chico sonrió. Todos los que lo rodeaban lo vieron con ojos de miedo otros gritaban que eran un brujo que lo mataran, los templarios rompieron formación y se dirigían a él con intención de matarlo, el chico seguía sonriendo mientras el círculo un hexágono y unas palabras escritas en su interior empezaron a brillar de color rojo.

El capitán de los templarios estaba frente a él dispuesto a cortarle la cabeza al chico cuando una fuerte explosión de energía roja surgió alrededor del chico consumiendo a todo lo que rodeaba la ciudad y lo que estaba dentro de ella. Esa noche la ciudad parecía haber sido consumida por la energía hasta donde acababa el círculo de transmutación

Actualidad
Kaworu cerró el cuaderno que estaba leyendo sobre un árbol del bosque de aokiahara, el cielo estaba completamente oscuro, la lluvia caía con gran fuerza, miro a su alrededor y observó que todos estaban dormidos, miro con cierta ternura a Murano quien dormía a su izquierda, aún no se quitaba el casco o el uniforme de fuerza especial el cual le había ayudado a infiltrarse en las fuerzas especiales para capturar a Folker. Kaworu miro al frente y observó a Kimbley quien era el único despierto quien miraba como Edwards dormía. Kaworu se puso de pie y se dirigió hacia el. Kimbley lo noto y lo miro de reojo

-¿Qué tan cerca estamos del lugar donde guardaron el libro? - preguntó Kimbley mientras sacaba la piedra filosofal de su bolsillo derecho y la observaba.

- Cerca.... No hay que desesperar señor le recuerdo que tenemos una gran ventaja sobre el enemigo.... Lo demostramos hoy.... Además la impaciencia es una debilidad para los seres humanos y si desea ser algo encima de ellos debería de dejar esa sensación de lado.- le dijo Kaworu con algo de simpleza.

- Lo sé bien... pero admitamos lo quien no se pusiera ansioso ante la inminente conversión a dios... Ser el dios que los castigue a los humanos  por cometer tanto pecados,- exclamó Kimbley con determinación, levantó su puño derecho junto con la piedra -pienso reconstruir a los caídos.

- He escuchado tantas veces castigar los pecados de los humanos que es algo que no puede considerarse serio... Pero si el regresar a mis... Digo a ellos será un placer ayudarlo con su plan. - dijo Kaworu mientras miraba al cielo.

- Hay algo que no me has dicho ¿verdad Kaworu? - preguntó con intriga Kimbley mientras guardaba la piedra - te conozco desde que termino la guerra y decidiste apoyarme con mi plan de convertirme en un dios para evitar más sufrimiento.... Pero por que me pediste que regresará a los extintos... nunca entendí a que te referías - exclamó con confusión Kimbley.

- Al leer el libro lo entenderás mejor Kimbley.. En ese momento tendrás todas las respuestas que buscas- Respondió Kaworu mientras miraba el cielo oscuro sin ninguna estrella sobre el.

























Alquimia Oscura: Los hijos de la piedra filosofal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora