Bosque de Aokihagara.( Cacería)

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La lluvia había dejado de caer sobre el bosque, Kaneda y Katsuragi habían corrido alrededor de quince minutos desde que lograron escapar del laboratorio, Se encontraban agachados detrás de un tronco grueso que se había caído, Katsuragi apoyo su cabeza en el mientras apretaba con fuerza el libro contra su pecho mientras su respiración se aceleraba. Kaneda tenía sujetaba la pistola con su mano derecha, levanto la cabeza para ver si los estaban persiguiendo, volvió a agacharse y miro a Katsuragi.
— Parece que no nos han perseguido así que es seguro movernos— Exclamo mientras trataba de recuperar la respiración— Me cuesta creer que esos hijos de puta que tuvimos enfrente hallan asesinado al rey blanco— Agrego Kaneda mientras miraba la pistola.
— Kaneda aún no nos podemos ir — Katsuragi se puso de pie y camino hacia donde estaban las ramas del árbol caído, tomo un par de ramas gruesas, las puso en el suelo y a lado de ellas el libro de alquimia oscura.
—¿Qué demonios estás haciendo? — Pregunto confundido Kaneda al ver lo que estaba haciendo Katsuragi— No sé si se ha dado cuenta que entre más nos quedemos aquí será más fácil que esos sujetos nos encuentren.— Exclamo el chico mientras ella lo ignoraba, junto sus manos, coloco su mano izquierda a lado del libro y la derecha a lado de las ramas, hubo un destello de energía color celeste el cual le nublo la vista a Kaneda este no pudo ver en alrededor de cinco minutos, cuando recupero la visión presto su atención en Katsuragi quien tenía dos libros en la mano.
— Escúchame Kaneda— Katsuragi le dio el que tenía en su mano derecha— Esta es una copia del libro tómalo así al menos el grupo tendrá ese libro y se habría cumplido la última misión del rey blanco.
— Espera ¿Qué significa esto?— Pregunto confundido Kaneda mientras tomaba el libro y lo miraba, luego miro a Katsuragi.
— La C.D.A. viene en camino gracias a tu llamada pero eso no nos asegura que estemos a salvo ni que logremos llegar a la salida...además por algún motivo presiento que nos están persiguiendo así que quiero que escuches — Katsuragi observo con seriedad a Kaneda— Protege esa copia con tu vida si nos empiezan a perseguir ya que si lograron matar al rey y al líder de los Xfire dudo que unos agentes de la C.D.A. los detenga y sé que alguno de los dos no saldrá con vida si nos persiguen su objetivo es el libro.
— No me venga con esa mierda de que se va a sacrificar en ese caso no tiene nada de sentido además si nos persiguen pelearemos juntos y mataremos al imbécil que nos persiga es mi deber hacerlo— Exclamo Kaneda.
— No lo esta no quieras parecer héroe chico— Katsuragi miro a Kaneda con cierta dulzura— Pero me agrada la idea que colaboremos para acabar con nuestros perseguidores pero si la situación parece desfavorable escaparas— Katsuragi empezó a correr.
— Esta bien pero dudo que esos bastardos nos pongan en desventaja si solo viene uno de ellos detrás de nosotros — Exclamo Kaneda mientras corría detrás de Katsuragi.

Laboratorio

El techo de la habitación principalmente en la parte que estaba sobre el lugar donde había estado colocado el libro había un agujero suficientemente grande para que entrara la luz del día. Kimbley miraba con cierta molesta el agujero, Kaworu entro a la habitación mientras miraba a su alrededor, vio los cilindros donde se encontraban las criaturas humanoide dentro del agua fluorescente roja, camino hacia Kimbley y luego levanto la vista y observo el agujero con una leve sorpresa.
— ¿Se llevaron el libro?— Pregunto mientras seguía mirando el agujero.
— En efecto— Respondió mientras levantaba los brazos Kimbley con algo de molestia— Veo que esas ratas creyentes de una ley estúpida son difícil de matar.
— Son fáciles de matar — Kaworu miro aun con más detenimiento el agujero— Ellos simplemente no son tan estúpidos de dejarse matar en una pelea directa además — Kaworu miro a Kimbley, le sonrió amablemente mientras empezaba a avanzar hacia los restos del altar a donde habían colocado el altar — Hector quiero que me traigas la cabeza de ambos con el libro— Ordeno mientras se paraba donde se suponía que estaría el libro, uno de los sujetos que estaba uniformado como si fuera un fuerza espacial corrió hacia el altar , un pilar de concreto lo elevo hasta salir por el agujero que se había hecho por el bloqueo que Kaneda y Katsuragi realizaron.
— Kaworu creo que deberías de ir — Kimbley fue interrumpido por Kaworu.
— No hay que apresurarse Kimbley estamos en el laboratorio donde se crearon homúnculos y estos seres que ves en los cilindros son homúnculos y debajo de estas habitación— Kaworu se sentó en el altar mientras apoyaba sus codos sobre sus piernas— Se encuentran las armaduras de estas criaturas así que sería bueno liberarlos en el momento decisivo de nuestro plan.
— ¿Podrias controlar a esas cosas?— Pregunto Kimbley mientras observaba con asco a cada uno de los homúnculos.
— Obviamente no los homúnculos solo obedecen a sus creadores y quienes crearon estas cosas ya están muertos ya no hay nada que hacer para controlarlos pero ambos sabemos qué momento los podremos utilizar y sé muy bien que te preguntas como pienso liberar a esas cosas — Kaworu se puso de pie mientras detrás de él y del altar se empezó a abrir una pared— Una reacción alquímica en cadena es más que perfecto para despertar a esas cosas.
— Murano, Klauss no vendrán con nosotros abajo , su única misión es vigilar que el hijo de Folker no despierte— Ordeno Kimbley mientras seguía observando a los homúnculos — Dime ¿el libro tiene las instrucciones exacta para revivir a mi gente?— Pregunto Kimbley mientras caminaba hacia Kaworu.
— El libro de la alquimia oscura posee la historia de la alquimia como lo más peligroso y dañino de ella como cosas difíciles de realizar como lo que pides y con exactitud hemos empezado el proceso para ello pero necesitamos el libro para un último detalle— Exclamo Kaworu mientras entraba a la habitación.
— ¿Lo imposible? Pensé que lo que hacías lo era — Dijo en voz baja Kimbley mientras lo seguía.

Alquimia Oscura: Los hijos de la piedra filosofal Donde viven las historias. Descúbrelo ahora