Capítulo 5 - I Would

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—No puedes estar más en lo cierto, Stefan— ahí va la rubia —no porque tenga la oportunidad de llevar al triunfo a Belmont  Durston Intitute  tiene el derecho a sentarte con nosotros.

"¿Las porristas siempre tienen que decir el nombre completo del instituto cada vez que se referían a  este? ¿Por qué?"

El ambiente se tornó tenso e irrompible.

En un abrir y cerrar de ojos, la cafetería entera nos miraba. No me había percatado de eso.

—¿Qué miran?— Oliver se levantó dirigiéndose a los presentes que nos rodeaban —No hay nada que mirar desadaptados.

Era increíble el poder que tenían los populares sobre los otros porque de inmediato volvieron a almorzar, fingiendo no haber escuchado nada de lo sucedido.

Diez contra mí.

—Tienes razón Zarah— me dirigí a la rubia —No pertenezco aquí,  yo si tengo cerebro chicos.

"Tenía que defenderme"

—¿Así? No parece- Dios, iba a explotar.

—Al menos lo tengo pero tú... — inesperadamente alguien me cargo sobre su hombro, me había interrumpido justo en el momento que le iba a soltar un golpe a la niña bonita.

Cargándome en su hombro derecho, salimos de la cafetería.

—Déjame volver— el ruloso me impedía la entrada.

—Espera, pesas un poco— simulo jadear mientras me bajaba.

—¡Oh! Otro que me lo recuerda— trataba de calmarme. "Aléjate o el golpe será para ti" -¿Ya? Si es así, muévete, tengo que ir a arrancarle las extensiones a Zarah— se empezó a reír, acaso ¿Mi coraje era gracioso?

—¿Qué es tan gracioso?

—Tú— seguía riendo a pequeñas carcajadas.

"Ahora sí te ganaste un golpe. ¡Grr!"

—Ah ya entiendo. Solo me retiraste para no desfigurarle la cara a tú noviecita, ¿Cierto?— despareció cualquier rasgo de diversión de su rostro.

"Van al colegio todas las mañanas. Seguro abrazado de ella. Simplemente no puedo competir con tu novia. ¿Te abraza cuando te sientes mal?... Yo lo haría. .. Yo lo haría".

—¿Zarah? Ella no es  mi novia— respondió con cara de asco.

—Si, como sea— me encamine a la puerta del lugar y así lograr mi objetivo.

Me volvió a tomar entre sus brazos por detrás, impidiéndome el paso.

—¡Aquí vamos de nuevo, solo serán unos cuantos mechones de cabello, oh vamos, no creo que llore tanto! — dije divertida.

—¡NO!— estaba serio, pero una sonrisa quería dibujarse en su rostro.

—Entonces suéltame— advertí girándome completamente hacia él.

Nuestras bocas estaban a escasos centímetros. Me fue difícil contar el tiempo que llevábamos en esa posición. Simplemente esos ojos verdes como los rubíes, hicieron que perdiera la noción del tiempo/espacio.

"Aléjate Darissa, es un campo minado, retrocede"

—No, hasta que me prometas dos cosas—"Demonios" había roto aquella atmósfera en el cual estaba enredada junto con él.

—Depende, ¿Qué tipo de cosas?— susurre,  "Contrólate"—Pero estoy segura que me rehusare...

—¿Por qué? ¿Siempre te predispones?— comento mientras me sostenía con una mano y con la otra acomodaba su chaqueta. Es fuerte.

—Si, así soy. Y porque eres uno de ellos— ahora criticaba mi forma de ser.

—¿Ellos?— seguía acomodándose la chaqueta y un movimiento brusco hizo que revelará parte de una ala dibujada en su pecho. Supongo que era una especie de ave.

"Que sexy, tiene tatuajes, ¿Hay algo más ardiente que eso?... ¡NO LO CREO!"

Jalo su playera, mostrando más de su piel teñida. Se dio cuenta que babeaba por ver el restante de ese tatuaje. ¿Lo hacía a propósito?

—¿Ellos?— repitió sacándome del trance en el que estaba.

—¿Qué?—pregunte, "Sigue así, babeando".

Volvió a reír, corroboro que me hipnotizo con tan poco.... ¡DEMONIOS!

—¿Que soy uno de ellos? ¿Cómo?— poso de nuevo su mano en mí mientras una sonrisa adornaba su sexy rostro.

"¿Ya les había dicho que es hermoso? Pero Dios, concéntrate, ¿Amor? Ahora no necesitas eso. Despierta"

—¡Haa! Si—aclare mi garganta —pues... uno de ellos. Un jugador, parte de los populares, pedirás cosas que en alguna forma resulte expuesta a la burla. ¿Ya me puedes soltar?— trataba que mi nerviosismo no se reflejara a flor de piel.

Comencé a tratar de zafarme de nuevo pero me tenía en un fuerte agarre. Era en vano. Era notable su fuerza contra mi debilidad.

—Vale, vale— refunfuñe cansada —¿Qué condiciones?

—Pero prometes que si te suelto, cumplirás— rodé los ojos mientras arremangaba las mangas de mi sudadera —¡Promételo Darissa!

—¿Más promesas?— *Promételo*repitió —Vale, lo prometo.

Levante mi mano derecha haciendo el juramento y poco a poco fue soltándome, sinceramente, muy dentro de mí, no quería que alejara su cuerpo del mío. Se sentía tan cálido estar junto a él.

—No trates de escapar— asentí burlonamente mientras disminuía su fuerza.

Al momento que tuvo el último contacto con mi cuerpo, trate de correr de nuevo hacia la mesa popular.

Plan fallido.

Alcanzo una de mis muñecas y la sostuvo con fuerza pero sin llegar a hacerme daño.

—¡Esto no puede estar pasando!—replique.

—Las promesas, ¿las recuerdas?— si me dice una tontería típica de populares, me largo con la mano adolorida por el golpe que le daría. Aún estaba enojada, muy enojada.

—Está bien, dilas, esto se está demorando mucho— fruncí el ceño.

—Te soltare completamente— su boca se veía tan besable mientras pronunciaba cada una de las palabras —si en primera prometes que no iras a golpear a Zarah.

—¡Ya vez, si es tu novia!— señale en dirección a la cafetería después de pasar mi mano por mi cabello.

Frustración.

—¿Celosa?— subió su ceja derecha expresando gusto.

—Prosigue—"¿Estas celosa? ¿Yo? Claro que no"

—Y la segunda— esperaba con ansias, después de aquella confesión iba a ser libre —si prometes ir conmigo alguna vez por un café.

Abrí mis ojos a tope y posiblemente mi mandíbula llego al piso. Me estaba invitando a salir.

—¿Tu clase o la mía?— me miro confundido al momento que exclamaba un *disculpa*.

—Si, es obvio, ¿la siguiente hora iremos a tu clase o a la mía?— seguía sin comprender —¡No acepto!, así que no me soltaras y tendremos que ir juntos a la siguiente clase en menos de cinco minutos.

—Eres testaruda— libero mi muñeca.

—...Está bien. Acepto— exclame antes que se alejara y me dejara sola en aquel pasillo.

Una sonrisa se dibujó mientras se acercaba. Se acercó demasiado y en mi oído susurro...

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