Tome mi abrigo y mi gorro antes de salir de casa. Una ligera lluvia cubría las calles, no me importaba mojarme un poco.
Camine lento hacia la cafetería, tengo la mala costumbre de llegar con retraso. ¡SIEMPRE!
——-
Lo vi desde la ventana principal. Sentado en una de las mesas del rincón, mientras tecleaba en su iPhone. Jodidamente sexy debo admitir.
"¿Te gusta?" Interesante. ¿Aquí vamos de nuevo? ¿Darissa caerás en el amor? No seas patética. Sin debilidades. Fuerte"
Maldita voz, aléjate... retiro lo dicho, quédate.
Entre al establecimiento y camine hacia la mesa donde se encontraba él. A medida que me acercaba más sentía que me faltaba el aire.
Me postre frente a él, levanto la cara y nuestras miradas se encontraron. Se paró inmediatamente y jalo la silla para que tomara asiento.
—Gracias.
—De nada— volvió a su lugar y el silencio apareció invadiendo nuestro entorno.
El ambiente silenciosamente tenso fue interrumpido por el camarero preguntando nuestra elección de pedido. Gracias a Dios.
—Yo pediré un Coffee Mocha con una orden de bagels— dijo mientras dejaba el pequeño menú sobre la mesa.
—De acuerdo, ¿Y para su novia?— el color rojo ardió sobre mis mejillas.
—¿Y tú, cariño?— pregunto seriamente.
Entrecerre mis ojos un poco confundida mientras el asentía levemente indicándome que le siguiera la corriente, supongo.
—Un Cocoa Cappuccino, por favor—el camarero se alejó después de agradecerle.
Y el silencio se reanudo.
—Me alegro que hayas aceptado esta cita, *novia*— dijo haciendo comillas con sus dedos al decir la última palabra.
—JAJAJAJA— reí falsamente —en primera no es una cita, es un café. Y en segunda no soy tu *novia*— termine con imitar la misma acción de las comillas.
—Una cita o no... estamos juntos y eso ya es ganancia— mordió su labio inferior. Joder y más joder.
¿Podría ser más sexy?... Posiblemente.
Esos pensamientos se borraron al recordar el motivo de esta salida. Me había bloqueado el paso para no arrancarle sus hermosas y plásticas extensiones a Zarah. Su noviecita...
—Si, como sea, es una cita forzada, ¡No, no!, es una salida forzada. Por una promesa— trataba de evadir su mirada. Imposible.
—Era esto o arrancarle las extensiones y posiblemente terminar en detención y/o ser expulsada. ¿Fue la mejor opción, no?
—Valdría la pena, tu noviecita ya me tiene harta— respondí quitándome el gorro y dejándolo sobre mi regazo.
—Te vuelvo a repetir que no es mi novia. A ella le gusta Stefan— replico acercándose a mí e hizo una señal para que también lo hiciera. De tonta hice caso.
Estábamos muy cerca, uno enfrente del otro.
—Además, a mí me interesa alguien más... tú.
Me quede paralizada. ¿Qué podía decir?
Silencio total y un undertone rosado en mis mejillas.
Pasaron algunos segundos para que reaccionara.
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Really Worth It?
Teen FictionAquella imagen perfecta que se pintaba frente ella, no duraría lo suficiente. Nada lo hace. ¿Realmente valió la pena?