Parte XVII

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Holo! Buenos días!!!
Espero les guste este cap

-Quisiera… yo…

-Sólo dilo, Ana

No habló, sólo se acercó más, demasiado cerca para mi gusto, no pude evitar cerrar los ojos tratando de controlar mis emociones, porque tenerla así de cerca sólo me hacía querer besarla.
Y justamente lo sentí, no sabía si era imaginación, una producción del alcohol o si acaso era real, se sentía tan bien, provocaban desde la sensación del corazón a punto de estallar, hasta la paz mental, todo tan relativo y distorsionado.

Los labios de Ana seguían pegados a los míos sin moverse y yo no sabía si profundizar el beso o dejarlo así, no quise pensarlo más, no sabía si iba a arrepentirse la ocasión, así que hice un movimiento para atrapar su labio inferior entre los míos, con ese sólo movimiento Ana comenzó a besarme, haciendo más íntimo el beso, era un beso suave, sin prisa, como conociendo nuestros labios, un beso dulce, sin otra intención mas que sentir esa suavidad. De mi parte estaba cargado de sentimientos, de amor y anhelo, por su parte no sabía, pero esa manera tan delicada que tenía para besar podría dar referencia a cariño y quizás miedo.
Sus manos pasaron por mi cuello, acariciándome un poco, mi mano izquierda posaba en su mejilla.
El beso era más lento, poco a poco fuimos separándonos.

-Te quería besar

Dijo sin abrir sus ojos.

-Y ha sido un beso hermoso

Dije sintiendo todo mi interior revuelto, revuelto en el aspecto de que Ana había dejado un desorden emocional, bonito, talvez.

-Disculpa, sé que no debí

-Tranquila, no es como si yo hubiese hecho algo para evitarlo

Nos mirábamos a los ojos,  me abrazó y yo a ella, dejó un suave beso en mi cuello y de inmediato me separé, me sentía ruborizada.

-Ana, no hagas eso

Cerré los ojos aguantando esa sensación. Ella rió con euforia.

-No te burles

Un sentimiento de vergüenza se instaló en mí.

-¿Es tu punto sensible?

Su voz sonó coqueta.

-No voy a responder eso

-¿No?

Sonrió de medio lado y se acercó, volvió a besarme, acariciaba mi cuello y su otra mano sobre mi hombro, estaba provocándome, lo peor de todo era que lo hacía sólo por efecto del alcohol. Me aparté.

-No lo hagas, Ana, no hagas algo de lo que después cuando estés sobria te arrepientas

-Pero estoy sobria, Milo

-No, no lo estás

-¿A caso después me dejarás hacerlo?

-No es lo correcto

-Tú eres demasiado correcto

Seguía acariciándome el cuello, intenté alejarme, con ambas manos sujetó mi cara y volvió a besarme, más profundo, más intenso, otra vez esa sensación, sentía mi rostro arder, y no era sólo de la pena.
Escuché una garganta aclararse, Ana se separó de inmediato y se alejó de mí, volví mi mirada al lugar de donde provino el sonido, Lourdes estaba allí.

-Te haré un café

Dije a Ana mientras me ponía de pie, pasé junto a mi prima y le susurré:

-Gracias por llegar en éste momento, lo necesitaba

Ella no me miró, sólo miraba con seriedad a Ana. Fui a la cocina a preparar el café, me sentí aliviada, Ana me atraía mucho de todas las formas existentes, no quería perder el control frente a ella, no quería equivocarme, me gustaba y mucho, pero no era razón para errar las cosas. Un poco más y no me habría podido contener.

Regresé ya con el café y pude escuchar a Lou decir:

-Sólo no quiero que la ilusiones ¿comprendes?

Vi a Ana asentir.

-Aquí está tu café

Hice como si no hubiese escuchado nada. Ella lo tomó de sopetón, sin importar que estaba un poco caliente.

-Traje pizza

Lourdes me miró al fin.

-Vamos a comer

Ambas vinieron conmigo. Ana no había hablado en todo el rato, sólo se veía apenada.

-¿Te sientes mejor?

Le pregunté cuando terminó su segundo trozo de pizza.

-Estoy mejor, gracias

No me miró.

-Gracias por todo, Emilia, debo irme

Se puso de pie, fue a tomar su mochila y salió por la puerta, sin decir más. Suspiré y miré a mi prima, la cual habló de inmediato.

-¿Cómo llegaron al beso?

-No fue el primero, llegamos ahí, porque ella quería hacerlo

-Y tú te aprovechaste

-Sabes que no soy así, sólo me dejé llevar, no pude resistirlo Lou, Ana me gusta mucho, y quizás eso no vuelva a pasar, pero una parte de mí no quería, porque ella no va a recordarlo y porque no es correcto

-Entiendo, sólo ten cuidado ¿de acuerdo?

-Eras tú la que decía que me aventurara

-Sí, pero no quiero que te lastime

-No lo hará

Quise creer que no.

Esto era confuso, Ana había provocado todo por voluntad, pero… había un pero, y no me gustaba, la escena de ella y su novio discutiendo vinieron a mi cabeza ¿y si yo sólo había sido experimento y desahogo?
Gruñí fuerte, me iba a patear el trasero yo misma si acaso era así.

Ana

No es que hubiera estado ebria como para besarla, nada de eso, al menos en ese momento no me había afectado el alcohol.
Estaba en las facultades necesarias para saber si lo que hacía era lo que quería, tenía la suficiente conciencia para tener claro que era lo que deseaba. Y es que no podía evitar la necesidad de besarla y comprobar si en un beso más profundo ella continuaba teniendo esa suavidad, calidez y ternura en sus labios, y era así, me hizo pensar en lo diferente que era a Erik.
Emilia sabía cómo transmitirle ternura y confianza a una mujer. No me sorprendería que muchas chicas estuvieran tras ella. Aunque la idea no me agradaba del todo y aún me costaba aceptar el porqué.
No era que dudara de mis preferencias sexuales, pero Emilia tenía algo, algo que podría confundir a cualquiera.

Sus labios se habían convertido en algo que yo quisiera probar cada vez más, me generaba un cosquilleo extraño en mi estómago, una reacción en el corazón, una palpitación más rápida. ¿Qué me estaba sucediendo?
Y a eso le sumaba la actitud de Erik, la decepción que sentía, su comportamiento, si él nunca había actuado así, nunca me había hablado así. Y de pronto la culpa comenzó a aflorar, él no estaba del todo errado.

Emilia… me atraía mucho, no era algo que pudiera evitar, talvez tenía que ver con que era lo que Erik no, pero sí lo que me cautivaba.
Me confundía, y no tenía ni la menor idea de qué hacer. Sabía que yo le gustaba y temía que algo saliera mal entre nosotras, me gustaba mucho su presencia en mi vida y no deseaba que se fuera.
Me gustaba tanto. Mis ojos se abrieron totalmente al instante ¿Qué había sido ese pensamiento?
Me espanté tanto con la idea, no porque me causara desagrado, sino porque implicaba muchos problemas.
¿Acaso yo era lesbiana? No, no lo era. La pregunta  talvez podría ser: ¿soy bisexual?
Me pasé las manos por la cara con frustración.
¡Qué complicado era todo esto! Necesitaba aclarar mis pensamientos.

Enamorada De Mi AmigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora