Enamorada De Mi Amiga

Parte XXII

Ya se va a poner bueno xD

Ana

Desperté con un pequeño dolor de cabeza, al intentar moverme supe que me sostenía a algo, o mejor dicho alguien.
Abrí los ojos, su rostro apacible estaba ahí, sus labios semiabiertos, sus ojos cerrados, sus pestañas rizadas, su cabello desordenado. Deslicé mi mano por su abdomen, sentí su desnudez, entonces reaccioné, miré bajo la sabana, ambas estábamos desnudas de la cintura para arriba ¿Acaso tuvimos sexo? ¿Acaso estuvimos a punto de hacerlo? ¡Odiaba no poder recordar! Recordaba lo del bar, y lo demás era sólo escenas borrosas.

Miré su rostro y me acomodé en su hombro, me abracé a ella y cerré los ojos, no me disgustaba para nada estar así con ella, ni siquiera sentía una pizca de pena el tener mi piel contra la suya. Me sentía tan cómoda con ella en todos los aspectos posibles.

Volví a quedarme dormida.
Al despertar lo primero que hice fue mirar a Emilia, llegué a pensar que podía haber sido sólo un sueño, pero no, ahí estaba mirándome atentamente, sus labios formaban una pequeña sonrisa, y sus ojos brillaban.

-Buenos días

Me moví un poco tratando de alejarme, pero ella me atrapó entre sus brazos.

-Quedate junto a mí

Volví a abrazarla, el asunto del porqué estábamos sin ropa en la parte superior, me inquietaba.

-Em

-Dime

-¿Porqué estamos casi desnudas?

-Porque... ¿segura que quieres saber?

-Sí, necesito saber

-Cuando llegamos te pusiste muy hot, te quitaste la ropa, estabas por quitarte el pantalón, pero saltaste a besarme como loca, a la fuerza me quitaste mi camisa, yo no quería, pero parecías poseída, creí que ibas a violarme, pero cuando ibas a deshacerte de mi pantalón te dormiste encima de mí

-¿En serio?

Pregunté horrorizada.

-Nop

-Espera ¿qué? ¿Cómo que no?

-No, sólo bromeaba

Y rió con esa su risa tonta que tanto me gustaba.

-¡Eres odiosa!

-Si lo fuera no estarías en mi cama, abrazada a mí, con tu torso desnudo junto al mío

-¡Ash! ¡Ya dime qué realmente sucedió!

La vi dudar un poco, después suspiró y dijo:

-Sólo comenzamos a besarnos en el sofá, todo se puso intenso y vinimos a mi habitación, las cosas no cambiaron, nos quitamos las camisas, nos besamos más hasta que...

Detuvo sus palabras y se rió.

-¡¿Qué?!

-¡Te dormiste! Así que me dormí contigo

-¡Qué vergüenza!

Susurré.

-Sí ¡eres una vergüenza!

-¡Oye!

-¡Es cierto! ¿Quién se duerme cuando está a punto de...?

No pude evitar reír.

-Estás dolida porque me dormí

Su cara cambió a una expresión de dolor.

-Sí, estaba muy emocionada, no sabes cuánto había esperado, me dolió el corazón cuando supe que te dormiste, casi me mato, no era capaz de vivir con semejante desilusión