Han pasado como diez minutos desde que terminó el vídeo, no he podido moverme, ni siquiera he dejado de ver la televisión. Creo que Andrew está igual de pasmado que yo, o quizás más.
Es hora de enfrentar lo que se avecina, estoy consiente de todos los pros y contras que esto ocasionará, pero ya no hay de otra, gracias al alcohol he tendido la valentía de expresar mis sentimientos, no se si los de Andrew sean verdaderos pero debemos decir todo ahora.
Se que me estoy arriesgando demasiado, y hay un sin fin de probabilidades, pero las tres más acertadas son: que mande al demonio, que haga como que aquí no pasó nada, la última y menos probable que en verdad sienta algo por mi.
Soy una estúpida al pensar que Andrew podría sentir algo por mi, pero mi mente quiere aferrarse a la idea de mi abuelo: "los niños y los borrachos, siempre dicen la verdad" ambos estábamos más que ebrios, quizás los dos soltamos nuestras verdades.
Me atrevo a verlo y está viéndome, se me encoge el corazón del miedo, siento una vacío en el estómago y algo en mi pecho, abro la boca para respirar, estoy ahogándome con el miedo en mi ser.
Intento analizar sus facciones, pero al ver su ceño fruncido y su mandíbula apretada, mi intento se va al carajo. Toma el control a la TV, y se levanta del piso.
-¡A LA MIERDA!- grita con coraje y arrojando el control contra el televisor haciendo que se cuartee al instante.
Me encojo ante su reacción. En todo el tiempo que llevo de conocerlo, jamás lo había visto así, ahora se que todo intento será fallido. Se va cerrando la puerta de golpe. Y ya no puedo contenerme más, me ahogo con mi llanto y los sollozos son incontrolables al grado de marearme por la falta de aire. Hacia mucho tiempo que no me sentía tan vulnerable, tan frágil, tan débil, hacia mucho que mi ser no gritaba por los brazos de mi madre, ese refugio tan cálido y amoroso que siempre me han recibido con mucho regocijo.
Sam debe estar muy emocionada por haberse casado con el hombre que ama, estoy bien por ella, pero yo estoy muy lejos de conocer el sentimiento de felicidad.
Me levanto del piso y voy al armario me pongo ropa deportiva de Andrew, busco unos tenis de él que me quedan enormes, pero no hay otros.
Llegó al inicio de las escaleras, puedo escuchar que Andrew hablando por teléfono, grita mucho con el enojo dominándolo.
-¡NO IMPORTA... SE TIENE QUE HACER ALGO... NO... PUEDE QUE SI... NO... ¿Y SI NO?... SE TIENE QUE ANULAR... NO ME IMPORTA ANUNALO!-
Mientras grita yo bajo las escaleras, tenía la pequeña esperanza de poder hablar de esto, pero la pequeña esperanza se ha ido, me pongo a su lado y me mira con pena.
-lamento lo que pasó- susurro.
Me pongo el gorro del suéter y sigo mi camino, salgo de casa con las mejillas empapadas, los ánimos por los subsuelos y echa un desastre. ¡Quiero a mi mamá!
He caminado sin rumbo, y perdido la noción del tiempo, le he dado la vuelta a todos mis pensamientos pero siempre llegó a la misma conclusión.
Digo, nada me detiene para ir con el y expresarle todo, al fin de cuentas lo peor que me podría suceder es que me mande al demonio, no es el fin del mundo ¿o si? Además, ya había tomado la decisión de luchar por él, y ni Abigail, Gwen, e Irina me van a detener, estoy actuando como una estúpida niña asustadiza por un error.
Aún que pensándolo bien, creo que puedo valerme de ese error para empezar a conquistar a Andrew, no se va a enamorar de mi como por arte ser magia, tengo que hacer algo pero ya.
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Enamórame
RomantizmTener a tu jefe en tus manos, es una oportunidad única, y Jade lo sabe. Jade, aprovecha la oportunidad que tiene frente a ella, se aprovecha de Andrew, su guapo, arrogante, millonario y ebrio jefe. Jade se lanza sola al precipicio al extorionar a s...