Enamórame

Capítulo 50 (2/5)

Falta una semana para la boda y he estado muy ocupada y sobre todo feliz, Andrew no deja de recordarme que me ama, y eso siempre me alegra el día. Sé que teniendo sexo en la cocina y recargada en el refrigerador no fue la manera más romántica de declararme su amor, pero no me importa, solo quiero seguir amándolo y que me siga amando.

Sam me acompañara al aeropuerto a recoger a mi mama, ya que toda esta semana se quedara conmigo para ayudarme con la boda, y después de ahí iremos a ver el lugar.

—¿Te sientes nerviosa?— me pregunta Sam.

—por la boda no—

—¿entonces?—

—Ésta tarde Andrew y yo nos reuniremos con Abigail, Irina y Lucas—

—¿Por qué?— me mira como si estuviera loca.

—por qué iniciaremos una nueva vida juntos, y no queremos personas toxicas a nuestro alrededor— sigue viéndome igual —les dejaremos claro la situación y si siguen jodiendo la vida tomaremos cartas en el asunto—

—Solo espero que de verdad los dejen en paz—

—yo también—

—ah esta tu mama— Sam señala el lugar y volteo de inmediato para verla.

Y efectivamente, mi mama aparece con una gran sonrisa en el rostro. Literal, corro hacia ella para abrazarla, pero no sé en qué momento me tropiezo y caigo al suelo, me levanto rápido y como si nada, viendo a todas partes para ver quien me vió, solo unos cuantos se percataron de mi caída, pero no le hago caso, total, ni me conocen, y dudo que me vuelvan a ver. Ahora si llego con mi mama, la brazo.

—Te extrañe mi amor— se le quiebra la voz.

—y yo a ti mami— estoy feliz de verla —¿Cómo estuvo tu vuelo?—

—Tranquilo— me aparto de ella y beso su mejilla —¿lista?—

—¿Para qué?—

—Para tú despedida de soltera—

—¿Mí que?— parpadeo confusa.

...

Sam ya había cancelado la cita con Elizabeth la organizadora, y en este momento estamos en un bar donde solo estamos mujeres, las hermanas gemelas de Andrew también están aquí Antonella y Marianella, junto con Grecia y Nélida, Panya y sus amigas, hay una chicas que no recuerdo como se llaman y unas son familia lejana de Andrew pero nunca me ha hablado de ellas.

Nélida pone en mi cabeza una tiara de flores que tiene un largo velo que me llega hasta la espalda baja me jala y me sienta frente a una tarima. Llega un hombre solo con una pequeña trusa, una corbata y trae un antifaz, deja delante mi un vaso con un líquido transparente.

La música empieza a sonar muy fuerte, y muchos hombres con poca ropa invaden el lugar, y son hombres de esos que te comes con la mirada y que te incitan a actos impuros con solo verlos. Me tomo el líquido que está en el vaso y esta amargo, solo de ver a los hombres me siento acalorada, ojala y Andrew estuviera aquí para descargar toda esta necesidad con él. Los hombres se acercan a las chicas y empiezan a bailarles de una manera tan sexy que me hace estremecer.

¡¿Por qué no estás aquí Andrew?!

Todos los hombres traen antifaces negros para ocultar la identidad, pero las erecciones no las pueden ocultar, todos se miran muy bien dotados. Uno en específico trae el antifaz blanco, está como me lo receto el doctor, pero soy incapaz de faltarle a Andrew, él no se merece que le falte al respeto de una manera tan baja. El tipo se acerca a mí y toma mi mano, su piel esta caliente, intento soltarme pero no me lo permite, en un solo movimiento me levanta y me carga en su hombro.