[Capítulo 29]

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Al llegar al cerro, nos encaminamos al sector donde alquilaban los skies.

Nos pusimos las botas especiales después de entregar nuestro calzado y nos dirigimos a las aerosillas.

Esperamos nuestro turno y luego de subirnos a la que nos correspondía, aproveché a mirar la vista es de la altura hasta que llegamos a la cima.

-Gracias Estefan. -Digo con una sonrisa.

-¿Por qué cariño? -Dice el acariciándome la mejilla con el guante puesto.

-Por compartir esto conmigo. -Digo volviendo a fijar la vista en la vista.

-Compartiría esto y un millón de momentos más. -Dice él haciendo que girara la cabeza para toparme con sus hermosos ojos.

-Te quiero Estefan. -Sonreí

-Te quiero Maite. -Respondió dándome un tierno beso en los labios.

-¡Ustedes dos tórtolos! -Escuchamos a Fernando en la silla de atrás- Nos van a dar diabetes con tanto azúcar.

-¡Callate que tú eres igual con Devora! -Dice Estefan soltando una carcajada- Y nadie te dice nada.

-¡Jaque Mate! -Se escuchó como reía.

Cuando llegamos a la cima, después de despedir a la madre de Estefan y de Devora, caminamos hasta la pista de ski y después de ponernos los skies, nos aventamos a esquiar.

Los tres nos aventamos a la vez, el primero en tomar la delantera fue Fernando.

Sin decir una palabra, tomé impulso y después de ponerme a su altura, tomé la delantera.

-¡Eso no es justo! -Se quejó Fernando el cual venía detrás de mí.

-¿Qué pasó Hermano? -preguntó Estefan burlándose de él en el tercer lugar- ¿Mi novia te está haciendo masticar nieve?

Cuando miré hacia atrás, Estefan ya lo había pasado quedando atrás mío.

Luego de pasar a dos personas, Estefan quedó a mi lado.

-Nos vemos abajo. -Dije guiñándole un ojo.

-Eso lo veremos. -Contestó, pero se quedó sorprendido cuando volví a tomar la delantera.

Cuando la carrera improvisada terminó, me quité las gafas para la nieve y esperé a que los Alvarado llegaran a donde estaba yo.

Al ver a Estafan una vez que llegó a mi laso, pude notar que estaba sorprendido.

-Admite que ella es buena hermano. -Dijo Fernando acercándose a nosotros.

-La verdad es que estoy sorprendido.

-Ya suficiente. -Dije riendo.

Comenzamos a caminar para ir a la cafetería giratoria.

-Maite. -Me llamó Estefan antes de entrar.

-Estefan. -Dije girándome para quedar de cara a él.

-Te... -Se notaba que estaba nervioso.

-¿Estefan estás bien? Te noto nervioso. -Dije acercándome más a él- ¿Pasó algo?

-No, tranquila, no pasó nada. -Tragó con dificultad- Solo te quería preguntar si quisieras cenar solo conmigo hoy.

-Claro que me gustaría. -Digo sin comprender por que hacía esa pregunta.

Entramos y nos ubicamos en la mesa donde todos nos esperaban.
Cuando un mozo se nos acercó, pedimos chocolate caliente con acompañamiento para poder quitarnos un poco el frío que traíamos de afuera.

-Me contó Fernando que jugaron una carrera y que Maite les hizo masticar nieve. -Dijo Marcela riendo.

-La verdad es que la deje ganar. -Dijo Estefan a modo de cortesía.

-¿Qué? -Pregunte incrédula antes de echarme a reír.

-Si, claro. -Dijo Fernando riendo.

-No les hagas caso Maite. -Dijo marcela haciendo un gesto con la mano restándole importancia- Los hombres son así de orgullosos.

-¿Perdón? -preguntó el padre de mi novio con los ojos abiertos como plato.

-No pongas esa cara cariño. -Dijo ella mirándolo- Tú eres igual a Estefan. Ambos tienen el mismo carácter.

Después de merendar, devolvimos las cosas y volvimos al hotel.

Luego de entrar a la habitación, fui derecho a preparar todo para enterarme a bañar.

Luego de relajarle durante un rato debajo del agua, salí del baño y me comencé a vestir. Me puse mi ropa interior y me apliqué crema en todo el cuerpo.

Me puse unos jeans, una camisa blanca, un sweater negro con con blanco y botinetas. Luego de maquillarme sutilmente y ondularme el cabello, Estefan apareció vestido con un traje color negro. Tomé mi abrigo mi cartera y salimos hacia la entrada.

-Estas hermosa esta noche. -Dice Estefan dandome un breve beso en los labios.

-Tú también te ves guapo. -Digo limpiándole el labio manchado por mi labial.

-¿Vamos?

Al llegar a la recepción ya estaba el chofer esperándonos. Cuando ambos estuvimos en el coche, nos pusimos en marcha.

Contrato con una mortal.® Parte II✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora