[Capítulo 28]

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Dos meses después:

Nos encontrábamos con Estefan y su familia en el avión privado de la empresa de Estefan. Estábamos yendo a Bariloche para pasar dos semana de vacaciones. Cuando llegamos se podía ver toda la ciudad.

Una vez que aterrizamos en el aeropuerto internacional, Después de descender del avión, hicimos los controles de rutina, nos esperaban dos autos para llevarnos al hotel. Cuando los choferes guardaron nuestros equipajes, nos pusimos en marcha.

Como el viaje desde el aeropuerto al hotel duraba una hora, me recosté en los brazos de Estefan mientras iba admirando la vista.
Desde pequeña me había gustado la nieve. De pequeña había venido con mis padres, pero casi no tenía recuerdos.

Estaba tan compenetrada observando que no me di cuenta de que habíamos llegado hasta que Estefan llamó mi atención.

-Llegamos cariño. -Dice extendiendo su brazo para ayudarme a bajar.

-Disculpa amor, no me di cuenta. -Respondo exibiendo una ronrisa de disculpa.

Apenas apoyé mis pies en el suelo y elevé la vista, está me cautivó. Nos encontrábamos frente al hotel Llao Llao, es sumamente sabido que es el hotel más caro de aquí. Tendría que haber sabido que Estefan y su familia no hacía las cosas así nada más.

Ingresamos al hotel e hicimos el check -in para registrar la reserva que hicieron los padres de Estefan.

Durante el trayecto hasta las habitaciones no dejaba de ver cada detalle de cada rincón. Podría quedarme a vivir aquí.

-¿Qué te parece? -pregunta Estéfan al verme como una niña pequeña en una dulcería.

-Me encanta. -Respondo emocionada- Hacía mucho que no venía al sur.

-¿Venías con los padres de tu hermana?

-No, con mis padres biológicos.

-Perdón, no fue mi intención... -Intenta decir, pero lo corto.

-No te preocupes amor, estoy bien. -Digo dedicándole un sonrisa.

Cuando llegamos a la suite, desde cualquier parte de la habitación daba la vista a los lagos, al ver aquello me daban ganas de quedarme y no volver más.

Una vez que estuvimos instalados, bajamos hasta el jardín de invierno, donde habíamos quedado para almorzar todos juntos.

-¿Qué les parece el lugar? -preguntó Marcela tomándonos a mí y a Devora del brazo.

-La verdad es que me encanta. -Digo sonriendo y repasando el lugar con la vista.

-Es la primera vez que vengo a Bariloche. -Suelta Devora emocionada.

-Vas a ver, te va a a encantar. -Digo contenta.

-¿De qué hablan? -preguntó Estefan.

-Cosas de mujeres. -Responde Marcela.

Después de que Estefan me mirara con cara de "luego hablamos", entramos al jardín de invierno donde había bastantes mesas.

Juntamos dos mesas y después de sentarnos el mozo se nos acercó para tomar nuestra orden. ?

-¿Qué dicen si después de almorzar vamos a esquiar un rato? -Sugirió Fernando.

-Me parece una buena idea. -Respondió Estefan- ¿Qué opinas cariño? -esta vez se dirige a mi.

-Me encantaría. -Digo mientras llevo mi copa a la boca.

-¿Qué dice ustedes? -pregunta mi cuñado a sus padres.

-Si, concuerdo con Estefan. -Responde el padre.

Mientras almorazamos, planeamos nuestra tarde.

-Podemos ir al cerro Otto ya que esta la cafetería y después aprovechamos y merendamos allí. -Sugiere Estefan.

-Así, Devora y yo los esperamos en la cafetería. -Añadió Marcela- Como a mi no se me da bien lo de esquiar y Ella no puede hacerlo debido a su condición, nos quedaremos haciéndonos compañía mutua.

-Asunto solucionado. -Dijo Fernando con una sonrisa.

Terminamos de almorzar y cada pareja subió a su habitación.
Después de entrar en nuestra suite, fui derecho al cuarto a ponerme algo apropiado para ir a la nieve.

Me coloqué un pantalón térmico color blanco, una camiseta de cuello alto, un sweater y una campera abrigada con capucha y un gorro de lana. Al finalizar, tomé mis lentes para la nieve, mis guantes y fui hasta la sala a esperar a que mi novio se terminara de vestir.

-¿Así vas a ir vestida? -pregunta Estefan apoyado en el marco de la puerta que divide la sala del dormitorio ya vestido.

-Si, ¿Es que estoy mal vestida? -pregunto mirándome.

-Es que vas a ser la esquiadora más linda de todas y no quiero que otro hombre que no sea yo te mire.

-Ay Estefan. -Digo riendo- ¿Qué ocurrencias tienes? El único que me interesa que me mire es mi novio. -Digo después de acercarme y darle un beso corto en los labios.

Estabamos besándonos como si tuviéramos todo el tiempo del mundo cuando un golpe en la puerta nos sacó de nuestra burbuja.

-Vamos tórtolos, no nos hacemos más jóvenes. -Dice Fernando cuando Estefan abrió la puerta.

-Enseguida bajamos. -Respondió este, saliendo al pasillo y haciéndome espacio para salir yo del cuarto y cerrar la puerta.

Una vez fuera del hotel, nos subimos a los autos y nos dirigimos al nuestra primera actividad del día.

Contrato con una mortal.® Parte II✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora