[Capítulo 32]

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Después de deambular durante un rato, me senté en uno de las reposeras ubicadas en una galería, a pensar sobre lo que sucedió hace un rato atrás.

-¡Maite!

-¡Devora! -Digo al ver a la esposa de Fernando frente a mí.

-¿Me puedo sentar? -pregunta señalando una reposera a mi lado.

-Claro. -Respondo intentando fingir que nada pasó.

-¿Qué sucede? -dice ella seria- Y no me digas que nada por que se te nota que algo pasó.

-Verás... Estaba pensando en... ¿Y si no soy buena para él? ¿Y si no soy la clase de esposa que el espera que sea? -pregunto con voz angustiada?

-Tranquila, ¿Qué te hace pensar eso? -me preguntó.

-Es que... Verás, hace un año atrás él y yo terminamos ya que lo encontré con otra mujer, hace poco nos reencontramos y volvimos, todo ese tiempo que estuvimos separados no sirvió más que para extrañarlo el doble, intenté olvidarlo pero fue inútil, realmente me enamoré de él y lo amo, ayer me propuso ser su esposa y claro que acepté, pero hace un rato él y yo fuimos a patinar sobre hielo y me cruce con la mujer que me engañó, sin contar que hace dos meses atrás se le metió en la casa para saber si realmente él y yo habíamos vuelto. Tengo miedo de no ser suficiente para él y que vuelva a lo de antes.

-Entiendo tu punto Maite. -Dice Devora apoyando una de sus manos en mi hombro- Yo no hace mucho que lo conozco a Estefan, pero por lo que me ha contado mi esposo, él cambió mucho desde que ustedes estuvieron juntos. Luego de que ustedes rompieran, al poco tiempo de que Fernando y yo nos casamos, Estefan comenzó a ir casi todos los días a casa, a veces llegaba en estado de ebriedad llorando diciendo lo imbécil que había sido por perderte, se notaba que estaba arrpentido de haberlo hecho. El realmente te ama Maite, no dejes que un error del pasado los condene a ambos, disfruten de esto que ambos sienten y no dejes que el pasado interfiera en el presente.

-Creo que sé a que te refieres. - contesto haciéndome una idea de lo que me sugería Devora- Gracias por escucharme.

-De nada linda. -Responde Devora con una sonrisa- Ahora ¿Qué te parece si volvemos con el resto? A este niño ya le dio hambre.

-Si, vamos adentro. -Respondo ayudando a ponerla de pie.

Cuando entramos, localice a Estefan entrando al comedor. 

-¡Estefan! -Lo llamo desde el pasillo. 

-Aquí estás ¿podemos hablar Maite? -Me pregunta serio cuando se acerca.

Devora me dedica una mirada alentadora y nos deja a solas.

-Si, de hecho hay algo que quiero decirte. -Respondo nerviosa.

-¿Ahora?

-Si, ahora. -Digo tomándolo de la mano y arrastrándolo de nuevo a la galería donde están las reposeras.

Cuando ambos nos sentamos, nos quedamos un momento en silencio, por mi parte intentando encontrar las palabras.

-¿Y? ¿De que querías hablar?

-Estefan, yo... Te voy a ser sincera. Estuve pensando en todo esto, en lo que pasó, en tu propuesta y en lo que siento.

-¿De qué estas hablando? -preguntó serio, ya que no demostraba ninguna emoción.

-Seré lo más clara posible. Tengo miedo de no ser lo que tu esperas, de no ser una buena esposa para ti y vuelvas a ser el de antes.

-Maite, lo que pasó hace un año atrás no debió haber pasado. -Dice éste pasándose las manos por el pelo- Realmente estoy arrepentido, eso que pasó, te prometo que no va a volver a pasar jamas por que estoy enamorado de tí y te amo demasiado.

-Lo sé cariño, por eso estoy dispuesta a avanzar y dejar todo eso en el pasado, alguien me dijo que no deje que el pasado interfiera en el presente y planeo hacerle caso. Ahora tu turno, ¿De que querías hablar?

-Hablé con mi abogado. -Dijo él mirando hacia el piso con los brazos apoyados en sus rodillas.

-¿De que hablaron? -pregunto realmente intrigada.

-Pues... Le pedí una orden de restricción contra Jelena.

-¿Qué? -pregunto sin poder creer lo que dijo.

-Si, si vamos a empezar una vida juntos, quiero hacer las cosas bien cariño. -Dice él acariciando mi mejilla.

-Está bien. -Respondo con una sonrisa.

Volvimos adentro a almorzar junto a su familia, al acercarnos a la mesa, me acerqué hasta Devora y le agradecí el concejo. Me acerqué hasta Estefan y tome asiento junto a él.

Al terminar de almorzar, nos levantamos de la mesa y fuimos a pasear al centro de Bariloche. Hicimos bastantes compras incluido una gran cantidad de chocolates.
Mientras caminábamos, entramos a algún que otro local para comprar cosas para la casa.

Cuando el bebé de Devora comenzó a pedirle comida a su madre, merendamos en una de las chocolaterías que había allí.

Contrato con una mortal.® Parte II✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora