Ausencia.
Solo tu esencia se había quedado en el sitio de abajo para recordarme que extrañar tus interrupciones, preguntas y miradas no era lo correcto. Estaba pasando una línea que hace mucho no debía cruzar pero ya era casi tarde para retroceder.
Pasé todo el día en el balcón esperando que llegaras, observé el día, el atardecer y la entrada de la noche, jamás pisaste tu departamento.
Por primera vez desperdicié el tiempo en mi espacio favorito, no le di la debida importancia y aunque no lo creas, comenzaba a dejar de ser un sitio al que quería acudir si tú no te encontrabas ahí abajo.
¿Qué estabas haciendo conmigo?