Esperanza.
Sí, eso era.Luego de algunos días sin salir, decidí matar la soledad volviendo al balcón, de alguna forma el viento me renovaba y el paisaje sanaba mi corazón.
"¡Tengo una entrevista de trabajo! ¡Quizás pueda salvar mi departamento!"
Gritaste desde abajo, no miré.
Nunca lo notaste, tenía una mirada llena de felicidad.