Debimos habernos ahogado en un pequeño vaso de agua para terminar hablando de nuestros puntos débiles.
Tu soledad fue muy distinta a la mía, yo me hundí en un departamento viviendo la misma rutina a diario mientras tú sentías lo difícil que era ser abandonado por tu familia.
¿Así es como se siente el golpe de la realidad? La que no es parte de mi fantasía, la que evado todos los días para no caer.
Contigo me di cuenta de lo absurda que era mi vida. Pretendía que todo fuese color de rosa cuando en realidad era de tonos grises.
Era un producto de todo lo triste que he cosechado y tú... Tú le diste color.
Déjame decirte una cosa, no odio la soledad porque ella hizo lo necesario con el destino para unirnos y llegar a este punto.
No estás solo, yo tampoco lo estoy.