Siempre lo supe.
Nunca debí abrir la puerta solo para verte ahí de pie con la mirada triste fija en mí.No debí aferrarme a ti.
No debí acostumbrarme.
No debí darte un espacio en mi vida.
No debí corresponder el beso.
No debí reír contigo.
No debí confiar.No debí y, sin embargo, lo hice.