Capítulo 7

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¡Hola! Gracias a todos los que comentáis siempre, os iré respondiendo :) A los 10 comentarios subiré el siguiente. Espero que os guste. Besos. 

{Coral}

Estoy caminando por la playa, el Sol aprieta bastante, veo que estoy sola, no hay nadie a mi alrededor. Al fondo veo a un chico, me saluda varias veces, intento descubrir quién es pero me es imposible, hay demasiada niebla, qué curioso, hace un día espectacular, pero en cambio no consigo ver quién es. Oigo una voz, muy cerca, es una mujer, sí, es ella, es mamá. Me giro y está justo en la pasarela de la playa mientras yo estoy parada en la orilla del mar, intenta decirme algo pero de repente escucho otra voz, es Gerard está al otro lado, me está llamando para que vaya con él, pero yo quiero y necesito escuchar a mi madre, pero las palabras de Gerard me impiden hacerlo. Intento hablar pero no tengo voz. De repente escucho a Irene. 

-¿Se puede saber que estás soñando? Me mira divertida. No sé donde estoy. Miro alrededor. Vale, es mi habitación, tengo mucho calor y estoy sudando. Ese sueño me ha dejado tocada. Irene me nota preocupada y ella se preocupa aún más. -¿Coral, estás bien?- Tienes mala cara. –Estoy bien enana, no te preocupes. Le digo acariciándole la mejilla. Al levantarme de la cama noto que todo me da vueltas, estoy demasiado mareada. Me vuelvo a sentar en la cama. Ayer bebí demasiado. Miro el reloj, las 11:30, por lo menos no es tan tarde como pensaba. En realidad no sé qué tenía que hacer. Voy hacia el baño y me lavo la cara con agua bien fría. Me miro al espejo. Creo que nunca he tenido tantas ojeras en mi vida. Necesito despejarme así que decido darme una ducha fría. Salgo al salón, y veo a Irene viendo la tele. Me mira preocupada pero al sonreírle se queda tranquila, está demasiado entretenida viendo no sé el qué. Me sigue doliendo la cabeza. Busco a papá o a Ana por la casa, nada, no están. Veo a Àlex en la terraza, él ni siquiera me ha visto, en realidad lo agradezco porque doy verdadero miedo con esta cara. Nerea aun sigue durmiendo, decido volver a la cama un rato, necesito dormir un poco más.

El ruido de la puerta de la entrada me despierta. Miro el reloj. Las tres de la tarde, mierda. Oigo a papá y a Ana saludando a todos en el salón. Intento arreglarme como puedo. Aunque viva aquí siento que no es del todo mi casa y me da vergüenza que piensen que sigo durmiendo. Me pongo un chándal y voy corriendo hacia el baño a lavarme la cara. –Hola cariño. Mi padre está en la puerta del baño apoyado mirándome. –Veo que anoche llegaste tarde…-Dice bromeando. –Un poco. Le digo sonriendo. La verdad es que me ha venido bien dormir, ya me encuentro un poco mejor. Ana aparece a su lado y me da un beso en la frente. -¿Cómo estás cielo?- Me acaricia la mejilla. –Bien, un poco cansada pero bien. Le digo con voz un poco ronca. La verdad es que es una situación un poco incómoda. He de reconocer que es encantadora y que se porta genial con Irene y conmigo a pesar de no ser sus hijas. Ambos me preguntan qué tal la noche y decido contarles lo que me interesa, en realidad más bien poco pero lo suficiente para que se queden tranquilos. Lo cierto es que no recuerdo como llegué a casa, bebí demasiado. Nos sentamos a comer todos en el salón, la verdad con bastante silencio. Irene nos hace callar cada vez que hablamos, está muy enganchada con la novela que está viendo, no entiendo cómo puede ver esas cosas…

Voy a mi habitación mientras Irene se da una ducha, miro el móvil. “Buenos días preciosa. Ayer fue una increíble, gracias por darme esta oportunidad.” Es Gerard, sonrío. La verdad es que es el chico perfecto. Guapísimo, rubio de ojos azules con una sonrisa perfecta. “Realmente fue una noche increíble. Espero no arrepentirme de la decisión de ayer.” Le escribo con un guiño divertido al final. “Tía, ¿me acompañas a mirarme ropa esta tarde? Tengo que ir a mirarme un vestido elegante para la boda de mi prima” Me escribe Carla. “Vale, pero luego me invitas a un helado que sabes que odio ir de compras sin dinero” Le respondo con una cara triste. Me envía un guiño divertido. “Luego nos vemos neni” Me dice al final. 

Amor condalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora