Capítulo 9

461 11 18
                                    

{Àlex}

Parece mentira que Coral no sea más que una niña indefensa que se pone una coraza para protegerse. Hoy he descubierto que es diferente, no es cómo las demás, tiene algo que la hace especial. Tiene mucho carácter pero en el fondo no es más que una niña asustada. He de reconocer que me lo he pasado en grande con ella y me he reído como nunca. Su sonrisa es increíble y te trasmite paz y ternura, algo que nunca he visto en otra tía. Y lo cierto es que no la conozco, no la conozco realmente, saca su carácter para ocultar cómo es realmente y aunque parezca mentira es algo que me preocupa. Quiero saber cómo es, quiero conocerla. Pero por otro lado me preocupa el hecho de darle tanta importancia. ¿Desde cuándo me he preocupado tanto por una tía? Y poco a poco me doy cuenta de que sí, de que Gerard tiene razón, Coral es especial. Nada más llegar a casa ya están todos. -¿De dónde venís?- Pregunta Juan. Ambos nos miramos sin saber qué decir. -¿Tú no ibas a comer a casa de Gerard?- Pregunta de nuevo dirigiéndose a Coral. Ella se pone nerviosa. –Sí, vengo de allí papá.- Le dice seria. –Nos hemos encontrado por el camino.- Dice nerviosa. –Cariño, no me gusta ese tal Gerard.- Suelta Juan. Ella pone los ojos en blanco. La verdad es que no ha sido muy oportuno. Joder, es mi mejor amigo. Pienso. No es que me haya hecho mucha gracia que hable así de él tampoco. –Mira papá, no tengo ganas de hablar. Me duele la cabeza, voy a echarme un rato- Suelta ella aún más pasota. Miro hacia otro lado para aguantarme la risa. Antes de que empiecen conmigo decido seguirla. -¿Y tú de dónde vienes? – Mi madre no aguantaba más en silencio. Mierda no me ha dado tiempo a irme. -Ay mamá, no empieces, he ido a comer a casa de un colega.- Le digo mientras entro en mi habitación. Bien hemos salido de este interrogatorio insoportable. 

{Coral}

Lo único que quiero es ponerme cómoda, así que voy a mi habitación y me pongo un chándal. Abro el portátil y entro en Facebook. Me llegan 20 notificaciones. ¿Qué ha pasado? Pienso. Gerard, Gerard me ha escrito un pedazo de texto con una foto nuestra del otro día. Un texto precioso por cierto. Lo cierto es que a pesar de ser realmente bonito no me remueve nada, no siento nada. Quizá me sienta agradecida. Pero tendría que sentirme feliz. Es un texto de una película, considero que soy orgullosa pero no creo que con un texto y una foto se arreglen las cosas. Odio que se rían de mí, aunque ni siquiera esté enamorada de él. No sé si he llegado a estar enamorada alguna vez…De repente me llega otra notificación, de Àlex. Pero es un mensaje privado.  “¿Estás bien?”

Joder, quizá me conozca más que yo a mí misma. Y no, no estoy bien, este texto me ha jodido aún más. Porque es precioso pero me siento indiferente. Como si no me importara. Y es que quizá todo este tiempo he estado con Gerard para sentirme mejor, para ver que tenía a alguien al lado, pero no creo que a eso se le pueda llamar estar enamorada. “¿Por qué no iba a estarlo?” Yo tan simpática como siempre. “Porque aunque no lo creas creo que te voy conociendo bastante…y al leerlo he pensado que no estás enamorada.” Me quedo boquiabierta. No me puedo creer que me esté diciendo esto, sabe cómo soy,  sabe lo que siento. Este chico me sorprende cada día más. “Lo que tú digas…quizá no me conoces tanto.” Al minuto oigo que pican a la puerta. -¿Sí? Pregunto sorprendida. -¿Puedo pasar? Pregunta en voz baja. Sonrío y miro para otro lado. –Sí, pasa.  Entra con el pelo alborotado, una camiseta de manga corta y unos pantalones cortos anchos. La verdad es que le queda genial, en realidad le queda bien todo, joder. -¿Quieres algo? Le digo mirando el portátil. –Tía, afloja, no seas tan borde. Se sienta en mi cama. -¿Por qué intentas aparentar algo que no eres? A mí me gusta que seas tú, la que he visto en el parque. Me mira a los ojos y desvío rápidamente la mirada. –Mira Àlex, no me conoces de nada. Déjalo. No sabes cómo soy. Le digo seria. –Lo único que sé es que no eres tan borde como aparentas y que vas de dura pero en el fondo tienes sentimientos y no eres tan fuerte como aparentas. Pero claro es más fácil hacer ver como que todo te importa una mierda, ¿no?. No sé cómo lo ha hecho pero ha conseguido que se caiga una lágrima. Me mira serio. –No llores, por favor. No quiero verte llorar, no puedo verte así Coral. Me dice acariciándome la mejilla. –No sabes nada. Le digo finalmente llorando. –Sé perfectamente que no sé nada de ti. Pero si de algo estoy seguro es que quiero ver a la Coral divertida, que muestra lo que siente y que no le molesta todo. Creo que tienes como un escudo y joder, quiero ver quién eres realmente. Me dice con una mirada seria. Yo no dejo de llorar e intento secarme las lágrimas como puedo aunque él me ayuda. Nunca nadie me había hablado tan desde dentro, tan sincero. Nadie me había hurgado en la herida. Y no sé cómo ni porque le acabo contando lo que más me duele. Lo que tengo tan escondido que no quiero que nadie vea y él me lo ha sabido encontrar. –Mira, desde que murió mi madre me he sentido sola, he necesitado esa figura, sus consejos, sus confesiones, charlar con ella simplemente, contarle cómo me ha ido el día. Pero desde que ella no está he cambiado, he cambiado mucho. Sé que no soy yo misma pero es que quizá ya no puedo volver a ser como antes. Creo que me he convertido en una persona fría y créeme que me revienta por dentro porque yo no era así…no conoces nada de mi vida. Él me mira fijamente a los ojos y por primera vez les sostengo la mirada durante un rato. Se acerca a mí y me abraza y lo abrazo aún más fuerte. Y volvemos a mirarnos, aun teniendo los ojos empañados. Me acaricia la mejilla  y yo miro hacia el suelo. -¿Y si me dejas que te ayude? ¿Si me dejas ayudarte a que sonrías y  seas tú misma? Déjame entrar en tu vida. Me mira sonriendo. Sonrío entre lágrimas. –Creo que es imposible Àlex. –No hay nada imposible. Vuelve a acariciarme la mejilla y se acerca más a mí, más de lo que creía imaginar, mira mis labios, yo miro los suyos. Finalmente suspira y me da un beso en la mejilla.

Amor condalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora