Alive. z.m.

I need a heartbeat.

Hola, antes de nada, agradecer que leas lo que escribo, depués de todo es obligatorio leer la nota del final porque es trascendental para la historia, gracias y disfruta de la lectura.

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I need a heartbeat.

Cogí mi mochila y me la colgué en el hombro. No esperaba que Niall se acordase de que nos veríamos directamente en la universidad pero aun así crucé los dedos para que asiera fuera. Me puse los auriculares y abrí la puerta dispuesta a enfrentarme a tantos buenos recuerdos de mi pasado, a dejarme llevar por la deliciosa idea de que todo seguiría igual, pero como ya he dicho, Niall no se acordaría y él me esperaba sonriente junto a su moto de motocross. Me sonrió mostrándome sus perfectos dientes perlados y yo apagué mi reproductor mientras me dirigía hacia él. Cogí mi casco y me monté en su moto mientras nos dirigíamos hacia la universidad. Papá no estaba en casa, la noche anterior había tenido que irse de viaje a filmar no sé qué interesante cosa de algún país que ni siquiera sé pronunciar.

El paseo en moto me hizo mirar y recordar poco. Niall conducía demasiado rápido para mi gusto, bueno, normalmente me gustaba que fuera rápido pero ése día en particular lo estaba siendo mucho más para mí, pero decidí no decirle nada. Sabía que él odiaba que le dijeran cosas sobre su modo de conducir y, para ser honesta, yo no tenía el carné de la moto y él sí, así que no me debía quejar de nada. Niall entró en el aparcamiento de las motos y nos bajamos. Sentí muchas miradas pesadas sobre nosotros, miré a Niall quién me guiñó un ojo para quitarle importancia y, mientras me arreglaba el pelo, comencé a caminar hacia la entrada de la universidad al lado de mi mejor amigo. Pero hubo algo - alguien, mejor dicho - que llamó completamente mi atención.

Era un chico, alto, moreno de piel, pelinegro, ojos grandes con largas pestañas que no hacían otra cosa sino que embellecer a un más su mirada, las orejas llenas de pendientes - a cada cuál más estrambótico y llamativo que el anterior -, sus facciones árabes me recordaron sutilmente a alguien pero no terminaba de recordar exactamente a quién. Iba vestido con unas botas de motorista, unos jeans oscuros y una chaqueta de cuero. Nuestros ojos conectaron por primera vez, él también había estado observando mi cuerpo, pero no lo miré más, seguí mi camino con el mismo paso.

Niall y yo nos tuvimos que separar enseguida, pues él debía ir al edificio de Tecnología y Ciencias Aplicadas y yo al edificio de Literatura e Idiomas. Esos edificios estaban separados por el edificio de Económicas. Entonces entré en el aulario veintidós y tomé asiento en una de las filas de en medio, al lado de una chica rubia, de ojos marrones y piel bronceada. Ella me miró y me dedicó una pequeña sonrisa. Yo saqué el móvil para contestar a los mensajes de mi madre y de mis amigos de Irlanda.

—    Perdona — dijo una morena de ojos verdes y llena de pequitas. — ¿Tú eres la que ha venido con el chico rubio en la moto esta mañana? — Sin saber por qué quería saber eso, asentí. Por lo que entendí, la expresión de mi cara era realmente graciosa porque ella y sus amigas se troncharon de la risa en mi cara. — No es nada malo, tonta, es que tu novio está muy bueno, eso es todo...

—    Niall no es mi novio, es mi mejor amigo, nada más — aclaré y a ellas les pareció llover una alegría del cielo porque el gesto de sus caras fue el de unas completas zorras, de esas que van por las discotecas acechando a cualquier bragueta rápida que se cruzan...