ES MUY IMPORTANTE LA NOTA DEL FINAL Y QUE ME RESPONDÁIS POR COMENTARIO.
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The Fighter.
Nicole.
Dan me llevó hacia otro lugar que estaba lejos de donde yo había estado durante todo el tiempo, me enseñó la otra cara de Cambridge, esa cara que nadie quiere mostrarle a sus hijos pero que, desgraciadamente, existe. Era esa cara que hay en toda ciudad pero que nadie quiere ver, bueno, nadie que no tenga que vivir allí o tenga que pasar por esas calles. Para cualquiera con dos dedos de frente no le parecía pintoresco ni, mucho menos, precioso pero yo no era como cualquiera y siempre he creído que los barrios marginales tenían cierto encanto que el resto carecía, aunque sus gentes fueran unos mierdas pero eso no quitaba para que los barrios siguieran siendo precioso. ¿Por qué? Porque si te paras a pensarlo, los barrios marginales constituyen parte de la historia de cada ciudad, quiero decir, que lo que hoy en día fueron barrios marginales, perfectamente podrían haber acogido a un familiar nuestro durante su niñez… Eso es lo que yo pensaba tan fehacientemente.
Dan condujo su poderosa moto hasta un lugar que, a mi parecer, era más que apropiado a la hora de acoger a hombres y chicos de todas las edades que superaran los catorce años para batirse en duelo en un combate en el que demostrar la hombría de cada uno usando los puños envueltos en unos guantes con dicha forma. El lugar era un almacén abandonado, lo que me sorprendía era que ese almacén abandonado estaba en medio del mismísimo barrio marginal, por lo que pude ver, la policía se negaba a entrar ahí porque no veía nada de las típicas luces rojas y azules. Busqué indicios de autoridad pero estaba en un barrio marginal, ahí no había ni autoridad ni tonterías.
— ¿Qué te pasa, Nicki? — Preguntó Dan una vez que bajamos de la moto y le entregaba mi casco a la par que estaba buscando algo que me dijera que nos iban a trincar realizando una actividad del todo ilegal. No es que me importara visitar una comisaría de policía, lo que me importaba es lo que podía suceder a la gente que intentaría huir y, si Dan era de esa clase de personas que huían de la ley. — La policía no entra aquí, hace mucho que me hubiera gustado ver a un oficial de policía arrestando a todos los hijos de puta que hay por aquí sueltos, pero no hay nadie que entre en los Clats. Esto no es ilegal, ¿sabes? El que dirige los combates lo está haciendo para llevar a los mejores a la liga profesional…
— Ya, Dan, pero esto sigue sin convencerme. No sé, desde que hemos salido de la universidad tengo ese presentimiento de que no deberíamos estar aquí, que algo malo va a ocurrir — Y no mentía, sólo que no era desde que habíamos salido de la universidad que lo sentía, era desde el momento en el que puse un pie en la calle que sentía que algo malo iba a suceder y, en este caso para mi desgracia, casi nunca me equivocaba. Casi todos mis presentimientos se habían hecho realidad.
Él movió su cabeza negando como si lo que yo decía pudiera resultar imposible, así que él se acercó a mí atrapando mis labios en los suyos haciendo de esto una enorme duda pasajera antes de coger mi mano y llevarme dentro donde sus amigos se estaban preparando para pelear, todos los que yo conocía menos Drew estaban preparándose para el combate que les tocaba a cada uno de ellos. Yo me fui a buscar mi asiento entre los asistentes, estaba en primera fila al lado de Drew, quien parecía contento de verme. Empezamos a hablar de nuestro día y cuando llegué a la parte de que no tenía un buen presentimiento sobre estar aquí, él me comentó que se había levantado con la misma sensación. Bueno, al menos un amigo de Dan me entendía, ése era mi pequeño consuelo.
Durante los primero combates, me aburrí. Eran demasiado predecibles, es decir, veías a los que se iban a enfrentar y ya sabías quién iba a ganar, por ejemplo, en el primer combate subió al ring un chico que perfectamente podía pesar sesenta kilos pero su brazo apenas estaba formado – cosa que me hizo colocarle en la categoría de tirillas – y sus gemelos no resultaban para nada atractivos a la vista, pensé que si habían sido justos, su contrincante sería alguien semejante a sus características físicas. Pero como no habían sido justos, el pobre tirillas tuvo que enfrentarse a un mastodonte que le duplicaba en peso y musculatura que lo había dejado noqueado en el primer asalto, más concretamente, en el primer golpe que le dio. Y así se resumieron los siguientes combates, a la vista estaba quién iba a ganar. Y entonces, llegamos a Dylan, ¿o era Stephan? No sabía cuál de los dos era, pero era el turno de uno de los gemelos, lo que me indicaba que el turno de Dan estaba cerca y, mi nerviosismo junto con mi mal presentimiento empezaron a hacer saltar las alarmas de peligro que habían en mi cabeza.
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Alive. z.m.
FanfictionUn amor de la infancia que se vio forzado a romperse. Un amor de la infancia que por sí sólo volvió a unirse. Atención: Estás leyendo esta fanfic bajo tu responsabilidad puesto que contiene escenas implícitas y explícitas de sexo, un lenguaje adulto...