Alive. z.m.

Malik's Family.

Malik’s Family.

Nicole.

La noche anterior había conseguido dormir plácidamente y, nuevamente, Zayn había aparecido en mis sueños con esa seductora sonrisa suya. No recuerdo muy bien qué fue lo que soñé pero sí que recuerdo que él estaba en mis sueños, y eso lo sabía porque mi cuerpo estaba repleto de esas cosquillas que siempre he sentido cuando Zayn está cerca de mí. La sensación era tan real que me parecía que Zayn había estado durmiendo conmigo toda la noche y que no se había marchado por el balcón, pero cuando paseé la mano por el hueco que había a mi lado, la cama estaba fría y eso era indicios que allí no había habido nadie.

Me levanté de la cama mientras se me escapaba un suspiro, me cambié de ropa dispuesta a empezar el día entrenando, hacer un parón para las clases y terminar por las clases de conducción. Bajé las escaleras con demasiada lentitud porque, a medida que bajaba las escaleras, recordé lo que casi sucedió con Connor la noche anterior y eso me incomodaba un poco. Sopesé mis opciones mejor y decidí que lo mejor sería hacer como si nada hubiera pasado, actuar como si nada y hacerle entender, mediante mi indiferencia, que lo mejor era dejar las cosas como estaban y no pretender nada más porque eso que teníamos corría el riesgo de estropearse y no podría aguantar que nada más se rompiera en mi vida.

Entré en la cocina donde Muriel me estaba esperando para servirme el desayuno y Connor estaba preparando su bolsa para irnos a entrenar. Todo era demasiado normal para mi gusto y estaba segura de que Connor también interpretó esa interrupción de la puerta del balcón como la señal inequívoca de que no estábamos hechos el uno para el otro. ¡Diablos! Así era, yo no podía darle a Connor lo que necesitaba ni por asomo, no sabía vaticinar cuál era su prototipo de chica o mujer perfecto pero ya sabía yo que, fuera el que fuera yo no era la indicada para él.

El sonido del timbre interrumpió mis pensamientos y, como yo era la que estaba más cerca de la puerta, me dirigí a abrirla.

Delante de mí se encontraba una mujer que tendría, más o menos, la edad de mi madre, su porte era elegante y la reconocí inmediatamente. No pude negar mi sorpresa y ella no pudo negar su confusión, lo cierto era, que su hijo era digno hijo de su madre porque, a la hora de hacer muecas, eran bien parecidos. Me sorprendí de tener delante de mí a Trisha Malik a la que hacía muchos años que no veía, los años casi no habían pasado por su rostro y seguía siendo igual de guapa a como la recordaba. Las dos estábamos sumidos en un gran silencio, ella por el hecho de que no me reconocía y yo porque, de todas las personas que esperaba que llamasen a la puerta, no me esperaba en absoluto que ella fuera la que estuviera a la puerta de mi casa.

—    Perdón, pero, ¿esta sigue siendo la casa de Michael Prescott? — Asentí. No me reconocía y bueno, no era de extrañar pero seguía siendo sorprendente el hecho de que ella, alguien que me conocía muy bien y que había tomado parte de mi vida durante muchos años, no fuera capaz de saber que era yo, la Nicki que una vez conoció, la que estuviera delante. — ¿Y sigue trabajando aquí Muriel Ken? — Preguntó con el mismo tono de incertidumbre y miedo.

—    Sí, señora Malik, ella sigue trabajando para mi padre — sus ojos se abrieron por la sorpresa cuando me delaté a mí misma. Al principio dio un paso pero vi en su mirada que pensaba que estaba dando un paso en falso y retrocedió.

No le quise dar mayor importancia de la que verdaderamente tenía porque su reacción era lo de más normal, no sabía si debía tratarme como siempre lo había hecho, a lo mejor pensaba que su hijo y yo no nos hablábamos o lo sabía y por eso estaba midiendo a pies juntillas sus reacciones. Nos quedamos mirando sin decir una palabra por lo que, en parte, estaba demasiado incómoda con la situación, tenía que conseguir romper el silencio como fuera. Así que, lo primero que se me ocurrió. Por lo que, me hice a un lado y la invité a entrar en casa para… ¿Ponernos al día?