Alive. z.m.

And Then I Kissed Him.

¡Sííííííííííííííííííííí! Ya he llegado con otro capítulo. Quería deciros que este capítulo se llama así debido a la preciosísima canción del compositor Hans Zimmer 'And Then I Kissed Him' de la película de Pearl Harbor, que es una de las películas que me encantan en este mundo mundial. Lo he llamado así porque me he puesto a escuchar esa canción una y otra vez y gracias a esa canción he conseguido este capítulo, que no es mucho pero algo es algo. Bueno, os dejo que lo comprobéis por vosotras mismas y que disfrutéis de la lectura <3

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And Then I Kissed Him.

Nicole. 

Miré perpleja a mi padre que estaba a los pies de mi cama con esa expresión que toda hija teme de su padre cuando la ve con un chico. Quería hablar, juro que mis intenciones eran hablar, pero las palabras salieron de mi cerebro dejándome en una neblina espesa que no me dejaba pensar debido a su obtusidad. Tampoco es que los demás me ayudasen, mi padre estaba en silencio, rojo de la cólera, con los puños apretados en sus costados y yo estaba sentada en la cama cogida de la mano de Dan pero que de mucha ayuda no servía. Tampoco era que hubiera hecho nada malo, pero mi padre tenía esa expresión en la cara que te hacía saber que algo malo habías hecho y tú no podías evitar que eso fuera de otra manera. Tragué saliva esperando deshacer el nudo que se apretaba a cada segundo más y más en mi garganta pero sólo hizo que el susodicho intensificara su apretón. Y, como por arte de magia, todo se deshizo dejando paso a las palabras más inútiles que jamás habían salido por mi boca en la vida.

—    ¿Por qué no hablamos de esto en el salón? Porque toda esta... Cosa — ¿Veis? Palabras inútiles, inútiles palabras. — Toda esta situación se entienda y ya verás cómo luego nos reímos de esta enormísima tontería... — Mi padre profirió un bufido antes de abandonar mi habitación sin mediar palabra, sin decir nada de nada, sin ni siquiera mirarme. Cuando cerró la puerta me tiré de espaldas a la cama sabiendo que la había jodido. — La he cagado a base de bien...

—    Es tu padre, te lo perdonará todo, créeme que a la familia todo se le acaba perdonando, tarde o temprano, Nicki. — Dan besó mi mejilla sin haber dejado en ningún momento de cogerme de la mano. Me obligó a salir de la cama y bajamos las escaleras de la casa de mi padre. Estábamos acojonados, pero no solo Dan y yo, sino que Niall y Zayn estaban sentados en el sofá con esa mirada de miedo bastante reconocible para cualquiera que tuviera ojos.

—    Muy bien, Nicole — odiaba cuando me llamaba así, porque eso quería decir que estaba enfadado, — explícame toda esa situación con la que nos vamos a reír, esa enormísima tontería que tú has mencionado antes. Porque yo lo único gracioso ha sido ver a este — señaló a Niall — dormir en el suelo y a este — señaló a Zayn — hecho un ovillo en el sofá, porque verte a ti con este— señaló a Dan — no me ha parecido nada gracioso. Así que, dime eso tan gracioso, hija mía.

Comencé a contar la verdad pero, conforme nos acercábamos a la parte de que Dan se había colado por el balcón de mi cuarto para dormir conmigo y que yo no había tenido ni la menor idea hasta que me había despertado, fui decorando la historia de manera que pareciera todo un bonito cuento infantil. Terminé de narrar mi historia sintiendo que a mi padre no le hacía gracia nada de lo que le estaba contando. Para pedir corroboración a mi historia medio verdad medio mentira, miré a los tres y ellos comenzaron a darme la razón.

Me estaba poniendo nerviosa porque mi padre jamás, en la vida, me había mirado con esa mirada y sentía que, conociéndolo como lo conocía, no era única y exclusivamente debido a lo que yo, inconscientemente, hubiera podido hacer. Con esas tres últimas palabras me refería al percal que se había formado esa misma mañana. Normalmente, mi padre reía mis gracias sin gracia para hacerme sentir bien conmigo misma pero esa vez estaba completamente callado meditando algo de lo que no tenía ni la más remota idea. Una vez sí que lo vi en esa situación de absoluto enfado y silencio y fue cuando mi madre me estaba arrastrando con ella hacia la puerta para llevarme por la fuerza a Irlanda.