~De una visita al desastre~

1.5K 195 34
                                    

Dormir junto a la persona que se quiere y ama es lo más lindo que puede existir en el mundo.


Sasuke debía aceptar que estar junto a Naruto era algo que lo hacía sentir vivo, confortado y feliz. Desde que se había independizado, con todo lo que conllevaba, su vida había sido monótona, estrictamente equilibrada y firmemente rutinaria. Él creía que, para ser exitoso en la vida, se debían sacrificar ciertas cosas, como lo eran los romances, las amistades entre otras cosas. Aun así, Sai siempre lo había acompañado silenciosamente, su hermano lo ayudaba con cualquier cosa que necesitara, y eso no estaba estrictamente atado a ayuda monetaria o de estudio, sino a la de compañía, y ahora una nueva persona se había metido en su vida, dándosela completamente vuelta, desequilibrándola de una manera que no consideraba mal, sino todo lo contrario.


Sasuke se estaba acostumbrando demasiado rápido a la compañía de su rubio amante. Y eso lo sorprendía.

Se levantó con pereza, sintiendo el peso del sueño aun en sus hombros. Se dirigió al baño para lavarse la cara y así despejarse. Al regresar al cuarto, contemplo la figura del moreno demonio, que dormía profundamente y no daba señales de levantarse en poco tiempo. ¿Solían dormir mucho los demonios? Tal vez así era Naruto, dormilón. Ante tal pensamiento, sonrió tontamente. Se estaba volviendo más blando y su corazón más demostrativo.


De repente, el sonido del timbre lo sobresalto. ¡Como odiaba ese sonido! Rápidamente se colocó un pantalón largo de algodón color negro y camino hacia la entrada del departamento. Al abrir la puerta se encontró con la figura de un alto joven de cabellos oscuros y largos, con rasgos muy parecidos a los de él. Abrigado con un saco negro, Itachi saludo a su hermano con un pequeño golpe en el brazo.


— ¿No me invitaras a pasar, hermanito? — preguntó retóricamente el más alto sonriendo.


Sasuke abrió por completo la puerta para que su hermano ingresara. Este inmediatamente entró, asediado por una mañana fresca.


— ¿Qué te trae por aquí, Itachi? —cuestionó el menor cerrando la puerta, ese segundo en que estuvo expuesto al aire invernal lo había enfriado lo suficiente como para empezar a temblar levemente, después de todo estaba sin remera con el torso al desnudo.


— ¿No leíste el mansaje que te mande? Y yo que pensé que me esperarías con el desayuno. — Dijo divertido. Sintiéndose como en su propia casa, ingreso a la cocina y puso agua a calentar para preparar té. — Esta vez no me dio tiempo de ir a comprar algo para desayunar. — Dijo mientras se sacaba el saco y lo colgada en el respaldo de una silla. Sasuke lo miraba sin decir palabra alguna, había caído en la cuenta de que su hermano mayor estaba en su departamento paciéndose por las salas como si fuese su casa mientras que en su dormitorio dormía un demonio de cabellos rubios que se había convertido es una pareja. Estaba en aprietos.

— Perdón hermano, no leí el mensaje. — Dijo distraído mientras se sentaba y agarraba el celular que estaba en la mesa para corroborar que efectivamente había un mensaje de Itachi en su bandeja de entrada.

— Qué más da, cuéntame cómo te ha ido con el estudio. — Itachi, hablaba desde la cocina, mientras sacaba el té y la azúcar de la alacena y las cucharas y las tasas para llevarlas a la mesa de la sala comedor donde Sasuke estaba.


— Bien. — Fue la seca respuesta, estaba muy concentrado en pensar una manera de hacer que su hermano se fuera antes de que Naruto despertara, como para hablar con dulzura.


— Era de esperarse, tus notas han sido de las mejores. — Decía orgulloso mientras tomaba asiento frente a su hermano menor y comenzar a desayunar. — Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que fuiste a visitarme, me he preocupado. — Era verdad, si él no buscaba a su pequeño hermano menor para saber cómo andaba, podrían pasar años sin enterarse de la vida de este.


— He estado ocupado, nada más. — Comentaba sin interés agregándole azúcar a su té.


— Te comprendo, — hizo una pausa para darle un sorbo a su té - ¿Con el trabajo vas bien? — Su hermanito nunca le contaba nada, siempre tenía que estar preguntándole para saber, y es que le interesaba, quería ver a su hermano progresar.


— Todo está en orden. No necesitas preocuparte. — ¿Acaso su hermano pensaba que era un niño pequeño? Ya estaba grandecito como para arreglárselas solo sin la necesidad de su hermano. — ¿Tus cosas cómo van? — Mejor hacer las preguntas para evitar que te pregunten ¿no?

— Pues bien, me he peleado nuevamente con padre, pero no es para tanto. — Las palabras salieron en completa neutralidad, aquello verdaderamente no le afectaba para nada. Ya había terminado su bebida.

— Tu siempre te andas peleando con padre, el siempre espera más de ti que de mí. — Había metido la pata, y se había dado cuenta demasiado tarde, justo cuando había terminado la frase.


— No digas tonterías, padre esta enormemente orgulloso de ti, igual que madre y que yo. — Seguía con el mismo tono.

— Como digas, — dando un último sorbo, el también termino su té, — Y esta vez porque razón te has peleado con padre. — Estaba intrigado por alguna razón especial, tal vez por la cara de su hermano que sonrió de costado, algo burlón y algo irónico.


— Pues... — Suspiró — Padre considera oportuno que a mi edad encuentre a una mujer con la cual casarme.


Una pequeña risa salió de su interior al escuchar la razón de la disputa familiar.

— Vamos hermano, yo creo que tiene razón. — Dijo provocadoramente cargado de burla. Le daba gracia la cuestión, aunque comenzaba a preguntarse por qué su hermano nunca había presentado a sus novias.


— Padre considera que nuestra falta de interés en presentar nuestras parejas es "sospechoso" y que comienza a tener pensamientos "raros" hacia nosotros. El pobre está preocupado — Al escuchar las palabras pronunciadas por el mayor, Sasuke no pudo evitar levantar una ceja y curvar sus labios. ¿"Nosotros", "nuestra"? a que rayos se refería.

— ¿Qué demonios quiso decir con eso? — pregunto ya sabiendo la respuesta, pero tenía la leve esperanza de que fuese otra. — Y lo más importante, ¿Qué tengo que ver yo en todo esto? — Era cierto que nunca había comentado nada sobre si tenía o no pareja, pero ¡ni siquiera iba a la casa de sus padres!


— Tu qué crees hermanito, padre cree que somos homosexuales. — Itachi se levantó y agarró las tasas para llevarlas al lavado de la cocina. Por mientras Sasuke reflexionaba y digería aquellas palabras. ¿Cómo demonios se habían dado cuenta su padre de que él era homosexual si él mismo había confirmado su orientación sexual hace un par de días? Abrió los ojos ante sus propios pensamientos, ¿Qué importaba si su padre sospechaba?, después de todo era una sospecha sin fundamentación, pero indiscutiblemente verdadera.


— Que estupidez. — Soltó al fin Sasuke, había llegado a la conclusión de que no le molestaba que su padre creyera eso de él, pero aun así no podía decirle eso a su hermano. Debía ser cuidadoso. Su conciencia se debería, jamás le había gustado mentirle a su hermano.

— Eso mismo le dije. — Había regresado para sentarse nuevamente. — Además mis intereses sexuales no tienen por qué importarle, pero me molesto que hablara de ti también. Como dijiste antes, tú no tienes nada que ver en esto.


De pronto las facciones de Sasuke se distorsionaron, sus ojos se abrieron como platos y su boca calló levemente incapaz de procesar lo que veía. Sus pulsaciones aumentaron en tan solo unos segundos, y su cuerpo se paralizo en el lugar. El cuerpo desnudo de Naruto se asomaba por la puerta que daba a la sala comedor donde ellos estaban. Su hermano estaba en ese momento sentado de forma tal que daba la espalda al rubio, pero al no comprender el repentino cambio de su hermano menor, volteó el rostro con curiosidad y lo que vio lo dejo noqueado de sorpresa. Un hombre completamente desnudo estaba parado detrás de él.

— ¡Naruto! — Sasuke se levantó como un rayo de la silla, mirando directo a los ojos azules del moreno.


— ¿Quién es el Sasuke? — Era la segunda vez que se levantaba y encontraba a un hombre con su amado Sasuke, ¿Qué rayos pasaba con el mundo?


Itachi corrió su mirada rápidamente y se enfocó en su hermano menor. Este último solo podía repetir en su mente: ¡Otra vez no! En tan pocos días, y tantas situaciones que no estaba adaptado para resolver.

Demangel [NaruSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora