~De la guerra al amor~

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Hacia calor, todo era oscuridad y era imposible moverse con las pesadas cadenas que lo sujetaban con fuerza, tanto de la pierna, como del cuello. Llevó sus manos por inercia y forcejeó intentando quitarse o por lo menos desajustar aquel "collar" que lo apretaba y le quitaba el aire. Pero era inútil y lo sabia. Cerró los ojos con fuerza. Estaba cansado, ¿Qué estaba pasando ahora? Porque no podía estar simplemente como antes, con Naruto en su departamento. Tranquilo, solos y sin dolor ni castigos. Comenzaba a dolerle la cabeza y el cuello, las cadenas parecieron aumentar de peso de un momento para el otro y cayó de rodillas al suelo, respirando agitadamente.

-¡Sasuke! –Gaara miró hacia atrás cuando escuchó el ruido de las pesadas cadenas tocar el suelo. Era demasiado para un ser no demoníaco y temió por la vida del menor, temió que se lo llevaran, que le hicieran algo. El lo defendería, por Naruto. Pero aquellos tres eran demasiado para él. Volteó nuevamente hacia los tres sujetos encapuchados y los miró con reproche, ira y determinación. -¡¿Que creen que están haciendo?! No pueden llegar al mundo de los humanos y sublevarlos ante ustedes. Esta prohibido, ¡liberen inmediatamente a todos! –Ordenó el pelirrojo mirando exclusivamente al tipo del medio. Pero luego de su pedido solo hubo silencio. Estrechó la mirada con furia.

-Sasuke Uchiha, él debe pagar. Y Naruto Uzumaki... -Gaara fue ignorado. El de la derecha hizo un movimiento con la mano y un libro apareció ante él, lo tomó y lo abrió. Era grande y pesado. Leyó por un breve momento y elevó la mirada nuevamente hacia donde estaba Gaara, pero no lo miraba a el. –El ya esta fuera de nuestra jurisdicción. –Dijo el tipo con un suspiro, y los otros dos lo miraron. –El muy idiota ya no es de los nuestro. –Rió acompañado del de la izquierda. –Parece que ya pagó su castigo con eso.

-Que deshonra, ¡un demonio que no quiere serlo! Ese tipo merece la muerte. –Decía bipolarmente entre burla y enfado, se notaba que para él era un orgullo ser demonio.

-Déjalo, el ya pagó con su vida, entregándose a la humanidad. –Esta vez habló el del medio con autoridad. –Aunque eso no está bien, los castigos deben cumplirse, Naruto Uzumaki cometió un crimen y se escapó de nosotros. –Habló con un deje de ira, aunque cada palabra la pronunció con tranquilidad. –Nadie escapa a su castigo.

-Él es el primero... -Dijo en voz baja el de la izquierda, mientas continuaba leyendo el libro grande entre sus manos.

-Tsk, ¡Castiguémoslo igual!, me importa una mierda que sea humano ahora. –Rió el de la derecha bajándose la capucha dejando ver entre el resplandor rojo de su cuerpo, una rubia y larga cabellera atada con una cinta.

-Jamás nadie ha escapado del castigo, es algo de lo que no se puede escapar, pero esto ya no esta en nuestras manos...

-¡Que importa! ¡No podemos ser indulgentes!, Los demás se enteraran, los crímenes deben castigarse, si dejamos a uno, seguro que se repetirá. –El rubio parecía ansioso por cumplir su cometido.

Los tres se quedaron en silencio.

Sasuke levantó su rostro para poder enfocar a aquellas personas. Los tres lo estaban mirando con atención, pensando como actuar y analizando la situación. Lo escrutaban con la mirada, lo penetraban de laguna forma, aun así, el mantuvo su vista hacia ellos, sin apartarla de aquellas miradas ocultas tras las mascaras carmesíes que tapaban sus ojos. Miró a su alrededor y solo pudo ver a su hermano, que se mantenía apoyado contra una pared. Lo vio cansado, como si estuviese esforzándose para no caer dormido, entonces buscó a Sai y a su padre. Al encontrarlos notó que ambos estaban inconscientes, el mayor en la camilla y Sai en el suelo del oscuro cuarto. Itachi parecía resistirse a terminar igual que ellos. Luego giró hacia atrás, y miró a Naruto. Este permanecía dormido o inconsciente, él también tenía una pesada cadena sujetándolo de una de las piernas.

Demangel [NaruSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora