~De la nada a tu esclavo~

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"¿Debería dejar de amarte, si mi amor te duele?"

No podía creer lo que en su cuarto estaba pasando, no cabía en su mente aquello que veía...y lo que veía, no era nada más ni nada menos que a un joven de hermosos cabellos rubios y ojos sobrenaturalmente rojos. Sasuke miró detenidamente, sin dejar de pensar que todo aquello debía de ser un sueño, al sujeto que había aparecido "mágicamente" en su alcoba. Tanta era su incredulidad y su asombro, que no se dio cuenta de que aquel muchacho lo miraba lujuriosamente.

"Es hermoso", fue un pensamiento fugas, pero que tomó por sorpresa al Uchiha. Nunca se hubiese esperado pensar algo igual. Aunque...no podía negarlo, aquel personaje que se encontraba tranquilamente acostado en la cama mirándolo sin parpadear y de forma escalofriante, era muy llamativo y de una belleza irreal. Ante semejante mirada persistente, un escalofrió recorrió el cuerpo entero, de pies a cabeza, de Sasuke. Se sentía profundamente observado, pero no solo eso, sino que examinado y penetrado. Incomodo desvió la mirada intentando dar un razonamiento lógico a lo que estaba pasando.

— ¡Hey! Dime tu nombre —El rubio pronunció sus palabras como una orden, pero el tono era contrarrestado con la socarrona sonrisa de burla.

El recién llegado, o mejor dicho: recién "aparecido" sostuvo la mirada fija en el cuerpo, y especialmente el pecho desnudo y marcado de Sasuke, mientras llevaba uno de sus dedos a sus labios, acariciándolos y delineándolos. Se había acostado sobre uno de sus costados flexionando su brazo de tal forma que podía apoyar su cabeza. Era sexy y quería demostrar su atrevimiento, después de todo, solo llevaba una prenda que le cubría su parte masculina y nada más.

—Forma parte del contrato el que me digas tu nombre, humano guapo —Habló nuevamente al ver que el otro joven no reaccionaba, tal vez porque no podía creer la belleza que estaba en su cama, fue el pensamiento bromista del rubio. Dejó de jugar con sus labios y señaló al libro que había quedado olvidado sobre la cama. —Dímelo y te mostraré el contrato. —Luego lo señalo al atónito y aún perdido Sasuke, incitándolo a que hablara.

—Sasuke... —La sonrisa del rubio le trasmitió inquietud, y por alguna razón se arrepintió de haberle dicho su nombre.

—Con eso me basta, Sasuke. —Rio ante la mirada asustada del otro muchacho. Volvió a señalar el libro. —Ahora, todo está hecho, si gustas, puedes leerlo tranquilamente.

Tenía la intención de agarrar el libro y ver de qué estaba hablando, pero eso significaba acercarse aún más al extraño. Lo dudó unos segundos y cuando estaba por dar un paso hacia adelante, en vez de eso, dio dos pasos hacia atrás al notar algo que se movía detrás del misterioso joven de ojos rojos. El aura colorada aún rodeaba al sujeto, y lo que se movía de una forma pendular detrás de este era como una especie de.... ¿cola? no. Eran varias.

—No me temas, tú me llamaste, no deberías tenerme miedo... y no te preocupes, no te hare nada malo. —Otra vez Sasuke sintió algo de sarcasmo, burla y algo más que no pudo describir, pero que lo hizo erizarse completamente.

— ¿Quién eres? —Preguntó manteniendo la distancia.

—Naruto Uzumaki, a tu servicio. —Dijo haciendo una pequeña inclinación de cabeza y sonriendo de costado. —Ya deberías saber quién soy, después de todo tú fuiste el que me llamó, yo solo obedecí y vine. —No entendía bien de que iba la cosa, pero seguramente cuando leyó el nombre escrito en el libro...

— ¿Qué eres? —Esta vez se concentró en las orejas doradas como el cabello, que atrajo su atención cuando la izquierda se movió cual reflejo de gato. Al igual que esa aura rojiza que lo envolvía.

—Pues... —Por unos segundos apartó la mirada del otro joven, y se centró en el libro. —Soy un demonio.

A Sasuke eso no le gustó como sonó, uno no debe ser un experto para interpretar esa palabra. En todos los relatos, historias y religiones, los demonios no eran nada buenos.

—No te confundas, no soy ese tipo de demonio. —El aludido dio un respingo al escucharlo, lo único que haría esto más sorprendente seria que el rubio pudiera leerle la mente. —Digamos que la humanidad tiene una mala idea sobre nosotros.

—... —El universitario de cabellos oscuros como la noche, no sabía que decir, se había quedado sin palabras. La lógica, a la cual él siempre se apegaba, no existía en ese momento. La curiosidad apareció en su interior minimizando cualquier otra emoción que pudiera llegar a tener. No todos los día uno abría un libro y de éste salía un "demonio". Era alarmante, pero emocionante, fantástico, pero ¿posible? Ahora en la situación que se encontraba lo era, pero seguramente, si algún conocido de él le hubiese hablado sobre demonios y libros, él se le hubiese reído en la cara y sin disimulo alguno. En este momento quería indagara, preguntar e investigar, quería saber y conocer más sobre aquel rubio.

—Dime Sasuke... ¿tú quién eres? —Preguntó repentinamente el demonio sorprendiendo al nombrado, no solo por la pregunta en sí, sino también por la seriedad con la que había pronunciado la cuestión.

—Soy Sasuke Uchiha, solo...

—No me refiero a eso. —Le interrumpió mirándolo con sus ardientes ojos rojos. —Los humanos no suelen vernos, mejor dicho, ellos no pueden vernos. No deberían... Solo un puñado muy reducido puede hacerlo, pero incluso nos ven incompletos, no con nuestra forma verdadera. Por otro lado... —Inspeccionó y analizó cada rincón del joven estudiante. —No tienes pinta de ser como yo, un demonio... Tal vez... —Pensó en silencio, pero no dijo nada más.

—No sé de qué estás hablando. Yo no soy nada de eso que dices. Simplemente soy un estudiante. —Eso era cierto. ¿Qué no tenía pinta de ser un demonio? Por el amor a dios, era obvio que no lo era. El extraño sujeto con orejas y cola continuó observándolo en silencio, pensativamente. Parecía que estaba buscando algo, algún indicio tal vez. Pero no había nada.

—Es extraño... —Dejó de lado su meticulosa mirada y se dirigió directamente a Sasuke. — ¿No te quemaste cuando tocaste el libro?

—Solo un poco. —Contesto distraídamente. Haciéndolo sonar como si fuese lo más normal del mundo y pasara a cada rato.

Sospechaba por el semblante en el rostro del misterioso Naruto que algo no andaba bien. Pero éste solo quedo en silencio, como debatiéndose y haciendo de tanto en tanto gestos que por si solos decían "no puede ser". Luego de unos segundos, Sasuke se atrevió a acercarse un poco más, arrimándose a donde el rubio se encontraba. Había algo que le llamaba mucho la atención y quería "tocar". De pie junto a la cama, se dejó llevar por el impulso y estiró el brazo...quería tocarlo, quería saber que era esa aura roja que lo rodeaba...

Lentamente, su manó fue alcanzando la piel morena del rubio, dudoso, pero sin frenar, Sasuke se fue acercando más y más, hasta alcanzar y traspasar esa especie de aura rojiza. Comprobó que nada pasaba, era como si no hubiese nada rodeándolo. Por alguna razón temía quemarse o algo por el estilo, pero no fue así. Alentado por ese hecho, su mano continuó unos centímetros más, y alcanzó a Naruto. Fue en ese momento de contacto directo, que ambos salieron de sus cavilaciones y chocaron sus miradas. Negro y rojo. Ambos se quedaron estáticos en el lugar, sin decir o hacer nada. Parecía una escena congelada.

Naruto sonrió pícaramente. Había algo en el muchacho de ojos y cabello oscuro que le llamaba poderosamente la atención y que de alguna manera lo atraía, no solo sexualmente, porque sinceramente desde que lo había visto le pareció hermoso y físicamente atractivo, sino también le interesaba conocer al joven hermoso. No tenía explicación, pero lo que él quería, él conseguía. Y Sasuke no sería la excepción, después de todo el contrato ya estaba firmado.

Sasuke Uchiha le pertenecía.

Demangel [NaruSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora