Demangel [NaruSasu]

~De un libro a tus pies~

"Su encuentro fue inesperado, pero su amor verdadero"

Al fin, cruzando la esquina, a mitad de cuadra se encontraba su departamento. Impacientemente, de su bolsillo, sacó las llaves e ingresó al hall, donde apresuradamente colgó su campera en un perchero que siempre se encontraba allí, tras la puerta, solitario. Tomó los libros y con cuidado los colocó sobre la mesa del comedor, se dirigió al cuarto y reapareció con un par de prendas y una toalla en sus manos. Sin mirar hacia la mesa, ingresó al baño y se tomó su tiempo para darse un relajante baño.

Pensó en varias cosas, una de ellas particularmente fue; ¿Qué demonios estaba haciendo? Un libro era eso, un libro. Una recopilación de hojas en páginas, informáticas o de naturaleza creativa, pudiendo ser estas un manuscrito o impresas. Pero algo le decía que éste era diferente. El agua comenzó a enfriarse, fue entonces que Sasuke decidió salir.

Estaba hambriento. No se le ocurrió otra cosa más que cocinarse algo rápido y liviano. ¿Estaba escapando a su inquietud y curiosidad? Lo cierto era que verdaderamente tenía hambre. Pronto la cena estaba lista y en pocos segundos, ya no estaba. Ahora sí, no tenía más "escusas".

Mirando de reojos al pesado vademécum, rodio la mesa y se paró frente al viejo libro. Lo tomó con exagerado cuidado, ignorando al otro, y apagando las luces, se fue a su cuarto.

Ok, debía reconocerlo; se sentía un idiota. Sentado en el medio de la cama, casi desnudo, exceptuando por el bóxer y un pantalón largo, enfrentándose a un libro antiguo, esperando que algo fantástico pasara. Pero lo único que pasaban eran los minutos.

—Que idiotez... —Susurró, dejándose caer hacia un lado, sin dejar de mirar la portada dura del libro.

—Vamos, ¡dilo!

Se sobresaltó de tal forma, que terminó dando un salto sobre la cama, quedando atónito, parado sobre el colchón mirando, con ojos algo más abiertos de lo normal por la impresión, el susodicho libro "misterioso".

— ¿Pero qué demonios fue eso? —Fuese o no su imaginación, su corazón estaba demasiado acelerado, y la circulación de adrenalina por el susto lo embriagaba, teniendo un calor inesperado en su cuerpo entero. Con pocas ganas, le dio un pequeño golpe con su pie al objeto. Moviendo rápidamente su cuerpo. —Debo de estar sufriendo un desequilibrado mental... —Lentamente comenzó a inclinarse para tomar el libro de forma minuciosa y algo desconfiado.

Se sentó nuevamente, no podía dejarse llevar por su imaginación. Tal vez el estudio, el esforzarse demasiado le estaba afectando. Abrió el libro, pensando nuevamente el significado de aquel símbolo. Pasó la primera hoja, y allí estaba nuevamente, aquel nombre. Lo leyó mentalmente.

Las siguientes hojas se encontraban en blanco, finas láminas amarillentas. Eran bastantes, pero ninguna tenía nada escrito ni dibujado, el libro estaba completamente vacío, quitando el extraño nombre. Estaba algo cansado. Y para colmo, no había encontrado nada. Todo había sido una jugarreta de su agobiada mente. Tal vez, reconsideraría tomarse unas vacaciones. Pero por el momento, se metió en el sobre de la cama. Dejó el libro sobre la mesa de noche y apagó el velador. Primero descansaría bien, se relajaría y dormiría tranquilamente. A la mañana siguiente le echaría un vistazo aún más profundo al libro y luego lo devolvería. Le diría a la secretaria de la biblioteca que se lo había llevado por error. Y todas aquellas extrañas cosas terminarían.

No tardó demasiado en caer profundamente dormido. Por ende, no pudo presenciar la rareza del libro, que sobrenaturalmente brillaba; un aura rojiza lo envolvía de forma sobrenaturalmente hermosa. Pero ese evento inusual, solo duro unos pocos segundos. El brillo desapareció y la noche continuó normalmente hasta el amanecer.