~De secretos a cómplices~

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El cuarto número 217 se encontraba en completo silencio, ni los pitidos de las máquinas, ni los pasos de la gente en el exterior, absolutamente nada, parecía que incluso el hospital entero se había quedado paralizado y callado. Las respiraciones de los presentes se habían detenido por una fracción de segundos. Desconcierto, asombro y entendimiento. Los ojos negros de Sasuke miraban con una fijación casi hostil al hombre que se encontraba tendido en la cama de blancas sábanas. Unos pasos más atrás, el hermano mayor se mantenía quieto en el lugar, incapaz de asimilar las palabras que con histeria el menor le había gritado en la cara minutos atrás. ¿Sasuke no era su hermano? ¿Qué se suponía que quería decir eso?


En la puerta de entrada a la habitación, Naruto y Sai, se mantenían impecablemente paralizados. Ambos se habían impresionado un tanto ante la escena que estaban presenciando. E incómodamente, se sentían desencajar en el ambiente tenso que se había formado. Cruzaron una mirada sin sentido e ingresaron por completo sin dejar de mirar hacia los tres hombres de cabellos negros que parecían querer hablar con las miradas. Los dos, uno junto al otro, se quedaron en el rincón más alejado. No pretendían interrumpir, pero tampoco deseaban dejar solo al menor, después de todo en pocos minutos su castigo volvería. Naruto agarró con fuerza el libro, el pelirrojo no tenía ninguna intención de compartir ese momento "tan interesante" con ellos. De cualquier forma, era mejor así. No querían invadir el cuarto.


Sasuke suspiró cerrando los ojos para apartar su ansiedad y su arranque de ira. Su voz se había tornado exigente y amenazadora, y él no quería ser así. Agarró una silla que estaba a poca distancia de la cama y la colocó junto al hombre acostado, en seguida se sentó. Itachi, sin saber exactamente qué hacer, se acercó a su hermano y se posicionó detrás de este.


— ¿Qué está sucediendo? —Preguntó, mirando a su padre, que no quitaba ojo del cuerpo del menor. Nadie respondió, ni siquiera se voltearon a verlo. — Sasuke ¿Qué rayos pasa? —Insistió colocando una de sus manos en el hombro del semi ángel. Por fin, éste giró su rostro y lo miró desde abajo.


— Eso mismo quiero saber. — Luego de pronunciar esas palabras, volvió a enfocar a su padre. — Bien, ya puedes comenzar a hablar. Te escucho atentamente. — Y se acomodó en la silla, inclinándose un poco hacia adelante con los antebrazos colocados sobre sus rodillas. Deseaba saber ya mismo toda la verdad. Sentía que si pasaba un minuto más iba a estallar. Pero pasó lo que no quería. Los segundos se hicieron minutos y su padre lo único que hacía era mirarlo a los ojos sin abrir la boca. Lo miraba seria e inexpresivamente.


Cuando estaba a punto de reaccionar negativamente ante el silencio prolongado, Sasuke se calló al notar que un suspiro largo y lento abandonaba los pulmones de Fugaku. Estaba a punto de decir algo. Se puso atento y una corriente de nerviosismo lo recorrió de pies a cabeza en un segundo.


— Lo siento. —Fueron las dos únicas palabras que el hombre mayor pronunció, antes de recostarse cómodamente en la cama, apartando por primera vez sus ojos negros de los del menor para mirar el blanco techo.


— ¿Qué? —Fue lo único que atinó a decir levantándose de la silla, incapaz de aceptar que eso sería lo único que le diría. Por sus venas pasaba incredulidad que en pocos segundos se fue transformando en ira. Ira que no podía contener por más fuerte que apretar los puños o por más fuerte que se mordiera el labio inferior. ¿Eso era lo único que su padre tenía para decirle? ¿Acaso lo estaba jodiendo? Ni de broma, él quería respuestas, ¡quería la verdad! No un simple y mísero "lo siento".


— ¿Lo sientes?... —Cerró los ojos y se masajeó la sien con impaciencia. La mano de su hermano volvió a apretarle el hombro levemente, pero tan rápido como sintió el contacto, hizo un movimiento brusco para quitarla. Se giró y solo bastó mirar a su hermano para que éste comprendiera que no había forma de tranquilizarse. Miró el perfil del hombre herido. — No dirás nada más, ¿verdad? — El silencio le decía todo. — No me explicaras nada, no me contaras nada... y mucho menos me dirás la verdad... — Le molestaba de sobremanera la tranquilidad y el mutismo de Fugaku. Respiró con velocidad, no podía controlar ese naciente y creciente sentimiento de rabia que lo incitaba a gritar con todas sus fuerzas. Caminó hacia el rubio y su amigo mirando hacia el suelo. Completamente frustrado.

Demangel [NaruSasu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora