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Desperté por culpa de voces y gritos.

Al abrir los ojos, me di cuenta que seguís en el árbol, en el que aparecer me había quedado dormida. Bajé con cuidado de no caerme, llamando la atención de varias personas que pasaban. Lo primero que vi fue a Murphy tirando su cuchillo en el mismo árbol en el que yo estaba. Me miró unos segundos y me ignoró.

—Es ese maldito niño dándome dolor de cabeza —murmuró Murphy, volviendo a intentar clavar el cuchillo. Bellamy apareció por detrás

—No va a durar mucho, así que ve buscando otra excusa —tiró su hacha, quedando clavada a un costado del árbol, casi errando—. Así es como se hace —se burló pero luego se acercó a mí al verme con una sonrisa que era de todo menos amigable, o así la veía yo. Levanté una mano para que no se acerque a mí. Me miró confundido, pero no se acercó más.

Mientras ellos hablaban sobre dos chicos desaparecidos yo rompía otro pedazo de mi pantalón para amarrarme el pelo con él.

Cuando me estaba por ir, Bellamy se puso otra vez enfrente mío para que no me mueva.

Iba a amenazarlo para que se corra cuando escuché que Atom seguía hablando.

—Todos tienen miedo y ese chico que agoniza no ayuda con la moral.

Rodé los ojos al escucharlo hablar de Jasper, cansada de oír todos los malos comentarios y deseos de muerte.

Yo los odiaba al igual que ellos odiaban a Jasper pero no se los decía ni les deseaba la muerte.

—¿A dónde vas? —preguntó Murphy, cuando me vio alejarme un poco otra vez.

—A buscar comida —respondí, seca.

—Estábamos por irnos —avisó Bellamy, señalando a un grupo de chicos—. ¿Vamos juntos?

Miré a todo el equipo. Eran un chiste, pero acepté.

—No sean un estorbo.

—¿Quieres más cuchillos? —asentí—. Ven conmigo.

Comenzamos a caminar hasta llegar a donde había un cajón con muchas armas hechas con material de la nave. Las miré a todas, hasta ver una que llamó mi atención.

Era más pequeña que una espada, pero más grande que un cuchillo. La hoja era fina y filosa, no sabía cómo la habían hecho, pero aún así la levanté para verla bien. Era algo pesada, pero se sentía cómoda. La observé de punta a punta con una pequeña sonrisa y estaba segura de que mis ojos brillaban con admiración.

A pesar de que tenía también armas, prefería mil veces los cuchillos o cualquier otra arma blanca, me sentía mucho más cómoda usando eso.

—No creo que esa puedas... —interrumpí a Bellamy cuando la agarré del mango y la lancé a un árbol que estaba a unos metros, haciendo que se clave en la madera al lado de una chica, quien soltó un grito—. Wow... eso fue increíble.

—Así es como se hace, por cierto —me burlé de ambos en un susurro. Él me quedó mirando unos segundos, tal vez aún un poco sorprendido.

—Definitivamente te necesitamos en el grupo de caza —lo miré con la sonrisita que no había borrado en ningún momento, pero me puse seria enseguida.

—¿No hay más? —pregunté.

—¿No tienes demasiadas? ¿Dónde te vas a meter más cuchillos? —alcé una ceja y lo miré sin responder. Tomé dos cuchillos más.

Fui hacia el árbol en el que había clavado la espada y la agarré. Cuando iba a salir, la voz de Wells me hizo frenar.

—¿A dónde vas? —me preguntó con el ceño fruncido. Abrí la boca para responder, ya que debía hablar para explicarme y no iba a comunicarme por señas, pero me interrumpieron.

The Powerful Criminal [The 100]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora