012

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Ocho.

Lo primero que sentí al despertar fue mi cuerpo muy adolorido.

—Eight —me saludó Xavier, un chico que conocí en la aldea de Anya. Al mirar a mi alrededor me di cuenta que estaba en una habitación completamente desconocida para mí—. ¿Cómo te sientes?

—Como si me hubieran disparado —murmuré. Él soltó una risa.

—Fue exactamente lo que pasó —le sonreí un poco—. Anya hizo una tregua con los Skaikru para traerte a Polis, habías perdido mucha sangre así que la comandante te hizo una transfusión. Fue bastante asqueroso —me dijo, mientras me daba un poco de agua. Reí levemente.

La Comandante Lexa era quien mantenía la paz entre todos los clanes. Alguna vez había pertenecido al Trikru y fue entrenada por Anya. Era una sangre Nocturna, como lo eran todos los comandantes, y Anya me estaba entrenando para cuando me tocara conocerla.

—¿Tú y Vico vinieron conmigo a Polis? —pregunté. Él se puso serio, por lo que yo me preocupé. Xavier nunca estaba serio. Él era tan feliz que a veces era abrumador—. ¿Xavier?

—Bueno, estabas en el puente —asentí—. Y Vico estaba ahí también —mi corazón se paró unos segundos.

Vico era su hermano pequeño. Iban juntos a todos lados, y cuando me conocieron a mí no nos despegábamos ni para comer. Estábamos siempre los tres juntos. Hasta Lincoln se empezó a sentir celoso porque había empezando a entrenar un poco también con ellos en la aldea.

En todos lados tenía a alguien con quien entrenarme. Si no era con Lincoln en el bosque, era en la aldea donde vivía con Vico y Xavier.

—Xavier, él... —me interrumpí a mí misma, esperando que Xavier terminara de hablar.

—Él no iba a lastimar a nadie, pero los tres Skaikru que estaban escondidos le dispararon —mis ojos ardieron, y sin evitarlo las lágrimas comenzaron a salir. Cuando él iba a abrazarme, yo me alejé. Me puse mis botas, mi campera y agarré mi espada—. ¡Eight! No puedes irte. No estás recuperada del todo —lo ignoré, pero me tomó del brazo sano y me hizo sentar—. Por lo menos, tienes que darles un poco de miedo —murmuró, antes de tomar pintura de una repisa y pintar mis párpados y alrededor.

Estaba pensando en qué haría al llegar. Recordaba haber escuchado la voz de Jasper gritando, pero no tenía ni idea de quiénes eran los otros dos, así que le pedí a Xavier que me describa más o menos quiénes habían estado. No me sorprendí para nada cuando comprendí de quiénes se trataba.

—Ve a vengar la muerte de tu amigo.

—¿Amigo? —pregunté—. ¿Qué significa? —él me miró unos segundos, como si no pudiera creer lo que había preguntado.

—Amigo... es alguien a quien amas y harías lo que fuera por él.

Lo miré unos segundos, luego besé su frente y salí de la torre, sin importarme que tuve que bajar cinco pisos a pie; si estuviera en la aldea el camino sería más corto.

—¿Irás a ver a los Skaikru? —una vez detrás mío preguntó.

Volteé, reconociendo a Indra, una guerrera de Trikru. No sabía muy bien cómo le caía a esa mujer. A veces me trataba bien y a veces me trataba como su enemiga. Por ejemplo, ella fue quien quiso hacerme el tatuaje, pero luego me dejó en claro que ni siquiera me soportaba. Tenía a mi caballo amarrado.

—Iré a matar a los Skaikru —corregí. Me miró unos segundos, pero no me dejé intimidar—. Voy a mostrarles quién manda.

—Anya lo trajo, supuso que no lo querrías —dijo simplemente tendiéndome las riendas de mi caballo.

The Powerful Criminal [The 100]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora