Desperté cuando sentí una presencia cerca, y segundos después una mano tapó mi boca, obligándome a abrir mis ojos. Reconocí a Bellamy a centímetros de mi rostro, quien me hizo una seña de que me calle y me mostró un arma. Lo miré con expresión aburrida, pero la cambié al verlo apuntar a Finn, quien dormía acostado en el piso con su cabeza en el colchón, al lado de donde estaban mis piernas.
No lo creía capaz de matarlo, pero lo mejor era no provocarlo.
—Levántate despacio —susurró el pecoso en mi oído. Rodé los ojos y me levanté. Me dio una hoja y un lápiz—. Escribe que te fuiste.
Miré la hoja, me acerqué a él y la apoyé en su pecho para no escribir en el aire.
Me quedé mirando la hoja en blanco unos segundos, hasta que él me tomó del brazo y me hizo mirarlo.
—¿Y? —preguntó. Luego cerró los ojos y suspiró—. No sabes escribir —murmuró.
Tomó el lápiz y el papel y fue él mismo quien escribió la nota en la que ponía brevemente que me volvía con los terrestres, para luego arrastrarme fuera de la tienda.
Caminé detrás de él, tranquila. Cuando Finn leyera la nota, se daría cuenta que yo no fui quien lo hizo.
Bellamy, intentando no despertar a la poca gente que dormía por aquí, me obligó a subir la escotilla. Miller, Drew y Jones, nos esperaban ahí.
Sabía que podía irme cuando quisiera, pero no lo haría sin mis cosas. Tenía mi campera, mis armas y el cuerno de Lincoln. No dejaría nada de eso.
Por mirar alrededor buscando esas cosas, no me di cuenta que Jones y Miller me habían vuelto a agarrar, mientras que Drew los miraba, nervioso. Una soga sostenía mis manos y otra sostenía mis piernas. Me querían atar contra la pared, por lo que comencé a sacudirme dando patadas y golpes, pero un golpe en mi cabeza me dejó aturdida. Bellamy me miraba desde arriba, con el ceño fruncido y las manos en su cadera. Gruñí cuando me pusieron una venda en mis ojos y me amordazaron.
—Bellamy, esto se está saliendo de control.
—El terrestre se escapó y seguimos necesitando respuestas —murmuró Bellamy, aunque notaba que su tono de voz era tembloroso—. Y deja de tratarla como si fuera una niña inocente, Drew. Puede matarnos a todos si quiere.
—¡Pero no lo hizo! —espetó Drew—. Eso debe decirte algo. Además, ¿qué pasará cuando noten su ausencia? Vendrán a buscarla.
Nadie respondió.
Luego de eso, escuché pasos y la escotilla ser cerrada y trabada.
Recordé a Abby diciéndome que debía confiar en ellos y abrirme. Y miren a dónde me llevó. Estoy aquí, secuestrada y siendo torturada por la gente en la que supuestamente debía confiar porque ella me lo dijo. No era idiota, desde el minuto uno supe que no debía confiar en ellos, pero bajé la guardia porque creí que estaba siendo paranoica.
A pesar de que estaba acostumbrada a que me tengan encerrada, me seguía sintiendo mal, sentía que esas cuatro paredes en las que estaba metida se acercaban y me ahogaban.
Los recuerdos volvieron a mi cabeza. Comencé a sentirme mal y mareada, abrumada, y un sonido saturaba mis oídos, estaba segura de que si no estuviera atada, probablemente me hubiera desmayado. Sentí náuseas, pero poco a poco me fui calmando.
Intenté descansar para intentar recuperar fuerzas.
(...)
—Hey —escuché una voz intentando despertarme—. Ocho, despierta —me sacaron la venda de los ojos, permitiéndome ver a Miller y Drew. Me alejé de ellos, pegándome a la pared—. Toma un poco de agua. Y rápido que si Bellamy nos ve nos mata —cuando me sacaron la mordaza, intenté decirles que no quería su ayuda ni necesitaba nada, pero de verdad estaba sedienta. Al ver que dudaba sobre tomar el agua o no, Drew tomó el tarro, él fue el que me dio unos tragos de agua y secó mis labios cuando terminé—. Lo sentimos, Ocho.
ESTÁS LEYENDO
The Powerful Criminal [The 100]
FanfictionOcho. Ese es su nombre. O así le dicen. Condenada a crecer rápido y a vivir una vida llena de sufrimiento, tristeza y odio, en la que era sometida a una decena de experimentos, intentando prepararla para una misión que no se sabía si en algún moment...