Es sábado por la mañana cuando Avril duerme boca abajo y con una pierna flexionada. La sabana junto con una frazada blanca la cubren hasta la mitad de la espalda, acompañándola en su sueño donde estaba por besar a Hoseok. La alarma suena exactamente a las diez y cinco, impidiendo que su agradable sueño terminara, trayendo como consecuencia que golpeara el aparato con rabia. Se sienta en la cama con toda la flojera del mundo, se friega los ojos y se tira el cabello para atrás. Se sienta en la cama dejando que sus pies descalzos toquen el frío piso de madera, hasta que tantea y encuentra sus pantuflas rosas de suave peluche. Camina aún un poco dormida hasta la puerta y sale de su cuarto, cerrándola tras ella. Baja las escaleras tambaleándose como si fuera un zombie hasta llegar al comedor. Y cuando por fin entra a la habitación, se arrepiente de haber bajado, pues solo Jiwoo se encontraba sentada desayunando. La castaña sostenía con su izquierda una taza de café cortado con leche, mientras le daba pequeños sorbos. En su otra mano tenía su celular, mientras chequeaba sus redes sociales. Frente a ella había un platito con un huevo revuelto, un trozo de pan y tocino y otro vaso con jugo de naranja. Esa chica desayunaba como los americanos.
Jiwoo se voltea y observa a la latina.
—Buenos días. —le sonríe.
—Buenos días. —saludó con la voz ronca, puesto que aún no se despabilaba.
—¿Quieres que te prepare algo? —ofrece, intentando ganarse el afecto de su -según ella- "futura cuñada"
—No, gracias —contesta—. No te preocupes, yo lo hago.
Luego de unos minutos, Avril prepara una taza de yogurt, un vaso de jugo de naranja, una tostada con queso untable y una compotera con cereales. Se acerca a la mesa y se sienta en la esquina opuesta a la chica, no por malas intenciones, sino porque era su lugar en la mesa. Le da un mordisco a la tostada y comienza a masticar.
—Oye... —la llama Avril. Ella levanta la mirada— ¿Y Hoseok?
—Se quedó durmiendo. —le da un sorbo al jugo.
—Ah...
Unos segundos de incómodo silencio se instalan entre ellas. Una pregunta ronda por la cabeza de la asiática, y es si a esa chica le gustaba su hermano. Duda, pero por fin se anima a sacar algo de información.
—¿Tú y Hoseok no se llevan bien? —pregunta, como si no supiera la situación.
Avril levanta la mirada mientras le da un sorbo al yogurt de vainilla.
—Sí, es mi mejor amigo, pero... no sé cómo explicarlo, solo fui un poco idiota con él. Tiene razón para no querer hablarme.
—¿Se pelearon?
—Algo así.
—Y, ¿Dices que tú has tenido la culpa?
—No lo sé. O sea, me enfadé por algo que él hizo, por eso no sé si soy del todo culpable de la "pelea" —hace comillas con sus dedos— Quizá si, y no lo hago por forra, por ahí no me doy cuenta.
Hoseok, quien justo bajaba las escaleras para desayunar junto a su hermana, se queda quieto al escuchar que estaban hablando de él, oyendo claramente cada palabra del par.
—Se acostó con otra y a ti te dió celos, ¿no?
Avril se quedó sin palabras. Estaba hablando en incógnitas para no mandar al frente a J-Hope, pero aparentemente ella ya sabía todo.
—Sí —contesta sinceramente—. Hoseok te envió a preguntarme, ¿no?
—No, solo me dió curiosidad. Está bien si no quieres contestar, lamento entrometerme.
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Una latina en BTS.
Fiksi PenggemarAvril Álvarez es una chica de origen argentino que nunca se guarda lo que piensa. Una vez que entra en confianza es distraída, contestadora, perezosa y aveces hasta infantil. Compartía departamento en Corea con su mejor amiga Sook, quien le pidió q...