ｈ ｉ ｍ ✖ｊｏｓｈｌｅｒ✖

• A L E X •

Pasaron dos semanas hasta que volvió a ver a Zack, no quería admitir que no había parado de pensar en él y aún guardaba el papel que estaba entre los billetes de diez, se sentía un poco estúpido por hacerlo, pero lo hacía y no le contaba a nadie sobre sus pensamientos sobre un cliente, ni hasta a Dallon, quien de todos modos ya sospechaba sobre esto por el modo en que a veces preparaba margaritas para un cliente en vez de lo que sea que haya pedido.

Este era un viernes, ese día normalmente la discoteca estaba llena de adolescentes y adultos jóvenes que se estaban librando de una jornada de estudios o de probablemente un trabajo de medio tiempo en algún lugar de comida rápida.

Los viernes eran los días en los que servían más y eso significaba tres barman en la barra, como siempre estaba acompañado por Dallon y ahora estaba con otro chico que trabajaba cuando él no tenía turno, su nombre era Frank, un chico que recientemente había decidido salir de la universidad y trabajaba en la discoteca porque su primo era amigo del jefe.

-¿Por qué las chicas no entienden que soy gay?- Frank soltó después de ver a la chica que acababa de servir levantarse de la barra.

-Porque no lo tienes escrito en la frente, Frank- Josh contestó observándolo con un poco de incredulidad, esa pequeña conversación se repetía cada viernes, normalmente Frank servía a chicas que siempre trataban de coquetear con él mostrándole su escote y diciéndole cosas o dándole propina extra, todo para que él la tome de mala gana y luego empiece a hablar sobre su novio como toda adolescente enamorada.

-Lo sé, pero, ¡Mírame! No parezco completamente heterosexual, quiero decir, ¿Tengo que empezar a vestir de rosa y decirle a las chichas que no les quedó bien el combinado de ropa?-

-¡Te podrían despedir! Dallon gritó desde el otro lado de la barra, apoyando sus codos contra esta, por suerte la música no era tan alta los viernes lo cual significaba que las quejas de Frank podían ser escuchadas por casi toda la discoteca, felizmente todos estaban muy ebrios como para notarlo.

-Debí quedarme en la universidad- Se quejó, pasando sus manos por su rostro, recibiendo una sonrisa empática por parte el tintado.

-En algún momento dejarán de molestarte, solo dale tiempo- Trató de alentar, aunque él mismo no sabía si eso iba a parar, porque Frank era un chico bien parecido, podía enamorar a todos con solo mirarlo, incluso si no tenía intenciones de ligar con alguien.

En ese momento un chico se acercó a la barra, tenía un canguro amarillo que destacaba entre las luces de diferentes colores, sus fracciones eran finas y…sí, era Zack.

-¡Tu novio!- Dallon exclamó, logrando que Josh se sonrojara, mostrándole el dedo del medio desde debajo de la barra mientras el chico tomaba asiento frente a él.

-Hola- Saludó, sin preguntar que iba a pedir, porque esperaba que Zack se acordara de él.

Pero al verlo, este parecía confundido.

-Uh, hola- Saludó—um… ¿Un mojito? Por favor- Ordenó, dejando tanto a Dallon como Josh confundidos, pero el tintado no dijo nada, asintiendo y empezando a hacer el trago.

Frank miraba al más alto de los tres confundido, preguntando con la mirada para una explicación. Dallon se acercó hacia él y contó la historia, explicando cómo ese chico logró quitar la cara de aburrimiento que el otro barman presentaba hace unas semanas, pero por lo que parecía ese chico o no era Zack o no lo recordaba.
Josh terminó de preparar el trago y se lo pasó al chico frente suyo, quien lo tomó con gratitud y lo miró por unos momentos antes de tomar un sorbo.

-¿Planes para la noche?- El barman se atrevió a preguntar, esperando así que el hombre frente suyo le reconozca.

Pero no lo hizo, mirándolo fijamente antes de fruncir los labios y encogerse de hombros.