Era un mes desde el incidente con Timothy, aún se sentía mal por eso, no sabía la razón exacta por la cual se sentía así, pero sentía su corazón encogerse cada vez que veía a alguien similar a él entrar por las puertas del bar, no sabía que haría si realmente entraría por esas puertas y se sentara en la barra, siendo otra persona con otro nombre y una personalidad completamente diferente, ¿Le gritaría? ¿Le trataría mal? ¿Sería capaz de poder tratarlo como si nada hubiera pasado y servirle su trago como lo hacía con cualquier cliente?
-Probablemente le pongas veneno- Frank dijo mientras Josh terminaba de contarle todo lo que sucedía, la botella de Bailey’s en su mano, había tomado un sorbo de este mientras contaba todo, procurando que su jefe no le esté viendo mientras veía que todo estaba en su lugar antes de entrar en su oficina para controlar pagos y cuentas.
-No tengo veneno- Respondió con sinceridad, guardando el Bailey’s en su gabinete respectivo.
-Vodka con Red Bull- El otro dijo encogiéndose de hombros, abriendo el mini-refrigerador que tenían debajo de la barra y sacando un Red Bull, levantando las cejas y sonriendo con malicia, el tintado rodó los ojos, observando como el DJ tenía sus ojos pegados a su laptop, probablemente haciendo el orden de las canciones para esta noche.
-Hubiera sido mejor si me hubiera puesto como DJ, no tendría que soportar todo esto- Dijo apoyando su codo sobre la barra, observando la pista vacía, realmente nunca había bailado sobre ella, siempre resguardándose detrás de la barra, sirviendo infinidad de bebidas alcohólicas.
-Pero estarías muy solo, ¿Ya ves a Kenny? Nunca ha hablado a nadie, simplemente llega, se pone sus cascos, pone música y luego se va, así de simple-
-A veces nos habla-
-Sobre lo genial que está su playlist para la noche, al menos como barman tienes mi hermosa compañía-
-…creo que voy a ver si aún puedo conseguir el puesto de DJ- Recibió un golpe en el costado por parte de Frank, haciendo que se ría mientras se sobaba el costado, este niño sí que era fuerte aunque no lo pareciera—miento, miento, me gusta pasar tiempo contigo y con el resto de los barmans-
Cuando la discoteca finalmente abrió sus puertas, entraron un mínimo de cien personas, lo único que sabía era que ya tenían a diez personas sentadas en la barra, cada uno con leves sonrisas en sus rostros.
Los dos bármanes en turno se miraron y suspiraron, empezando a tomar órdenes y hacerlas rápidamente.
Josh ya había servido a cinco personas, una chica con pelo rosa fosforescente, una rubia, un chico con el cabello amarrado en un moño pequeño y una pareja que no paraba de ponerse las manos encima.
Solo eran las diez y media, la mayoría de las personas estaban sobrias, a excepción de unas cuantas que ya habían llegado ebrias al local. Podía ver a Frank sonriendo mientras preparaba el coctel de una chica, la cual estaba hablando sobre algo que no podía escuchar gracias a la música de los parlantes.
No sabía que estaba distraído viéndolos hasta que alguien tocó la barra frente suyo, haciendo que voltee a ver quién estaba frente suyo.
Cabello castaño, ojos marrones, las luces rosas del lugar mostraban toda su ropa con un tinte rosa.
Él.
Josh sintió sus mejillas sonrojarse, pero de todos modos mostró su mejor sonrisa, este le devolvió una, una tímida.
-¿Deseas ordenar algo?-
-Uh…no sé…un… ¿Un Martini? Dios, lo siento, es mi primera vez en un lugar como este- Dijo nervioso, lo suficientemente fuerte como para que el tintado entendiera pero lo suficientemente bajo como para que tuviera que acercarse más para escucharlo.
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h i m ✖joshler✖
FanfictionJosh es un barman en una discoteca. Uno de los clientes siempre es una persona diferente cada vez que entra al local. Josh empieza a sentir cosas por él.