ｈ ｉ ｍ ✖ｊｏｓｈｌｅｒ✖

· J O N A H ·

Al mes del día del orgullo su jefe convocó a todos los empleados de la discoteca, explicando que iban a hacer una remodelación al locas, y que para eso iban a cerrar por dos semanas, Josh estaba un poco preocupado por eso, porque dos semanas sin trabajar significaba dos semanas fuera del cheque, y eso no le beneficiaba mucho, pero Dallon le dijo que no se preocupara, que tenía un amigo que trabajaba en un bar que estaba buscando algunos barman, no importaba si se iban a quedar con el trabajo o si era temporal, pero necesitaban bármanes y Dallon ya había aceptado el trabajo por los dos.

Pero cuando llegaron al bar ambos estaban a punto de rechazar y empezar a buscar cualquier otro trabajo.

No era el hecho de que el lugar era malo o parecía que las personas les iban a sacar los ojos, simplemente era...muy varonil.

Todo el lugar estaba lleno de diferentes cosas relacionadas al fútbol americano y baseball, había banderines, trofeos, gorras, balones firmados, camisetas, de todo, había una gran mayoría de los clientes que eran hombres blancos, barbudos, canosos, que a cada momento hablaban sobre el último partido que había pasado por la tele o la nueva temporada de algún deporte. Josh realmente no se interesaba mucho por los deportes, más que todo porque la mayoría de veces que pasaban un partido él estaba trabajando o dormido, pero aun así el dueño del local les dijo a ambos que no importara lo que sucediera no se metieran en una conversación sobre algún partido o equipo en específico, que eso nunca terminaba bien, "Eso nunca pasa en la disco" Dallon le dijo siquiera esas palabras salieron de la boca del dueño del local.

De todos modos, ahí se encontraban los dos, en unos jeans ajustados y una camisa de manga corta sirviendo incontable variedad de cervezas a todos los hombres que se encontraban en el lugar, escuchando con expresiones de aburrimiento las charlas que tenían sobre diferentes partidos y equipos mientras se podía escuchar música country desde los parlantes.

En un momento, Josh observó a Dallon, quien estaba inspeccionando un rayador de limones pequeño que era realmente inservible, ya que lo único que servían era cerveza, el pelinegro volteó a verlo y alzó el rayador hasta sus ojos, implicando que quería rayarse los ojos con el pequeño utensilio, pero Josh levantó su mano y señaló sus orejas, a lo cual el pelinegro asintió con entendimiento, el tintado pudo escuchar de algún modo la campana de la puerta del local sonando, lo que indicaba que otra persona había ingresado, sus ojos se dirigieron hacia la puerta y observó a alguien con cabello castaño.

Él, ¿En un bar así?

Él caminó hacia la barra y se sentó en uno de los banquillos más cercanos a la pared, cruzándose de brazos y esperando a que alguien vaya a atenderle, Dallon se acercó al tintado, posando su mano con gentileza sobre el hombro de este.

-Parece un poco triste, ¿Por qué no le vas a hablar?- Preguntó, observando la postura del castaño, Josh asintió, concordando con el pelinegro que se veía un poco melancólico por la forma en la que tenía sus brazos cruzados sobre la barra y como sus labios formaban un leve puchero, Josh caminó lentamente hasta quedar frente de él, poniendo sus manos sobre la barra con calma, haciendo que el castaño levantara la mirada para verle.

-¿Quieres ordenar algo?- Preguntó con una pequeña sonrisa en su rostro, no sabía si era bueno sonreír en estas situaciones, ya que muchas veces tenía miedo de que eso podría simplemente enojar a la persona o terminar por corromperla y que termine en llanto en un lugar público.

-Una Guiness- Dijo en un tono sobrio, haciendo que la pequeña sonrisa que el tintado tenía flaquera un poco, pero volteó y tomó una de las jarras cerveceras y sirvió la cerveza que el castaño había pedido, cuando el vaso se llenó lo dejó frente al castaño, quien le pasó un billete de diez, Josh inmediatamente suprimió las ganas de guardarlo en su bolsillo, como siempre hacía en la discoteca, y fue hasta la registradora, que estaba fuera del alcance de los clientes, y guardó el billete, regresando a un paso lento hacia donde estaba él, quien estaba tomando un largo sorbo de su cerveza, Josh esperó hasta que el castaño dejara su vaso sobre la barra para finalmente poder preguntarle algo más que cual cerveza preferiría tomar.