• A N T H O N Y •

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Pasó un mes desde la última vez que él entró a la discoteca, Frank y Gerard le informaban que nunca lo veían entrar o salir del edificio, ni al otro hombre con el cual estaba esa noche, era como si hubieran desaparecido de la faz de la tierra, lo que le dio a Josh más tiempo para poder olvidarlo.

Lo cual estaba logrando, lentamente ocupándose más en su trabajo y saliendo con Dallon a conciertos cuando no tenían turno, yendo una vez a un concierto de la banda de Frank, en la cual era guitarrista y Gerard era vocalista. Para ser un pequeño concierto en el sótano de un bar, era maravilloso. No tenía tiempo para pensar en él gracias a su agenda la cual empezó a llenarse repentinamente con diversas actividades.

Pero esta noche tenía turno junto a Dallon, los dos iban a estar solos en la barra en uno de los días más llenos del año, día del orgullo.

Ambos estaban más que felices por atender en ese día, era el mejor del año, veían a parejas felices bailar en la pista o conversar, incluso terminaban con algunos amigos nuevos o celulares escritos en servilletas.

Empezó como cualquier otra noche, ambos ya estaban listos para recibir a todos y la música que sonaba a través de los parlantes eran canciones de diferentes bandas o artistas que aparecían en diferentes playlists dedicadas al día del orgullo, entraron las primeras personas y dos fueron directamente al bar, unas chicas que se conocieron en el desfile y decidieron continuar juntas hasta la noche, ambas pidieron una piña colada.

Lentamente más y más personas llegaron a la discoteca, bailando, conociéndose y besándose, pidiendo trago tras trago y dejando que la música invada sus cuerpos, para la primera hora tanto Dallon como Josh ya tenían cinco números de diferentes chicos.

-Amo este día- Dallon anunció después de servir a un chico, que le dejó su número de celular en medio de la propina. 

-Demos gracias por la homosexualidad y chicos lindos- El tintado respondió mirándole con una sonrisa, las luces reflejándose sobre todas las superficies, y la piel del pelinegro brillando por una luz morada.

-Amén- Y en ese momento un chico apareció, a Josh le tardó unos momentos en recordarlo, pero la imagen de él le llegó a su cabeza junto al hombre que tenía frente suyo, ¿Cuál era su nombre? ¿Brandon? ¿Brent? ¿Barron?

-Hola, lindo- Saludó mientras se sentaba en uno de los banquillos, dirigiendo su vista a Dallon inmediatamente.

-Hola, ¿Algo que deseas tomar?- El pelinegro preguntó con una de sus mejores sonrisas, de esas que parece que ha practicado frente al espejo por horas, pero cuando le preguntas sobre ella simplemente te responde que es natural, Josh había pasado suficiente tiempo con él como para saber que esa sonrisa era algo con lo que había nacido, algo con lo que simplemente fue bendecido gracias a sus padres y la buena genética.

-Mm, creo que solo quiero un whiskey irlandés, y tu número- El tintado ya no sabía cómo sentirse, no sabía si simplemente contar toda la historia a su compañero de trabajo mientras iba a servir ese whiskey o simplemente dejar que pase y que Dallon por fin pueda tener a alguien en su cama después de meses.

Prefirió no decir nada después de ver el brillo en los ojos del pelinegro al escuchar la frase, dejando que el otro barman se dirigiera hacia la estantería que tenía todos los diferentes tipos de bebidas que poseían en el local, mirando hacia la pista de baile, esperando que otra persona llegara para atenderle.

Vio a un chico con cabello rosa que parecía hermoso desde la pista de baile, lucía una tank top azul pastel y un par de jeans ajustados blancos, Josh realmente deseaba que se acercara a la barra y pidiera algo, pero el chico simplemente seguía bailando al ritmo de la música, sus brazos en el aire y su cabello parecía algodón de azúcar.

h i m  ✖joshler✖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora