CAPITULO 32: ¡TU ME PERTENECES!

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No todo es color de rosa en una relación, hay peleas, disgustos, rabia, ira, tristezas y el peor de os sentimientos CELOS.

Este último es el más mortal para una relación, y más cuando esta está prohibida y es antinatural. La desconfianza produce más distanciamiento de la pareja, haciendo que agentes externos se aprovechen de la situación quieran dañar este hermoso sentimiento que es el amor.

Pensamos que con celar a nuestra pareja vamos a conseguir que esta se quede con nosotros por mucho más tiempo, pero hacemos que esta se aleje aún más de nosotros.

Si tu chica te hace un reclamo, escúchala con atención o hazle entender que las cosas no pudieron suceder así. Pero nunca en tu vida, NUNCA, la grites, le digas que es escandalosa y que se aparte de ti si tiene esa actitud. Ya que habrá otro hombre que se aprovechara de eso y te la quitara en un dos por tres.

En toda mi vida nunca había conocido a una mujer tan descerebrada, malcriada, y engreída como lo era ella. Pensaba en su propio bien sin importarle los sentimientos de las demás personas. Ella parece ser una mujer que cuyos intereses van arraigados en el egoísmo y narcisismo al cometer aquellas faltas que la pueden poner en jaque.

Sara, la mujer que si sigue metiéndose en los asuntos que no le incumben, va a provocar algo del cuál no quiero ser yo el causante de lo que pueda suceder. Ella se está metiendo cada vez más y más en una relación que puede peligrar la vida y el destino de sus integrantes y del que los rodea.

 Esta con una sonrisa irónica en su inmaduro rostro me respondió:

-Si tengo MALAS INTENCIONES, y eso ni tu ni nadie me lo va a poder impedir. Me la hiciste la pagas así de fácil-.

-Te lo advierto, no hagas nada estúpido del cuál te puedas arrepentir-.

-¿De qué me puedo arrepentir?, a mí nadie me deja así de esa manera, y escúchame bien-.

-No tu escúchame a mí-, le dije casi gritándola.

-Lo sé Anthony me deseas más que a Annie-, me dijo con una sonrisa irónica, ¿De qué MIERDAS está hablando esta descerebrada?, al dar media vuelta vi parada a Annie en el marco de la puerta y esta con mala cara me dijo:

-Vamos al CUARTO DE SERVICIOS GENERALES, ahora-.

-Te arrepentirás de lo que acabas de decir-, le susurre a esa mujer.

Annie tomo la delantera y seguí tras de ella como un perrito faldero, ella abrió la puerta de aquel cuarto y entro sin mirarme de reojo. Entre y cerré la puerta, ella encendió la luz y en sus ojos se podía ver como su ira atravesaba sus poros de la piel, y en medio de la confusión me dijo:

-¿Por qué estabas hablando con la PERRA esa?-.

-Porque necesitaba aclarar unos asuntos con ella-.

-¿Qué clase de asuntos?-, dijo cruzándose de brazos.

-Unos asuntos que no te deben importar-, le dije encogiéndome de hombros.

-¿Por qué tienes asuntos con ella?-.

-Eso no te incumbe-.

-¿Por qué no me debe incumbir?, ¿Me estas ocultando algo Anthony?

-¿Por qué estas de esa manera?-.

-No me cambies de tema Anthony, te estoy preguntando ¿Por qué no me debe incumbir esos asuntos tuyos con la ZORRA esa?-.

-Porque son asuntos personales que debo solucionar yo solo-, me está estresando esos MALDITOS celos, no estaba haciendo nada malo con ella, antes intento solucionar el error que cometí el sábado con aquella mujer.

COLMILLOS Y GARRASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora