COLMILLOS Y GARRAS

CAPITULO 11: JANE PARKER

POV ANTHONY:

Estábamos Annie y yo, solos, desnudos y extasiados en el Cuarto de Servicios Generales de la escuela,  sus movimientos, su cuerpo, y su forma de besar, es lo que más me encanta de ella. Debo admitir que no nos conocemos ni media semana, pero siento que a ella la conozco desde hace rato, tan solo con tocarla y sentirla mía en plena acción, accedería a que esta me hiciera todo lo que quisiera, si yo fuera humano, me dejaría morder con mucho gusto, si yo fuera vampiro, me casaría con ella y duraría con ella hasta el fin de los tiempos; pero lamentablemente yo soy un licántropo, y no puedo estar con ella, por más que desee. Ella me tienta con sus falsos ojos negros, hace que me sienta inmune y un total y perdido esclavo cuando me hacerco a besarla, simplemente debía admitir ESTOY TOTAL Y PERDIDAMENTE ENAMORADO DE ELLA DESDE QUE LA VI y así renuncie a lo que soy, no me importara, por que se que podre estar con ella sin importar las consecuencias.

Estábamos, los dos, cansados después de semejante acción que acabábamos de hacer, estaba yo, encima de ella, esta agitada me dijo:

-Anthony, eres lo mejor que me ha pasado en esa escuela ¿Sabias?-.

-Annie, yo siento lo mismo por ti, nunca dejaría que nada ni nadie nos separada de esta manera. TE… AMO…-.

-Anthony, yo también TE AMO-.

Salí de ella, y la levante para que me viera, esta con unos ojos negros y en el fondo rojos me dijo:

-Nadie sabrá lo de nosotros dos, más tarde, después de que llevemos un tiempo, podremos revelar ante el mundo el amor que nos tenemos-.

-Estoy de acuerdo contigo, y hare lo posible para que nada ni nadie nos separe-

-Perfecto-, se acerco a mí y me dio un beso en mis labios, dulce pero intenso. Ella se alejo de mi, y con una sonrisa me dijo:

-Anthony, quisiera que fueras igual a mí, así, seriamos solo tú y yo por el resto de la eternidad.

Llegue a mi casa con mucha alegría al saber que Annie me deseaba tanto como yo la deseaba a ella, mis compañeros se estaba recuperando después de lo que sucedió ayer. Me dirigi a mi habitación a hacer mis deberes, pero no podía concentrarme al recordar cada beso y cada caricia que yo le hacia a ella en aquel lugar, Mickeyla entro a mi habitación repentinamente, esta con una alegría muy grande me dijo:

-Anthony, ¿Cómo te ha ido en esa escuela?, ¿Qué tal el monstro?-.

-Bien, bien-, conteste tímidamente ya que no quería ver la reacción que ella tendría cuando se enterara de que me enamore de mi peor enemigo.

-Anthony Smith ¿Me estas ocultando algo?-.

-Para nada, simplemente cada vez que veo a ese monstro, me dan ganas de exterminarla de una vez por todas-, mentí, lamentablemente siento cosas por ella, por la cual no quiero dejarla ir- además se ve que es rebelde y va a ser un gran problema para nosotros-, en eso si estaba diciendo la verdad-

-Anthony, te tengo una gran sorpresa-. Me dijo cambiando la actitud repentinamente como ella lo sabe hacer.

-¿Qué podría ser?-, pregunte desinteresado, no quiero que nada no nadie me distraiga de mi principal objetivo, poseer y tener a Annie para mi solo.

-No te lo puedo decir, pero muy pronto llegara-. Ella salió de mi habitación rápidamente y en realidad me dejo con la duda ¿Qué podría ser?, pero deje de pensar en que podría ser cuando leí nuevamente la conversación por escrito cuando estábamos en clase, ella tiene una hermosa letra. Definitivamente estaba completamente enamorado de ella…

Al acostarme a dormir, comencé a soñar con su cuerpo, con sus besos y con su alma…

Paso la semana rápidamente, aprendí a conocer a mis compañeros, me uní a equipo de fútbol de la escuela, coqueteaba con todas la niñas de la escuela, pero no sentía nada con ellas cuando estaba con Annie. Las personas que me rodeaban eran muy buena gente conmigo, mis amigos Fernando y José éramos inseparables, nos escapábamos de clases para ir a fumar o ir a tomar un poco de Ginebra. Los profesores eran unos amargados de aquí a Pekín, no sabían divertirse, estos me andaban controlando a cada rato, y por supuesto a mi o me gustaba eso, los mandaba para la MIERDA y listo, pero llamaban a mi padre por mi mal comportamiento y actitud a la hora de hablar con la autoridad, en esos momentos entendí porque ella se comportaba de esa manera, definitivamente ese manicomio era totalmente un maldita dictadura.